Ciudad de México, 21 de mayo (SinEmbargo).- Puede ser sorpresa para muchos y algo obvio para otros, pero lo cierto es que las computadoras se están volviendo mejores para desarrollar algunas habilidades humanas. Así, ahora hay máquinas que escriben novelas (no muy buenas, de acuerdo con las críticas, pero las hacen), leen el dolor de una persona en su mueca, buscan sobre fósiles e incluso se enseñan unas a otras, y con los museos digitalizando gran parte de sus colecciones, la inteligencia artificial tiene acceso al mundo de las bellas artes, convirtiéndose ahora en los nuevos profesores de arte.
De esta manera, al hacer uso de la historia del arte y los últimos avances de de aprendizaje en máquinas, un nuevo algoritmo puede establecer conexiones que sólo habían sido hechas por los cerebros humanos antes.
Según publicó MIT Technology Review, los científicos computacionales Babak Saleh y Ahmed Egammal, de la universidad Rutgers en Nueva Jersey han entrenado al algoritmo para que mire pinturas y detecte en ellas su género (paisaje, retrato, boceto, etcétera), estilo (abstracto, impresionista, barroco, cubismo, por ejemplo) y el autor.
Para entrenar al nuevo algoritmo, los investigadores usaron más de 80 mil imágenes de WikiArt.org, una de las colecciones de arte digital más grandes en línea. Los expertos utilizaron este "banco de arte" para enseñarle al algoritmo cómo adentrarse en las características específicas, como color y textura, construyendo lentamente un modelo que describe los elementos únicos en los diferentes estilos (o géneros o artistas). El producto final también puede seleccionar objetos dentro de las pinturas como caballos, figuras humanas o cruces, por ejemplo.
Una vez que es educado, los investigadores le dan a sus algoritmos recién formados una serie de pinturas que nunca había visto antes, siendo capaces de nombrar al artista en más del 60 por ciento de las nuevas imágenes, e identificar el estilo en un 45 por ciento, publicó arXiv.org.
Por supuesto, no se trata de una tecnología infalible, por lo que el algoritmo aún podría utilizar algunos ajustes. No obstante, algunos de los errores que cometió son similares a los que un ser humano puede cometer, dio a conocer The Smithsonian Magazine.
Saleh y Elgammal dicen que a su nueva propuesta le resulta difícil distinguir entre las obras pintadas por Camille Pissarro y Claude Monet. Sin embargo, un poco de investigación sobre estos artistas revela rápidamente ambos se encontraban activos en Francia a finales del siglo XIX y principios del XX y que ambos asistieron a la Académie Suisse en París. Por otra parte, un experto también puede saber que Pissarro y Monet eran buenos amigos y compartieron muchas experiencias que sirvieron para alimentar su arte. Así que el hecho de que su trabajo sea similar no resulta sorpresivo.
El algoritmo hace otras conexiones como ligar el expresionismo con el fauvismo y el manierismo con los estilos renacentistas. Estas mismas conexiones no son nuevos descubrimientos para el mundo del arte. Pero, en comparación de un ser humano, a la máquina le llevó tan sólo unos meses de trabajo para descubrirlas. Así mismo, en el futuro, el equipo podría descubrir algunos nuevos conocimientos más. De igual manera, en los años próximos, un algoritmo capaz de clasificar y agrupar un gran número de pinturas ayudará a curadores a gestionar sus colecciones digitales.
Sin embargo, no hay que alarmarse. Las máquinas no parecen (por ahora) ser los sustitutos de los historiadores de arte carne y hueso. En realidad, estos esfuerzos son meramente los primeros pasos torpes de un algoritmo recién nacido.