Ciudad de México, 14 de junio (SinEmbargo).- El viernes, el conteo final de votos de la elección del pasado 7 de junio confirmó que el Partido del Trabajo (PT) no había alcanzado los votos necesarios para conservar su registro. Logró 2.99.2 por ciento de los sufragios, es decir no alcanzó el 3 por ciento que exige la ley.
La pérdida de su registro significara la partida de una importante fuerza de izquierda que en su momento le sirvió de cobijo a personajes como Andrés Manuel López Obrador o Manuel Bartlett Díaz, pero de 1997 a la fecha le ha costado a los mexicanos más de 4 mil 200 millones de pesos.
Según registros del Instituto Federal Electoral (IFE), predecesor del actual Instituto Nacional Electoral (INE), el partido liderado por Alberto Anaya Gutiérrez, su esposa María Guadalupe Rodríguez Martínez, y un reducido grupo de políticos, ha recibido más de cuatro mil 200 millones de pesos solo para su gasto corriente y gastos de campaña.
“El problema de los partidos políticos en México es que teneos un sistema de prerrogativas demasiado generoso y abundante. Evidentemente los partidos políticos han recibido fuertes sumas de dinero, incluso los partidos pequeños”, explicó Pablo Javier Becerra Chávez, profesor investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El futuro del PT no está definido todavía, pues aunque los números le dan una votación de 2.992 por ciento al concluir los cómputos distritales, la diferencia entre mantener el registro o no es de centésimas, cerca de3 mil votos, los cuales podrían obtener en cualquier impugnación ganada ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
De confirmarse la pérdida de registro del PT, significaría también la pérdida de votos para un eventual bloque de izquierda en la Cámara de Diputados liderado por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y por el contrario, cuatro o cinco legisladores más para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y los aliados del Presidente Enrique Peña Nieto, coincidieron politólogos consultados por SinEmbargo.
“Lo importante de que si el PT mantiene el registro no tiene que ver con la izquierda, porque el si el PT no alcanza el 3 por ciento, el PRI automáticamente gana cinco curules y aumenta su porcentaje sobre la votación nacional emitida”, explicó Jeffrey Allen Weldon Uitti, director de la Licenciatura en Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
UN PARTIDO FAMILIAR
Durante las últimas dos décadas, el Partido del Trabajo creció y se fortaleció como institución. De la elección de 1994 a la del 2012 pasó de tener un legislador en la Cámara de Diputados a contar con un grupo parlamentario de 11 legisladores.
También pasó de tener un presupuesto de más de 84 millones de pesos en 1998 a más de 374 millones de pesos en el 2015, año en que posiblemente pierda el registro.
En casi dos décadas, el Partido del Trabajo ha tenido poco movimiento de sus dirigentes. Su líder original y permanente, Alberto Anaya, actual coordinador del grupo parlamentario en San Lázaro ha tenido siempre una curul o un escaño asegurado desde que el PT se consolidó como partido político.
Anaya ha sido tres veces Diputado federal: De 1988 a 1991; de 2000 a 2003; y de 2012 a 2015. En dos ocasiones fue senador de la República: De 1994 a 2000 y de 2006 a 2012.
También han tenido asegurado su lugar de forma permanente en el congreso otros dirigentes como Ricardo Cantú Garza, actual Diputado federal y vicecoordinador parlamentario; María Guadalupe Rodríguez, esposa y suplente de Anaya; y los ex legisladores Alejandro y Óscar González Yáñez.
“En buena medida sí es un grupo relativamente pequeño el que lo dirige. Entre los diputados y senadores de ese partido encontramos los mismos nombres desde los 90 hasta acá. Pero eso se debe a que en esos partidos de izquierda los liderazgos tienden a ser muy concentrados”, explicó Pablo Javier Becerra, investigador de la UAM Iztapalapa.
El académico explicó que el asunto de los liderazgos en reducidos grupos no es exclusivo del Partido de Trabajo, se pudo ver también en históricos partidos de izquierda: desde el Partido Comunista, cuyo liderazgo de Arnoldo Martínez Verdugo duró dos décadas, hasta el liderazgo de Heberto Castillo en el Partido Mexicano de los Trabajadores y luego en el Partido Mexicano Socialista (PMS). Este fenómeno se observa actualmente se ve en la dirigencia unipersonal de Andrés Manuel López Obrador en Morena.
