Ciudad de México, 4 de junio (SinEmbargo).- Los tesoros arquitectónicos que se encuentran esparcidos por todo el mundo no son accesibles para todos. Desde zonas protegidas, hasta construcciones ubicadas en sitios inestables o de difícil acceso, pasando por zonas conflictivas, es mucho el patrimonio histórico que permanece desconocido para gran parte de la humanidad.
Sin embargo, gracias los esfuerzos de algunos arqueólogos y a la incorporación de la tecnología en su labor, en un futuro cercano, personas de cualquier parte del orbe podrían acceder a todo el patrimonio de la humanidad que hasta hoy permanece inaccesible para muchos.
Luego de los daños causados por el Estado Islámico (EI) a tesoros arquitectónicos en Medio Oriente, un grupo de expertos y voluntarios están recreando la historia para reconstruir digitalmente artefactos perdidos utilizando fotos tomadas en los museos y sitios históricos. Al mismo tiempo arquitectos tratan de emplear la realidad aumentada para inmortalizar lugares históricos que, debido a sus características y difícil preservación, son prácticamente imposibles de visitar en persona. De esta manera, se asegura que estos lugares se mantengan vigentes como archivos digitales a los que cualquiera será capaz de acceder a través de esta tecnología inmersiva que los llevará al centro de sitios antes inalcanzables.
Así, un grupo de "ciberarqueólogos" liderados por Matthew Vincent, de la Red de Formación Inicial para el Patrimonio Cultural Digital (ITN-DCH, por sus siglas en inglés), están ocupados haciendo modelos digitales en 3D, de objetos que se cree que han sido destruidos, para preservar los grabados y los detalles importantes para la posteridad, luego de que se diera a conocer que militantes del EI destrozaran obras de arte en el Museo de Mosul en Irak.
Los expertos, para esto, utilizan fotogrametría, una técnica para determinar las propiedades geométricas de los objetos y las situaciones espaciales a partir de imágenes fotográficas, así como fotos aportadas por los mismos visitantes, dio a conocer la cadena BBC.
El objetivo de su investigación es el Proyecto Mosul, una página web invita a la gente a presentar fotografías que hayan tomado de los objetos destruidos por ISIS, que luego se ordenan y son reconstruido en 3D por voluntarios y expertos por igual.
"Mientras más fotografías tengas, más potencial tienes para crear más puntos 3D y tener una nube densa", explicó Vincent.
Hasta el momento, más de 700 fotos se han recibido y 15 reconstrucciones en 3D son las que se han hecho, incluyendo una puerta de metal, la famosa escultura del león y una intrincada tableta pintada.
SITIOS INACCESIBLES
Sin embargo la asociación entre tecnología y arqueólogos no se limita únicamente a salvar el patrimonio de la barbarie. También implica dar a conocer sitios difíciles de estudiar para cualquier persona.
Un ejemplo de esto son las cuevas de Capadocia en Turquía, las cuales han atraído a la gente durante miles de años. Estos picos y valles son ahora un destino turístico y patrimonio de la humanidad, pero en el pasado solía ser un refugio para personas que, buscando vivir discretamente, tallaron viviendas e incluso iglesias en el paisaje. Pero incluso roca sólida sólo puede mantenerse firme durante determinado tiempo antes de sucumbir al incesante paso de pies humanos, dando lugar a que algunos de los más delicados sitios antiguos de esta zona sean demasiado peligrosos para ser visitados por los turistas.
Por otra parte, también hay que tomar en cuenta lo delicadas que son algunas zonas arquitectónicas. En el caso de estas cuevas, la sola presencia humana es un indicio de destrucción. Así, nuestra respiración, por ejemplo, transporta humedad en cuevas secas, dando un punto de entrada al moho; de igual manera, la grasa de los dedos desgasta las superficies de lo que tocan y nuestros pasos desgastan escaleras. Si se multiplica eso por grandes grupos de turistas durante décadas o siglos, el daño aumenta en gran medida, publicó Popular Science.
No obstante, la tecnología puede ser la solución a todos estos inconvenientes. En un articula reciente, publicado por Open Arhaeology, el profesor de arqueología Giorgio Verdiani propone una manera que permitirá que los turistas puedan adentrarse a tres iglesias rupestres en Capadocia, bellamente decoradas con frescos, sin siquiera poner un pie en ellos.
La idea es utilizar un escáner láser para trazar las paredes de las primeras iglesias cristianas de la cueva, medir las dimensiones de estas, su ubicación exacta y las texturas de cada rincón. Luego, utilizando una computadora, los investigadores podrán crear un modelo digital en tercera dimensión exacta del sitio, lo que podría ser utilizado para construir o imprimir una versión física en 3D. Esa versión física podría ser colocada dentro de un museo donde los visitantes con visores de realidad virtual podrían mirar alrededor y ver los frescos detallados en las paredes, experimentando la belleza del lugar sin dañarlo.
Puede parecer ciencia ficción y, de momento, sólo se trata de una propuesta. Sin embargo, con la impresión 3D y la realidad virtual en auge, la idea no suena tan loca como se podría pensar. Actualmente las impresoras 3D se utilizan para hacer de todo, desde motores a huevos de aves y son cada vez más rápidas a medida que la tecnología mejora. Por su parte, los sistemas de realidad virtual y aumentada también están mejorando, y permite que los científicos ahora pueden caminar dentro de simulaciones de tornados y las principales empresas que incursionan en la carrera armamentista traigan la realidad virtual a las masas.
Otros sitios arqueológicos también están buscando emplear ideas similares. Así, una réplica a escala real de la tumba del rey Tut abrió en Egipto el año pasado y el mes pasado, una réplica a escala real de la cueva de Chauvet, hogar del arte prehistórico, fue inaugurada en Francia.