Algunos de los migrantes guatemaltecos que iban en el camión que se accidentó el pasado jueves en Chiapas, regresaron con sus propios medios a su país de origen. Pero hay otros más que se encuentran desaparecidos, mientras sus familias esperan con desesperación noticias sobre su paradero y estado de salud.
Por Sonia Pérez D.
Xecoja, Guatemala, (AP) — La desesperación de la familia de Juan Cumes Quino, desaparecido tras el accidente de un tráiler cargado de migrantes registrado en Chiapas, México, crece cada vez más. A pocas cuadras de su casa, Juan David Cumes Tecún, que también iba en ese vehículo remolque, volvió a la comunidad por sus propios medios junto a otros tres migrantes.
La familia de Juan David lo llevó al hospital el domingo y se recuperaba de las heridas sufridas en el percance, ocurrido el jueves y que dejó al menos 55 migrantes muertos.
Walter Cumes Quino —hermano mayor de Juan Cumes Quino, de 21 años— asegura que la última vez que supo de él fue la mañana del accidente. Desde entonces, afirma, el celular que llevaba está apagado.
“Mi hermano me llamó a las 7 de la mañana del jueves y me dijo que había dos tráilers, uno va a salir temprano y otro en la tarde; hoy nos van a sacar”, dice Walter Cumes Quino. El hermano le detalló que uno de los tráilers salía a las 10 de la mañana y el otro por la tarde, donde a él le tocaba subirse.
“Eran cinco del grupo, pero cuando tuvieron el accidente se separaron; le preguntamos al compañero (el que regresó), pero no sabía que le pasó, dijo que estaba aturdido y no sabía nada. Me dijo que él iba parado y mi hermano sentado al momento del accidente”, contó. Juan David Cumes, el herido, le dijo que había vuelto por su propia cuenta, herido y usando autobuses públicos.
Juan Cumes, el desaparecido, y los demás migrantes iban en busca del sueño americano. Hacía menos de un año había empezado a construir su casa de cuatro pequeños cuartos y trabajaba en una tienda de abarrotes ganando unos 130 dólares mensuales, pero cuando llegó la pandemia del coronavirus, lo despidieron.
Desesperado, sin dinero, ni trabajo, el joven migrante decidió irse a Estados Unidos, con el fin de alcanzar a su hermano Germán, de 17 años, que vive en Houston desde hace un año, cuando migró. “Nosotros le dijimos que no se fuera, pero quería alcanzar su sueño americano”, aseguró Walter Cumes. La familia le prestó los 15 mil dólares que el coyote o traficante de personas pidió para llevarlo al norte. “Sólo queremos saber si está vivo o muerto”, afirmó Cumes.
La comunidad de Xecoja Quiché —uno de los departamentos de donde habrían sido la mayoría de los heridos del accidente y ubicada al occidente de la capital guatemalteca— es una muestra palpable de la pobreza y que explica por qué muchos buscan migrar en procura de una vida mejor. La carretera para llegar a la comunidad es de terracería, intransitable en invierno y con casas de madera entre maizales. Pero también tiene construcciones recientes de casas de cemento de hasta tres pisos.
La comunidad no tiene calles asfaltadas, pero tiene tres canchas de grama sintética para jugar fútbol rápido, según los lugareños, construidas por vecinos que viven en Estados Unidos.
Miles de guatemaltecos huyen del país cada año buscando llegar al norte y salir de la pobreza. Unos tres millones de guatemaltecos viven en Estados Unidos desde donde aportan cada año más de 11 mil millones de dólares en remesas.