Si una persona decide tratarse la cicatriz, pasado el tiempo señalado, son varios los procedimientos no quirúrgicos que ha recomendado la doctora.
Madrid, 14 de enero (Europa Press).- La doctora del Servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Nuestra Señora del Rosario, Carmen Iglesias, ha destacado la importancia de evitar el sol en una cicatriz durante los primeros 6-8 meses del cierre cutáneo.
“La cicatrización es un proceso largo, que se prolonga durante 12-18 meses, en el que precipitarse no ayuda a conseguir los mejores resultados”, ha explicado la experta, para comentar los diferentes tipos de cicatrización.
En concreto, la cicatrización normal, que es aplanada, comienza enrojecida y toma posteriormente el color normal de la piel; mientras que la anómala o patológica, cuyo origen puede estar tanto en la forma en la que se originó la herida o su localización, como en una predisposición natural de la piel a este tipo de cicatrización, puede provocar cicatrices hipertróficas, queloideas, atróficas o discrómicas.
“También puede suceder que las cicatrices sean dolorosas porque atrapen algún nervio, o bien pueden limitar la movilidad de una articulación porque se hacen retráctiles”, ha apostillado la doctora Iglesias, que pertenece al equipo del doctor Antonio de la Fuente.
En este sentido, ha informado de que la hidratación es otra de las medidas para ayudar a la cicatrización, explicando que los apósitos de silicona suelen emplearse desde el cierre cutáneo hasta los ocho meses y que su uso debe ser “metódico y prolongado” para poder comprobar su eficiencia.
“Los masajes y el tratamiento con radiofrecuencia también son útiles en esta fase. Sólo pasados los 10 primeros meses, y cuando la cicatriz ha dejado de variar, se pueden empezar a considerar otros tratamientos médicos”, ha apostillado.
TRATAMIENTOS QUIRÚRGICOS Y NO QUIRÚRGICOS
Si una persona decide tratarse la cicatriz, pasado el tiempo señalado, son varios los procedimientos no quirúrgicos que ha recomendado la doctora como, por ejemplo, la inyección intralesional de corticoides, la dermoabrasión, los peelings, el láser en sus distintas variedades, la terapia fotodinámica, la toxina botulínica, el plasma con factores de crecimiento, el imiquimod y productos antiinflamatorios.
Si se da el caso de que, a ojos del paciente, las cicatrices ya maduras siguen siendo poco estéticas, debe valorarse la cirugía sobre las mismas. Al respecto, la especialista ha subrayado la importando de elegir bien el momento, ya que la cicatriz debe estar deshinchada, de coloración normal y blanda, y de que se evalúe el método quirúrgico más adecuado.
Ahora bien, prosigue, si las cicatrices son grandes es necesario planificar una escisión secuencial o bien la cirugía en dos tiempos, usando en el primero un expansor de la piel. Además, si las cicatrices son lineales y atraviesan las arrugas normales de la expresión, deben alargarse, haciéndolas zigzagueantes y menos evidentes.
Finalmente, la doctora Iglesias ha recordado que tras la cirugía se deben seguir los mismos cuidados que al principio, es decir, protección solar, hidratación, masajes, apósitos de silicona y evitar el consumo de tabaco.”