Ciudad de México, 18 de junio (SinEmbargo).- La conquista espacial apunta a lugares remotos de la galaxia y, como mínimo a Marte. Sin embargo, un grupo de científicos asegura que el futuro de la humanidad fuera de la Tierra puede estar más cerca: en la Luna.
La propuesta que, inicialmente puede sonar disparatada, en realidad tiene bastante lógica. La superficie de nuestro satélite natural no sólo está cubierta de cráteres, sino también de hoyos y, de acuerdo con la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) estos agujeros -y las cuevas subterráneas a las que se conectan- podrían un día dar cobijo a los astronautas que viajen a la Luna.
La agencia espacial no es la única parte que considera esto como una posibilidad factible, el roboticista William "Red" Whittaker de la Universidad Carnegie Mellon, reconocido mundialmente por sus ideas sobre el envío de robots autónomos para explorar la Luna afirma también que estas cuevas podrían ser el futuro hogar de la humanidad, publicó el sitio Gizmodo.
"Aquí en la Tierra, éramos habitantes de cuevas", dice Red. Puesto de esta manera, la justificación es lógica. ¿Por qué nuestro futuro no habría de depender de las cuevas también?
Whittaker, uno los primeros investigadores en trabajar con la tecnología en la que están basados los actuales proyectos de vehículos sin conductor, tiene un plan en curso, y éste es ganar el premio Lunar X de Google, de un total de 20 millones de dólares (más de 308 mil millones de pesos) y, para ello, su equipo tendrá que enviar un robot a la Luna, conducir por lo menos 500 metros, y mandar a la Tierra un video de toda la aventura.
Pero, ¿por qué de repente tanto interés por la Luna, luego de tantos años de abandono?
SATÉLITE DESAPROVECHADO
Aunque la humanidad llegó a la Luna hace casi medio siglo, apenas hemos empezado a explorar nuestro vecino celeste más cercano. Apenas hemos "pellizcado" los recursos que la Luna podría ofrecer tales como los tesoros que podrían yacer en las capas de hielo ubicadas en los polos del satélite natural, y no se tratan de recursos dignos de desaprovecharse. La sonda espacial Lunar Prospector de la NASA descubrió desde 1998 la evidencia de hielo de agua en el satélite natural y las misiones más recientes han demostrado que el regolito, o el polvo que recubre la superficie de la Luna, podría producir oxígeno, combustible para cohetes y un suministro de agua constante. Estos recursos podrían, aparentemente, apoyar una colonia humana en la Luna en un futuro no muy lejano.
Sin embargo, aquí viene la parte complicada. Para explorar la Luna, se requiere enviar astronautas o robots sofisticados (y probablemente autónomos)en una serie de misiones. Por otra parte, las misiones tripuladas a la Luna requieren una gran cantidad de recursos. Eso es parte de la razón por la cual los seres humanos no han aterrizado allí desde la misión Apolo 17 en 1972. En este aspecto, los autómatas llevan la delantera, ya que enviar robots resulta mucho más barato.
No obstante, la presencia de robots en la superficie lunar produce menos expectativas y resulta menos llamativa que ver a astronautas de carne y hueso explorando en la fría capa superficial de nuestro satélite. Por lo que la intención de Google es mostrar cómo, con su millonario premio, el vuelo espacial de financiación privada puede producir una verdadera innovación y la investigación científica real.
La NASA anunció recientemente el descubrimiento de más de 200 pozos en la Luna que podría acoger astronautas algún día. Lo más interesante de esto es que muchos creen que estos pozos conducen a amplias redes de cuevas. En tales cuevas, los astronautas estarían a salvo de la radiación, micrometeoritos y las temperaturas extremas de la Luna que pueden alcanzar los 122 grados Celsius de día y por la noche descender a -232 grados. Los científicos creen que en estas cuevas los exploradores podrían permanecer a una temperatura tolerable.
Todo esto parece muy bien. en teoría. Sin embargo hay otra cuestión importante: sabemos que estos hoyos están ahí, pero no se sabe qué hay en ellos y, por supuesto, sería bastante imprudente entrar en ellos sin explorarlos previamente. Hasta ahora los científicos creen que estos pozos fueron creados por el movimiento subterráneo de lava, miles de millones de años atrás. Por lo tanto, si la lava de la luna fue algo parecido a lo que tenemos en la Tierra, entonces dejó largos túneles sinuosos a su paso y esto es lo que Whittaker quiere que sus rovers confirmen.
La estrategia de Red está funcionando de momento. Su compañía, Astrobiotic, es el único equipo en ganar tres de los premios Lunar X Milestone, uno por tecnología de imágenes, otro por capacidades de movilidad y, más recientemente, uno por la tecnología de aterrizaje. Esas tres victorias le han dado a Astrobiotic una nada despreciable cantidad de un millón 750 mil dólares (casi 27 mil millones de pesos). La compañía afirma que todo ese dinero "va a favorecer y financiar el desarrollo de de vehículos de aterrizaje y rovers".
Astrobiotic planea enviar un cohete a la luna para febrero de 2016. Una vez que esté en órbita lunar, va a flotar allí durante cuatro días antes de enviar una sonda a la superficie. Si todo va según lo previsto, lo siguiente será cumplir con su misión de viajar a 500 metros y enviar la prueba de vuelta a la Tierra. Mientras tanto, Red espera que su rover encuentre su camino hacia abajo en algún pozo y busque cuevas, explorándolas para que un día los humanos puedan ser pioneros de nuevo.