Lejos de las tradicionales escenas en las que el anciano de barba blanca arropa a los niños sentados a su lado, este Papá Noel con cubrebocas interactúa con ellos a lo lejos y les pide un buen comportamiento sin que pierdan la inocencia y la esperanza.
Guadalajara (México), 13 de diciembre (EFE).- Un espectáculo de luces en la mexicana ciudad de Guadalajara ofrece un recorrido en automóvil para conservar en los niños la ilusión de la época navideña a la vez que fomenta la sana distancia y evita contagios por la COVID-19 en un momento de repunte de la pandemia.
Con entusiasmo niños de todas las edades se asoman por las ventanas de sus vehículos. Su mirada curiosa comienza a sorprenderse apenas desde la entrada, en donde son recibidos por cientos de luces, canciones navideñas y los ayudantes de Papá Noel.
“Es una experiencia en tiempos difíciles que da la oportunidad de tener un mensaje de esperanza, después de mucho tiempo en que estuvimos resguardados y preocupados este lugar es un poquito de dispersión para la gente”, dijo a Efe Óscar González, uno de los promotores de Santa´s Village.
El espectáculo consta de diez escenarios iluminados con más de un millón de luces led sincronizadas en los que se van mostrando momentos representativos de las fiestas navideñas en México como las piñatas, el montaje del nacimiento de Jesús además de un árbol gigante.
El recorrido puede hacerse en familia y completamente en automóvil para evitar el contacto con otras personas, además de que deben portar mascarilla y someterse a una medición de temperatura corporal previo a su ingreso.
Los pequeños van de sorpresa en sorpresa al ver a diferentes personajes de películas infantiles celebrando la Navidad. La emoción es mayor cuando se encuentran con un Papá Noel que los recibe al pie del árbol de luces.
Lejos de las tradicionales escenas en las que el anciano de barba blanca arropa a los niños sentados a su lado, este Papá Noel con cubrebocas interactúa con ellos a lo lejos y les pide un buen comportamiento sin que pierdan la inocencia y la esperanza.
Los niños desean bajarse y abrazarlo, los padres hacen todo por impedirlo. Más que la tristeza de decirle adiós, los pequeños se quedan con la inquietud de querer tocarlo y los papás deben tranquilizarlos.
“Vemos a los papás llorando, a los niños llorando y se estruja el corazón, da nostalgia esta situación que vive la humanidad, pero a la vez, mucha satisfacción de haber logrado esto en estos tiempos tan difíciles, ese es nuestro mensaje: esperanza, fe y felicidad aunque sea en pequeñas dosis”, señaló González.
El espectáculo continuará hasta el 15 de enero y podría ser replicado en otras ciudades mexicanas.