Ciudad de México, 19 de junio (SinEmbargo).– El lunes 15 de junio, Jeb Bush anunció su intención de competir por la candidatura republicana para la Presidencia de Estados Unidos durante el periodo 2016-2020. Para el tercero de los Bush que podría ocupar este puesto existe un problema que podría alejarlo de los millones de potenciales votantes de origen mexicano: la cercanía de su familia con la de los Salinas de Gortari y principalmente con Raúl, “el hermano incómodo”.
Para conquistar el voto de los connacionales, no será suficiente que Jeb esté casado con Columba, una mexicana, sino que tendría que hacer a un lado la relación de décadas que ambas familias sostienen, sobre todo porque la mayoría de los connacionales ubican a Carlos Salinas, ex Presidente de México, y a Raúl Salinas, como protagonistas de una de las partes más oscuras en la historia del país.
Expertos entrevistados por SinEmbargo y distintas publicaciones estadounidenses ubican el inicio de la relación cuando Raúl Salinas Lozano, el jefe del clan, fue Secretario de Industria y Comercio entre 1958 y 1964, época en la que los Bush tenían en México negocios relacionados con el sector energético.
En la década de los 60 del siglo pasado, George H. W. Bush, el ahora ex Presidente de Estados Unidos, era socio de una compañía mexicana del sector energético llamada Perforaciones Marinas del Golfo (Permargo), cuya cabeza era el mexicano Jorge Díaz Serrano, encarcelado en 1983 acusado de fraude por 35 millones de dólares durante su gestión como director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), de 1976 a 1982.
Sus negocios en México le permitieron a Bush entablar una amistad con Salinas Lozano, que propició la convivencia de ambas familias, aunque algunos investigadores afirman que el contacto durante esos años no fue tan cercano y pudo haber sido meramente circunstancial, pero coinciden en que la relación se fortaleció cuando Bush padre y Carlos Salinas de Gortari coincidieron en la Presidencia de Estados Unidos y México, respectivamente.
Incluso existe quien afirma que fue Bush quien aconsejó a Carlos Salinas cómo cabildear con todas las élites de poder estadounidenses el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
RELACIÓN OSCURA Y DIFUSA
George H. W. Bush fue Presidente de Estados Unidos de 1989 a 1993, mientras que Carlos Salinas de Gortari lo fue de México entre 1988 y 1994, existiese o no una relación familiar previa fue durante este periodo cuando los lazos se hicieron más sólidos ya que ambos mandatarios compartían la simpatía por un proyecto económico neoliberal que favorecía las privatizaciones y la desaparición de barreras comerciales entre los países.
Incluso, Bush, reconoció a Salinas como Presidente de México en medio de todos los cuestionamientos sobre su elección por la caída del sistema de conteo de votos el 6 de julio de 1988. Como gesto de respaldo, envió a su nuera, la esposa de Jeb, Columba Garnica Gallo a su toma de protesta.
“Ahí la relación se va a fortalecer y será Bush padre quien apoye el TLCAN porque era sumamente complicado que Estados Unidos lo aceptara”, reflexionó Valeria Trejo Zepeda, investigadora del Departamento Académico de Estudios Generales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
“Bush padre logró orientar bien a Carlos Salinas sobre de qué manera debía cabildear y manejar su gente el TLCAN en EU; porque México, como país, pocas veces ha hecho cabildeos tan importantes para la aprobación de un tratado. El cabildeo fue impresionante, hubo un despliegue novedoso e inusual para pasar este tratado”, expresó.
“Bush es importante, pero también Salinas, son los dos personajes, hay una especie de colaboración y coincidencia en sus intereses”, manifestó. Algunas publicaciones estadounidenses sobre la relación entre ambas familias señalan que durante ese periodo, el mandatario de EU le tomó un cariño especial a su homólogo mexicano por la forma en que siguió sus consejos e instrucciones para lograr la firma de la negociación trilateral.
Con la firma del TLCAN, vigente hasta ahora y que también incluye a Canadá, México abrió sus fronteras a los productos que tenían como origen a ambos socios comerciales.
JEB Y RAÚL
Mientras que entre George Bush padre y Carlos Salinas existió una relación de igual a igual en la que ambos obtuvieron beneficios, la amistad entre Jeb y Raúl Salinas de Gortari, podría traerle problemas al más pequeño de la que es considerada una de las dinastías políticas más importantes de Estados Unidos.
El 12 de mayo, el Centre for Research on Globalization (CRG), un Think Tank global con base en Canadá publicó un artículo firmado por Michel Chossudovsky, fundador del centro, en el que afirmó que la relación entre ambos era muy cercana, incluso se presume varias veces la presencia de Jeb y su familia, en “Las Mendocinas”, Hacienda propiedad de Raúl en el estado de Puebla.
La amistad entre ambos no sería tan cuestionada si Raúl, el mayor de los hermanos Salinas no hubiera sido recluido en un penal de máxima seguridad en México, en marzo de 1995, acusado de asesinato y enriquecimiento ilícito.
Fue acusado de lavar 160 millones de dólares, producto del narcotráfico del cual fue declarado inocente. El 21 de enero de 1999 fue declarado culpable y sentenciado a 50 años en prisión por ser el autor intelectual del homicidio de Ruiz Massieu.
Después de 10 años en la cárcel salió libre para finalmente ser exonerado en junio de 2013. Sin Embargo, en plena campaña a la Presidencia de Estados Unidos, expertos en relaciones internacionales afirman que la de Raúl será una figura que Jeb tendrá que sacudirse.
“Como estamos acostumbrados en la carrera a la Presidencia de EU va a haber trancazos políticos, va a salir a la luz lo de Salinas, hay que pensar que ha pasado tiempo, más de 20 años [desde que se encarceló a Raúl Salinas], pero las acusaciones no serían nuevas, en el Miami Herald, cuando Jeb era Gobernador salían constantemente acusaciones sobre su amistad con Raúl Salinas, pero las veces que se le ha preguntado a Jeb Bush siempre dice que no sabía, que eran amigos que iba a un rancho que iba a otro. Va a ser otra vez un escándalo, pero no sé si vaya a ser algo que impacte en la campaña de Jeb; podría impactar en la comunidad latina, pero, por otro lado hay que recordar que su esposa es mexicana. De que va a ser otra vez un escándalo, pero no sé si tan grande como para hacer que pierda la elección”, expresó José Carreño Figueras, investigador del Centro de Diálogo y Análisis de América del Norte del Tec de Monterrey.
Para Armando Azúa, profesor de la Universidad Iberoamericana (UIA), experto en Relaciones Internacionales, “la relación personal de Jeb Bush y Raúl Salinas quedará en el pasado y con el paso de la campaña, se diluirá. Como precandidato presidencial, Bush ni siquiera mencionará los vínculos que entabló en los noventa en México con la familia Salinas. Hay que reconocer que era otra época. Ni los Salinas ni los Bush eran lo que son ahora”, concluyó.
