Ciudad de México, 14 de enero (SinEmbargo).- Alex Rodríguez tiene planteado asistir a los entrenamientos de primavera de los Yankees de Nueva York previo al inicio de la próxima temporada, de la que se encuentra inhabilitado tras la confirmación de 162 partidos de suspensión, que significa perderse toda la campaña, playoffs incluidos. Si bien la cifra suena escalofriante, es una reducción significativa de los 211 juegos que la liga le había impuesto. El pelotero llevará su caso a una corte federal, convirtiendo está situación en casi un asunto de estado.
Fred Horowitz, árbitro independiente de las Grandes Ligas, fue el encargado de reducir el castigo. Si bien Bud Selig, comisionado de la Mlb, no se mostró conforme con la resolución, pero aceptó el veredicto. La tormenta en la que se ha convertido uno de los casos más emblemáticos en la historia del dopaje en el mejor beisbol del planeta. A-Rod podría ver finalizada una carrera de las más productivas. A sus 38 años, su retiro podría estar confirmado, si su equipo de abogados no logra una apelación.
Uno de los peloteros más grandes de todos los tiempos, se plantea una lucha encarnecida frente a los dirigentes de la MLB, quienes acusa directamente de una conspiración contra él. La disputa legal será un periplo largo provocado entre las dos partes, mientras el gobierno se ocupa de un asunto dentro de una de las más grandes pasiones de los estadunidenses. Rodríguez sigue acusando directamente a Selig por todos los problemas que le han acarreado, a pesar del carácter oficial que su sanción ya ha tomado.
La Asociación de beisbolistas y la liga, tienen un pacto laboral firmado desde 1968 donde se acordó que el árbitro independiente es la última instancia que resolverá cualquier disputa entre ambas partes. Confiando en el carácter individual y en la ética de esa persona elegida, los 162 partidos de sanción, finiquitan el caso desde la perspectiva de las Grandes Ligas. Sin embargo, A-Rod y su extenso equipo de abogados, intentarán convencer a un juez federal de que la sanción original y la reducción, fueron el veredicto de un proceso injusto.
Serán 30 millones de dólares los que Rodríguez perderá por estar inactivo durante la próxima campaña, a la espera de la orden de restricción que el pelotero pretende conseguir de la corte, para anular la sanción y volver al diamante. Con este en mente, ha decidido presentarse a los entrenamientos primaverales. Sin embargo, los Yankees de Nueva York podrían ponerle un freno a sus intensiones de mantenerse en forma, para evitar más aglomeración de polémica y de políticos alrededor de la dinámica que vaya presentando la campaña.
A-Rod ya demandó a Selig, a la MLB, además de Chris Ahmad, el doctor de los Mulos de Manhattan. En medio de todo el meollo legal, el tercera base de los Yankees, sigue gritando a los cuatro vientos su inocencia, al recalcar una y otra vez no haberse dopado, a pesar de todas las voces que lo han confirmado. Odiado u Amado por igual, un deportista de élite, podría acabar su gloriosa trayectoria sin la posibilidad de un último cuadrangular glorioso. Su presencia en Cooperstown, asegurada hace años, parece diluirse con el discurso moral que las votaciones están tomando.