Una historia real o Falsa identidad es el filme que protagonizan James Franco y Jonah Hill. La dirige Rupert Goold y ahora la da Netflix. Para verla hay que destacar la actuación de Hill, considerado el hombre del momento, quien no sólo está por sacar su propia línea de ropa, sino que ha sido elegido por Vanity Fair como el mejor vestido de 2018.
Ciudad de México, 14 de enero (SinEmbargo).- La película es del 2015 y ahora se pasa por Netflix. Se llama Falsa identidad, fue dirigida por Rupert Goold (quien para ese entonces había dirigido dos capítulos de un par de miniseries) y el guión corresponde a David Kajganich, que ya era conocido por hacer La masacre de Town Creek, de Joel Schumacher, en 2009. También escribió la primera parte del remake de It.
La película también tuvo el título de Una historia real, porque cuenta la extraña relación entre un criminal, Christian Longo (James Franco) y un periodista venido a menos llamado Michael Finkel, en un soberbio papel ejercido por Jonah Hill.
El filme es como todos en Hollywood: empieza bien, pero poco a poco va perdiendo interés. No se sabe si es un thriller o un drama o un documental cuando la historia comienza en The New York Times y el codicioso reportero joven se manda un reportaje que no puede avalar. Un chico africano aparece con un nombre que no es y las organizaciones no gubernamentales comienzan a quejarse al periódico.
Ahí comienza sus problemas de identidad, no sólo porque lo despiden del diario (en el que jamás volverá a escribir), sino porque la disculpa que hacen sus jefes frente al público dejan su nombre esparcido por la nada.
“No sé quién soy”, dice Finkel a cada minuto, teniendo en cuenta que para el periodista lo más importante es su nombre.
Paralelamente, Christian Longo usa el nombre del periodista para aparecer ante la policía que lo busca por la muerte de su familia. No sólo no tiene el nombre de periodista, sino que ahora lleva la identidad del asesino.
Es en este punto cuando vemos la calidad actoral de Jonah Hill, un ser con un rostro expresivo, una mirada errónea y asertiva todo el tiempo, por donde pasa la primera parte de la historia, aunque luego –claro- había que hacer lucir a James Franco, en una búsqueda que se caracteriza por el juego del gato y el ratón, en donde pierden todos, incluso Felicity Jones, la novia de Finkel.
Falta dramatismo y falta esa curiosidad por ver dónde termina el thriller, tal es así que la leyenda final explicando que la historia es verdadera aclara que Christian Longo terminó confesando la muerte de su familia.
James Franco no es tan mal actor, pero tampoco tan bueno como pensábamos, tiene movimientos mecánicos, acostumbrados a él, que cansan un poco, pero Jonah Hill está impagable, alguien que por otro lado ya había demostrado su valía en el filme de Martin Scorsese, El lobo de Wall Street.
Es buena verla en casa, un poco también para ver la disolución de la película en guiones farragosos que no llevan a ningún lado y sobre todo para ver a este actor nuevo que está haciendo historia en Hollywood: Jonah Hill, quien además es el actor del momento, lanzando su propia línea de moda y siendo elegido el hombre mejor vestido por Vanity Fair en 2018.
