Ciudad de México, 17 de junio (SinEmbargo).- Concebir música digital no está al alcance de todos y para acceder a ella, se requiere, además de un buen hardware, una serie de programas complicados que no por ello aseguran una buena creación. Sin embargo, una nueva iniciativa pretende que crear música sea una labor mucho más sencilla por medio de una serie de dispositivos preprogramados que traduce los gestos más habituales y los convierte en sonidos elaborados y, al mismo tiempo, hace más accesible e intuitiva la creación musical, incluso para quien no sepa de partituras.
Hace tres años, el fundador de la empresa Omnipresent World Of Wizkids (OWOW), Pieter-Jan Pieters creó algunos instrumentos electrónicos llenos de sensores que transformaban los movimientos de las extremidades (agitar las manos, los pies e incluso los latidos del corazón) en música con su proyecto de graduación de la Academia de Diseño de Eindhoven. Hoy, después de esto, nacen los instrumentos y controladores OWOW MIDI.
Es así que su empresa, con sede en Eindhoven, ha pasado los últimos tres años diseñando, desarrollando, ajustando y construyendo lo que ellos mismos describen como una nueva generación de instrumentos musicales, dio a conocer el sitio Gizmag.
Sin embargo, justo cuando los científicos de OWOW habían llegado a un punto en el que sus cinco "inteligentemente construidos, pero estúpidamente sencillo de utilizar" dispositivos MIDI estaban listos para llegar a la línea de producción, estos se quedaron sin dinero. Por tal motivo, han tenido que recurrir al sitio de financiación en masa Kickstarter, para que sus creaciones puedan llegar a manos de sus ejecutantes.
Diseñados para hacer la creación de música digital un poco más sencilla que tener que sumergirse en capas y capas de complicados programas de producción para computadoras, cada uno de los dispositivos de instalación automática se ofrecerá en dos versiones. La versión CRD es una escueta placa de circuitos más o menos del tamaño de una tarjeta de crédito que le permitirá a pensadores y creadores utilizar archivos puestos a disposición en línea. Los modelos de DVC, por otra parte, ya se encuentran encerrados en cajas de aluminio.
Los samples, sonidos y efectos ejecutados en software MIDI en una computadora o laptop conectada vía USB son puestos a funcionar con los movimientos de las manos. Así, dependiendo de cual sea el movimiento, dependerá el efecto de sonido que se logre.
Sin embargo, aunque el desarrollo de los instrumentos OWOW MIDI esté listo, la compañía no tiene los fondos para financiar la fabricación de su primera serie. Por tal motivo, calculan que 50 mil euros (unos 865 mil 800 pesos) deberían ser suficientes para reactivar el primer lote de la línea de producción y las plataformas de microfinanciación colectiva son una buena alternativa para solucionar este inconveniente.
EXPERIMENTACION Y MICROMECENAZGO
La combinación de los sitios de crowdfunding con nuevas propuestas de innovación no es algo nuevo y son, precisamente, las iniciativas en las que nuevos instrumentos musicales están involucrados las que mejor han sabido aprovechar esta unión para materializar sus propuestas o, al menos, dar a conocer sus invenciones.
La mezcla es obvia por muchas razones. Por un lado, los instrumentos musicales han alcanzado ya, desde hace tiempo, el pináculo de su desarrollo. Por otro, los creativos no se han conformado con el actual catálogo y siguen inventando nuevos. Los resultados de este afán son variados. Disney Research ha convertido plantas en instrumentos, las aplicaciones convierten los teclados de las computadoras en instrumentos e incluso artistas como Björk inventan los suyos.
Este fue el caso de INSTRUMENT 1, creado por la compañía con sede en Nashville, Artiphon, que básicamente puede imitar cualquier instrumento. Éste hizo su debut en Kickstarter a principios de marzo pasado, y en poco más de cinco horas llegó a su meta de 75 mil dólares (1 millón 155 mil pesos, aproximadamente), gracias a la financiación de mil 110 personas.
Lo que hizo que el instrumento de modo instantáneamente atractivo es el hecho de que sus inventores afirman que se puede utilizar para crear, literalmente, cualquier sonido imaginable, y no es una exageración. La compatibilidad y la personalización sin fin de Instrument 1 hace posible que pueda reproducir los sonidos de un bongo, un oboe, e instrumentos poco usuales como una zanfona, un lur e incluso una nyckelharpa. Aún más: puede crear todos los sonidos al mismo tiempo.
Por supuesto, hay otros instrumentos que sólo se quedan en meros intentos y jamás logran llamar la atención de posibles donadores. No obstante, queda claro que lo mejor aún está por venir en cuestiones de financiación masiva aunada a la innovación tecnológica.