LOS MOMENTOS DEL PT
El 8 de diciembre de 1990 se fundó el Partido del Trabajo a partir de la unión de varias organizaciones sociales así como integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), la Coordinadora Nacional "Plan de Ayala" y del movimiento magisterial independiente, entre otras.
En su primera incursión electoral en 1991, el PT obtuvo 270 mil votos, menos del 1.5 por ciento que fijaba la ley para conservar el registro. Ante esto inició una campaña en 20 estados que le permitió recuperar el registro un año después.
De esta forma pudo participar en las elecciones presidenciales de 1994, en las que postuló como candidata a Cecilia Soto, quien obtuvo una votación de casi un millón de votos en todo el país.
Ese resultado lo convirtió en una fuerza política de respeto entre la izquierda mexicana y le permitió conseguir espacios en algunos congresos estatales y una curul en la Cámara de Diputados.
En 2006, el PT integró junto con los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano (MC) una alianza electoral que impulsó la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
Tras el resultado adverso de la elección presidencial de 2006, el PRD, PT y Convergencia, integraron el Frente Amplio Progresista. Una coalición política y legislativa de las izquierdas que funcionó como oposición al gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Estos partidos de izquierda se opusieron a todas las reformas planteadas por Calderón Hinojosa. La más importante fue sin duda la Reforma Energética de 2008, para lo cual organizó tomas de tribuna en la Cámara de Diputados y en el Senado, así como manifestaciones masivas afuera de la sede de la cámara alta, en ese entonces ubicada en la casona de Xicotencatl.
En las elecciones de 2012, gracias a la alianza electoral “Movimiento Progresista” la bancada del PT estuvo conformada por 12 legisladores, asimismo cuenta con un grupo parlamentario en el Senado mantiene diputados locales en la mayor parte de los congresos estatales, y gobierna en varios municipios.
Durante sus 20 años de existencia, logró cogobernar en alianza con otros partidos, principalmente con el PRD, Movimiento Ciudadano y el PRI, en varias entidades: Tlaxcala, Baja California Sur, Nayarit, Chiapas y Yucatán, entre otras.
Aunque el PT ha ido en alianza con el PRD prácticamente desde el año 2000, estuvo lejos de ser un partido que sobreviviera gracias a las alianzas electorales, de la misma forma que lo hace el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
“En la década de los 90, el Partido del Trabajo caminó solo. De hecho hay que recordar que al principio de los 90 el PRD desconfiaba del PT porque planteaba que tenía ciertos vínculos con el Presidente Carlos Salinas de Gortari”, explicó Pablo Javier Becerra, de la UAM Iztapalapa.
En 1994, el PT logró mantener el registro condicionado, mientras que en la misma elección el Verde no pudo mantener la categoría.
No obstante, el PT ha sido un partido pragmático ya que a pesar de ser un partido de izquierda ha ido en alianza en algunas elecciones locales con el PRI e incluso con el PAN.
SALIDA DEL PT FAVORECE AL PRI
Los especialistas consultados consideraron que sin una bancada petista, pierde fuerza un eventual bloque de izquierda que se oponga a las iniciativas del Presidente Peña en el último tramo del su gobierno.
Ya sea que ese bloque sea liderado por el PRD o por Morena, si el PT mantuviera el registro hubiera sumado votos en contra de iniciativas que vayan en contra del perfil de izquierda como es una eventual reforma al agua o una al campo.
Desde un punto de vista hipotético, la unión de los partidos de izquierda pudiera generar un numeroso bloque de izquierda. A pesar de la estrepitosa caída del PRD, su unión junto con Movimiento Ciudadano y Morena hubiera generado una alianza que sumada al PAN, podría darle dolores de cabeza al PRI, en algunas ocasiones.
“Sumados todos podrían hacer un bloque de izquierda muy importante de unos 130 o 140 diputados federales. El problema es que Morena ya pintó su raya con respecto a los demás partidos, porque Morena tiene la estrategia de convertirse en referente de la izquierda”, explicó Pablo Javier Becerra, de la UAM Iztapalapa.
De lo contrario, con la salida del PT gana el Presidente Peña Nieto junto con sus aliados electorales, pues además de no contar con una oposición fuerte, sin una bancada del PT el PRI tendría automáticamente cinco curules más.
“Cinco curules define cuántos partidos necesita para tener una mayoría en la Cámara de Diputados, además del Verde”, planteó el académico de la UAM.