Ciudad de México, 9 de junio (SinEmbargo).– Luego de 22 años de su primera participación, vuelve –de nueva cuenta– la Selección Nacional a la competencia internacional más importante a nivel continental de selecciones nacionales masculinas de Sudamérica, y un par de invitados más. Aquí, al último es donde entra México.
Desde 1993 ha sido un invitado constante en la Copa América. Tras nueve participaciones, 17 triunfos dos subcampeonatos y tres terceros lugares, podría decirse que los números del "Tri" son bastante favorables, sobre todo si se compara con selecciones como la de Venezuela que en 17 ediciones apenas ha alcanzado un cuarto lugar como mejor resultado. No obstante, pese a la constancia, la presencia de la Selección Nacional se sigue percibiendo como una rareza en suelo sudamericano y, a excepción de la última y humillante participación, se trata de una aparición bastante incómoda para sus similares.
Así, dentro de dos días, en la capital de la República de Chile dará inicio la cuadragésima cuarta edición torneo continental más antiguo en el mundo, lo que también significa la séptima edición de la Copa en territorio chileno, que se celebrará del 11 de junio al 4 de julio de 2015. El balón rodará por primera vez en el estadio Estadio Nacional de Santiago, cuando la escuadra anfitriona se enfrente a Ecuador.
En esta ocasión, la "Roja" buscará aprovechar su localía durante todo el mes para lograr su primer campeonato continental, mientras que la "Tricolor", con un historial aún más triste que el de los chilenos, podría darse por bien servido si supera la fase de grupos, una misión que no ha podido repetir desde 1997.
México, por su parte, no es ajeno a las instancias finales. Sin embargo, aún le falta superar ese ya conocido trámite que atormenta a más de un deportista nacional y se cierne sobre todo mexicano como una gran maldición estereotipada: "dar el último paso".
Si bien, en Ecuador 1993, al "Tri" le faltó malicia al momento de enfrentar a Argentina en la final, ocho años después la escuadra azteca se vio agobiada ante una Colombia inspirada por su condición de local y casi 45 mil gargantas apoyándolos en "El Campín" de Bogotá. Desde entonces, la Selección Mexicana sólo le ha servido de consuelo la edición celebrada en Venezuela en 2007, en donde venció a Uruguay en el partido por el tercer puesto, con goles de Andrés Guardado, Omar Bravo y Cuauhtémoc Blanco. Sí, el flamante alcalde de Cuernavaca.
Luego de ocho años y tras una desastrosa aparición en 2011, en la que el "Tri" no pudo ganar ninguno de sus encuentros en la fase de grupos. Una participación destacada en el Mundial celebrado hace un año y el mando de Miguel "Piojo" Herrera hacen pensar a muchos que México por fin podría hacerse de su primera Copa América para así redondear su participación.
Sin embargo, son varios los factores que hacen que la desconfianza surja de nuevo. Para empezar se trata de la convocatoria de lo que algunos llaman "Selección B", un conjunto de seleccionados en el que destacan las "figuras del momento" como Marco Fabián y Eduardo Herrera, y algunos jugadores más cuyas mejores épocas ya pasaron hace algunos años como Rafael Márquez o Corona. Aunque en el caso de estos últimos la mayor preocupación no es precisamente su calidad sino su temperamento.
El partido del pasado domingo contra Brasil se suponía que era la oportunidad ideal para que esta selección dejara de ser catalogada como una refacción de la definitiva del "Piojo", sin embargo, el resultado fue claro y la "Canarinha" se impuso sin mayor problema a pesar de no mostrar su mejor versión.
De momento, ante el pánico que comienza a crecer entre algunos, la afición mexicana espera que ocurra un cambio radical de aquí al viernes cuando la Selección se mida ante Bolivia. Algo –llámese inspiración, milagro o incluso orden táctico– que permita que el "Tri" se saque la espina de hace tres años y, ¿por qué no?, llegue a otra final del torneo de selecciones más viejo del mundo y que ahora sí (por fin) se atreva a dar ese "último paso".