PERFIL | Guillermina de la Torre: la priista que explota el legado del “Zar de la Basura”

15/05/2015 - 12:02 am

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Foto: Cuartoscuro
Guillermina de la Torre Malváez, candidata plurinominal del PRI a Diputada federal. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México 15 de mayo (SinEmbargo).– El historiador Ricardo Raphael la ubica como la dueña del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Distrito Federal. Su fortuna política y económica fue heredada de su difunto esposo Rafael Gutiérrez Moreno quien, gracias a la basura, se apoderó la capital mexicana. Ella es Guillermina de la Torre Malváez, candidata plurinominal a la Cámara de Diputados.

El poderío del "Zar de la Basura", que acumuló con los desperdicios de los capitalinos y el control que tenía sobre los pepenadores, tuvo raíces tan fuertes entre las décadas de los sesenta y los ochenta del siglo pasado que subsiste hasta ahora, lo que le permitió establecer en esa época fuertes vínculos con líderes del PRI, partido por el que también fue Diputado federal.

Al morir, esa gran olla de oro fue recibida por la madre de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el defenestrado ex dirigente priista en la Ciudad de México. Entonces Guillermina se convirtió en lideresa del relleno sanitario en Santa Catarina y del poderío de su ex esposo, quien fue asesinado por orden de una de sus amantes en 1987. Así, la llamada "Zarina" asumió no sólo el liderazgo de los pepenadores sino también los contactos políticos.

Desde entonces, Guillermina de la Torre y Cuauhtémoc Gutiérrez tuvieron un papel cada vez más importante en el PRI capitalino. Curiosamente, su importancia se volvió mayor en los años en los que el PRI fue desplazado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) como el principal fuerza política de la capital del país.

La razón, señaló Sergio Sarmiento en una columna publicada en El Siglo de Torreón, es que a falta de dinero de las fuentes tradicionales del partido, la familia ha aprovechado los recursos que tiene para apoyar a distintos políticos del PRI en la capital.

En su columna publicada en 2003 –llamada “Pepena y Edecanes”–, el periodista explicó que la fuerza con la que cuenta la familia se manifiesta en las distintas candidaturas del PRI a cargos de elección popular, en ese entonces Cuauhtémoc Gutiérrez, quien era asambleísta plurinominal, no podía, por las reglas internas del partido, ser candidato a un nuevo cargo plurinominal. Su madre, Guillermina de la Torre, sin embargo, fue elegida como candidata a Jefa delegacional en Iztapalapa.

Su hermana, e hija de doña Guillermina, Norma Gutiérrez de la Torre, estaba en la lista plurinominal del Distrito Federal.

El también politólogo refirió que la organización que controlan Cuauhtémoc Gutiérrez y su madre ha sido crucial para detener los esfuerzos por establecer un sistema más moderno de procesamiento de la basura, y cuestionó cómo un sistema de pepenadores que es altamente ineficiente y contaminante pueda seguir operando en el Distrito Federal.

EL NACIMIENTO DEL REINO

Para entender un poco del poder de la ahora candidata priista hay que retroceder en el tiempo para ver cómo se enraizó el negocio de la basura.

Rafael Gutiérrez Moreno forjó en los años setenta un imperio a partir de la administración ilícita de los residuos y fue llamado “Zar de la Basura” hasta 1987, el año de su asesinato. Antes de morir era dueño de una residencia de cuento de hadas, tenía brillantes en la dentadura y en su historial político, una diputación del PRI durante el sexenio de José López Portillo.

Los rellenos sanitarios surgieron debido a las advertencias de la Dirección de Limpia de la Regencia capitalina de Ramón Aguirre Velázquez (1982-1988). También creada la Dirección General de Servicios Urbanos (DGSU), de la que se desprendió un área integrada por ingenieros y observadores del proceso de la basura.

Algunos auguraban un baño de sangre de continuar tal cual la estructura tiránica de los basureros. Había que cerrarlos. Esa dirección se había propuesto algo más: profesionalizar el destino de la basura con tres plantas procesadoras en las que pudiera realizarse el reciclaje. El plan no aterrizó hasta 1994, durante la regencia de Manuel Camacho Solís, con la puesta en marcha de los rellenos sanitarios de Santa Catarina, San Juan de Aragón y el Bordo Poniente; los tres en los límites del Distrito Federal y el Estado de México.

Pero ni los pepenadores ni sus líderes se extinguieron. En cambio, el resquicio del poderío de la basura se dividió en tres, el basurero de Santa Catarina le correspondió a su esposa a su amigo, Luis Rojas el de San Juan de Aragón, mientras que uno de sus ahijados, Pablo Téllez Falcón, predominó en el de Bordo Poniente hasta 2011, cuando éste desapareció por órdenes del entonces Jefe del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard Casaubón.

“Su poder creció gracias a que desde las alturas lo protegieron. 'El Zar' financió la campaña a Diputado de Carlos Sansores Pérez y llevó a varios pepenadores a que votaran por él en las elecciones de 1972. […] Con este éxito Rafael Gutiérrez aprendió a ser político aliado imprescindible”, publicó Ricardo Raphael.

Explicó que fue capaz de movilizar cantidades enormes de dinero y acarrear a miles para los mítines priistas, a cambio la cúpula política le regaló inmunidad. El Zar de la Basura explotó a seres humanos, cometió asesinato, desapareció adversarios, secuestró enemigos y en su mejor momento llegó a registrar hasta un millón de pesos diarios, todo sin pena gracias a que gozaba de protección.

Actualmente, la “Zarina de la Basura” encabeza la Unión de Pepenadores del DF Rafael Gutiérrez Moreno AC, cooperativa con más de mil agremiados y ninguno de los cuales cuenta con salario fijo ni con prestaciones sociales.

DOÑA GUILLERMINA

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En 2001, de acuerdo con una nota publicada por La Jornada, un grupo de más de 400 familias decidió desafiar la autoridad de la "Zarina" y aprovechando su ausencia por la celebración del día de la Independencia, con un "Fuera Guille y su gobierno de terror" como consigna, tomaron en su poder las instalaciones y se pertrecharon de piedras y palos en las entradas para impedir que regresara.

La derrota del PRI fue el preludio de una supuesta caída de la herencia que le dejó su esposo. Esto no fue así porque, a casi 28 años, su poder continúa.

Y una muestra es que ni las acusaciones ni el escándalo sexual de su vástago por una supuesta red de prostitución en las oficinas del PRI capitalino fueron impedimento para que el partido tricolor incluyera a Guillermina como candidata plurinominal.

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