Ciudad de México, 17 de abril (SinEmbargo).– El pasado 9 de abril, el Instituto de Verficación Administrativa del Distrito Federal (INVEA) realizó una inspección en el Refugio Franciscano AC, ubicado en el kilómetro 17,5 de la Carretera Federal-México Toluca de la Delegación Cuajimalpa, y procedió a su clausura al argumentar la falta de condiciones para el bienestar de los animales. Sin embargo, asociaciones rescatistas denunciaron que esta acción deja un futuro incierto para los perros y gatos que han sido rescatados por el albergue, y acusaron que la decisión se tomó por interés económicos en los terrenos.
El refugio le fue otorgado a Ita Osorno por testamento público y fue abierto hace 30 años por Antonio Haghenbeck y de la Lama, su legal propietario, quien estableció que se mantuviera íntegramente para dar asilo y protección a los animales, objetivo que ahora se ve amenazado.
A través de una petición en la plataforma Change.Org, varias organizaciones exigen al INVEA y al Jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Miguel Ángel Mancera Espinosa, no dejar sin hogar a los perros y gatos del refugio ya que denunciaron que el terreno ubicado cerca de Santa Fe podría ser requerido para fines económicos.
«Debido a esto [la ubicación], su valor económico es bastante alto, además del Refugio Franciscano existen otros dos refugios que también son afectados», denuncia la misiva que en cinco días logró reunir más de 22 mil firmas.
En un comunicado reciente, el INVEA del Distrito Federal manifestó que su intervención se debió exclusivamente al uso de suelo y no por maltrato de animales. Gina Rivara Reyes, representante de la Brigada de Vigilancia Animal y del Refugio Franciscano, aclaró en una reunión del trabajo con Meyer Klip, titular del INVEA, que es falso que exista maltrato.
«Es absolutamente falso que exista hacinamiento, ejemplares lesionados o con fractura expuesta, desnutrición y falta de alimento, así como condiciones insalubres”, declaró e invitó a los medios de comunicación y al público en general a visitar el Refugio para constar su dicho.
Jimena Moreno, de Denuncia Maskota, dijo que el asunto es un interés por el terreno que se encuentra en una zona privilegiada, por lo que en las redes sociales se dio inicio una campaña de apoyo al Refugio con el hashtag #QuierenElTerrenoDelRefugioFranciscano.
«Los chiquitos [los animales] están bien, nunca estuvieron peligro. Las autoridades y nosotros cooperamos. Hacemos lo que tenemos que hacer, todo un papeleo. Aquí lo terrible fueron las mentiras sobre la situación de los animales», declaró vía telefónica Gina Rivara Reyes a SinEmbargo, encargada del albergue.
El refugio calificó estos actos recientes en su contra como una campaña de desprestigio, pero la vocera del Refugio Franciscano aseguró que se encuentran bien, buscan levantar la voz para desmentir lo que dijeron sobre el trato a los animales y reconoció el apoyo que ofrecieron los usuarios de la Internet y las demás personas.
La organización Mundo Patitas también expresó su apoyo mediante un mensaje publicado en su página oficial en el que desmentía la información que trascendió sobre el supuesto maltrato que existía hacia los animales en el lugar.
«Nos sumamos a la indignación y preocupación generalizada, porque sin duda se avecinan fuertes problemas para El Franciscano y anexas, ya que detrás de todo esto, hay un poderoso motivo: El gobierno siempre ha querido expropiar esos terrenos de alta plusvalía», denunció la asociación rescatista.
El refugio se constituyó en 1977 afectados por el abandono y crueldad que existía hacia los perros y formalizaron este proyecto de rescate. Inició con estancia para 100 perros, con jaulas de máxima infraestructura y conformando un grupo de trabajo que hasta la fecha continúa. Se dedicaron a campañas masivas de esterilización en el refugio para los perros.
La asociación afirma que pesar de los casi mil 800 animalitos y de la libertad que gozan en el Refugio Franciscano, llevan un estricto control de la salud de todos ellos que, además, son atendidos por especialistas y clínicas.
La mayor parte de las aportaciones que reciben de los donantes son destinadas para la salud y alimentación de los animales, que muchas veces cuentan con graves estragos físicos.
Como organización estuvieron presentes de manera activa en la elaboración de una legislación que permita y obligue un mejor trato y respeto a los animales, esto desde que se promulgó la primera Ley de Protección a los Animales en el Distrito Federal en 1981.