En su segundo día de declaraciones en el juicio que se celebra en Nueva York contra “El Chapo”, el colombiano Alex Cifuentes, testigo de la Fiscalía, describió en detalle los tres años que vivió con el líder del Cártel de Sinaloa. Reveló que Joaquín Guzmán Loera tenía varias casas en la montaña, cabañas humildes, pero que contaban con satélite para comunicaciones, televisión de plasma, cocina pequeña y otras facilidades.
Durante su testimonio también salió a relucir que por sugerencia de la ex esposa de Cifuentes hubo un intento en 2007 de escribir un libro y hacer una película sobre la vida de “El Chapo”, -proyecto diferente al de la actriz mexicana Kate del Castillo- la cual dirigiría el acusado, e incluso llegó a haber un libreto.
Nueva York, 14 de enero (EFE/AP).– Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, que enfrenta un juicio por narcotráfico en Nueva York, tenía una vida muy organizada mientras estuvo en las montañas de Sinaloa, desde donde supervisaba “centenares de empleados”, que incluían personal de seguridad, trabajadoras domésticas, pilotos, chóferes y proveedores de droga.
En su segundo día de declaraciones en el juicio que se celebra en Nueva York contra “El Chapo”, el colombiano Alex Cifuentes, testigo de la Fiscalía, describió en detalle los tres años que vivió con el líder del Cártel de Sinaloa.
“El Chapo”, apuntó, se despertaba diariamente al mediodía, tras lo cual uno de sus secretarios le entregaba los mensajes y después de almorzar, hacía llamadas de negocios mientras paseaba bajo los árboles.
Otro secretario, contó, se encargaba de las necesidades del campamento, que incluía la inversión del acusado de entre 150 mil a 200 mil dólares mensuales en suministro de comida y pagar la nómina de unos 50 guardias de seguridad, “una caja chica muy fluida”, según Cifuentes.
Los suministros al campamento eran llevados a la montaña en avioneta o camioneta, de acuerdo con el testigo, que en el primer día de su comparecencia el pasado jueves se identificó como la “mano derecha e izquierda” del acusado, para quien supervisaba la venta de drogas en Nueva York y Canadá.
Cifuentes, que vestía su ropa azul de prisionero, contó además que había varios niveles entre la guardia de seguridad del capo mexicano.
“La seguridad era lo más importante en la montaña“, afirmó el testigo, quien explicó que el acusado se mantenía al tanto de las comunicaciones por radio y de la vigilancia del Ejército.
También contaba con pistoleros encargados de la seguridad directa de “El Chapo”, otros vigilaban de cerca la casa donde estaban, otros las carreteras en las partes altas y bajas y otros las pistas clandestinas de aterrizaje.
Todos, aseguró, se comunicaban entre sí.
Sus secretarios le organizaban además su agenda de visitas de socios, familiares, y de su esposa, Emma Coronel.
De acuerdo con Cifuentes, cuyo hermano Jorge ya ocupó la silla de los testigos, “El Chapo” tenía varias casas en la montaña, cabañas humildes, pero que contaban con satélite para comunicaciones, televisión de plasma, cocina pequeña y otras facilidades, así como una barraca para los pistoleros.
Durante su testimonio también salió a relucir que por sugerencia de la ex esposa de Cifuentes hubo un intento en 2007 de escribir un libro y hacer una película sobre la vida de “El Chapo”, -proyecto diferente al de la actriz mexicana Kate del Castillo- la cual dirigiría el acusado, e incluso llegó a haber un libreto.
“EL CHAPO” ORDENÓ ASESINAR AL INGENIERO DEL CÁRTEL: TESTIGO
Joaquín “El Chapo” Guzmán ordenó matar al ingeniero de comunicaciones del Cártel de Sinaloa cuando se enteró de que éste colaboraba con las autoridades estadounidenses.
Alex Cifuentes, un testigo en el juicio a Guzmán que se celebra en Brooklyn, declaró el lunes que Guzmán le dijo por teléfono en 2012 que el ingeniero técnico que había trabajado para el cártel desde hacía varios años era quien había ayudado a las autoridades estadounidenses a arrestar a Jorge Cifuentes, hermano de Alex.
“¿Y que hizo usted?”, le preguntó la Fiscal Gina Parlovecchio.
“Empecé a buscarle”, respondió Cifuentes.
La búsqueda para asesinar al ingeniero Christian Rodríguez no dio resultado. Rodríguez huyó a Estados Unidos en 2013 y testificó en el juicio a Guzmán la semana pasada. Explicó que instaló el sistema de comunicaciones internas del cártel en 2008, pero que tres años después se le acercaron agentes del FBI en Bogotá y le dijeron que “estaba en problemas”. Desde entonces colaboró con el Gobierno estadounidense de forma secreta y ayudó a instalar un sistema de GPS en el celular de Jorge Cifuentes.
Jorge, quien se encuentra en la cárcel, testificó en el juicio en noviembre.