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Fabrizio Mejía Madrid

13/11/2024 - 12:05 am

Los panistas son venezolanos

“Lo primero extraño es que se la han pasado diciendo que México ‘será Venezuela”’ pero los únicos realmente que quieren que así sea son los panistas”.

La ex diputada, sobrina de Felipe Calderón y Margarita Zavala, Mariana Gómez del Campo organizó un foro el día anterior a la elección de su ex novio, Jorge Romero, como presidente nacional del PAN. Era la segunda edición del foro, aunque nadie se haya enterado. A pesar de que sólo lo estaban siguiendo en vivo mil 400 personas, fue interesante mirar la retacería de compromisos e ideas huecas que persigue en estos días la derecha mexicana. Lo primero extraño es que se la han pasado diciendo que México “será Venezuela” pero los únicos realmente que quieren que así sea son los panistas. Lo digo porque todo el foro giró en torno a la figura de la señora María Corina Machado. ¿Quién es ella, a la que Mariana presentó como una “heríona”, “guerrera”, “líder mundial por la libertad”? Pues es una ex diputada que promovió un golpe de Estado en 2002, violencia paramilitar en 2014 y 2017, y pedir una intervención militar de Estados Unidos para derrocar al Presidente Nicolás Maduro. María Corina Machado es parte de Diálogo Interamericano, una organización financiada por la OEA y el Banco Interamericano de Desarrollo. Pero, al igual que las panistas mexicanas, es una perdedora. No pudo ganar una interna de la oposición anti-chavista contra Henrique Capriles y éste, a su vez, perdió contra Hugo Chávez por más de millón y medio de votos. Siguieron perdiendo contra Nicolás Maduro, a pesar de que contaron con el apoyo del Centro Carter y que las sanciones de Estados Unidos contra el país petrolero redundaron en una escasez de alimentos. Cuando los prianistas se refieren a “ser Venezuela”, se refieren a la escasez como si fuera un problema del propio modelo económico venezolano y no resultado de las sanciones estadunidenses y europeas que María Corina Machado apoyó. Esta ex diputada también estuvo detrás de las protestas violentas que dejaron 43 muertos en 2014 y el incendio de la fiscalía. Maduro terminó expulsando a tres diplomáticos estadunidenses por su participación en la violencia politica. Fue entonces que el gobierno de Venezuela la acusó de traición a la patria, por colaborar con los gringos en una intervención en asuntos internos. Ella también trató de expulsar a Venezuela de la OEA, como se hiciera con Cuba en 1962. No lo logró. Estados Unidos con Obama en la presidencia ahorcó a Venezuela con 960 sanciones económicas, que trajeron un empobrecimiento de los venezolanos a niveles que no se veían desde antes de Hugo Chávez. Pero la oposición siguió perdiendo. A pesar de que en 2016 ganaron la mayoría del Congreso, en vez de contruir algo desde ahí, decidieron calentar con protestas violentas las calles. Después, se atascaron en hacerse de un presidente propio, Juan Guaidó, y desconocer todo proceso democrático. Donald Trump apretó las sanciones de Obama y amenazó con invadir Venezuela. La USAID gastó en la oposición 367 millones de dólares, pero perdió su inversión. Guaidó, que obtuvo el reconicmiento de Estados Unidos y de la Unión Euopea fue perdiendo apoyo interno y, poco a poco, en 2021 y 2023 el externo. La oposición perdió también la mayoría que había tenido en el Congreso. En diciembre de 2022, el Wilson Center, del que Anthony Blinken, el secretario de Estado de los Estados Unidos forma parte, decidió orillar a Maduro a negociar con la oposición. Se dejaron atrás las protestas violentas en las calles y, ahora, el tema fue “denunciar la represión”. Como María Corina estaba inhabilitada, el candidato fue un ex empleado de la CIA en Nicaragua, Edmundo González. Volvió a perder. Pero esta vez, María Corina exhibió una actas que le daban a su candidato 70% de los votos. Es como si tomáramos en serio a Pedro Ferriz, cuando dice que Xóchitl Gálvez ganó la elección presidencial.

Bueno, pues todo el foro de Mariana Gómez se organizó en torno a este personaje. Para ello, se hicieron acompañar de lo que pudieron de la derecha latinoamericana, un ex presidente de Costa Rica, un senador de Colombia, y la ministra de seguridad de Javier Milei en Argentina. Su nombre es Patricia Bullrich que dijo dos mentiras, de entrada. La primera fue que su país, Argentina, es el segundo “país de pertóleo”, así dijo. Es el 31, después de Arabia Saudita, Rusia, Candá, México, Brasil, es decir, casi todos. La segunda mentira fue contra la nueva redacción de la Constitución mexicana, la de la elección de los jueces. Dijo: “En zonas controladas por el narcotráfico se votará por jueces apoyados por el narcotráfico. Eso es el intento de control social de la población”. Es algo que Acción nacional ha repetido desde el principio de la reforma constitutcional: según ellos, Genaro García Luna y el Cartel de Sinaloa controlan regiones enteras del país y obligan a los electores a votar por los suyos. Si los carteles de la droga fueran un partido político serían el PAN, por las evidencias del pasado, pero eso no lo ven los propios panistas.

Luego, vino la diversión. El novelista Francisco Martín Moreno. De entrada, se puso de tapete ante la argentina: “Con qué gusto hubiéramos disfrutado a Patricia Bullrich como Presidenta de México. Tenemos una presidenta que pretende serlo pero que en realidad está escondida detrás de las mamparas de Lopéz Obrador”. Luego el novelista se preguntó: “¿Qué hubier pasado si América Latina hubiera estado gobernada por los Castros, los Maduros, los Trujillos?”. Me sorprendió la mención a Trujillo. Se refiere a Rafael Léondas Trujillo, el dictador de Dominicana, “El Chivo” de la fiesta que noveló Vargas Llosa. Moreno es tan ignorante que no sabe que Trujillo era anti-comunista, impuesto por los Estados Unidos, aliado del dictador fascista Francisco Franco de España. Justo lo que es su invitada venezolana. Luego dijo que han emigrado muchos de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Dejar fuera de la nueva migración a Haití o, peor, a los que más emigran a Estados Unidos que son de la India o Filipinas, es para forzar la idea de que es por el temible “comunismo” que emigran las poblaciones. Moreno cree que el comunismo existe, ahora llamado “populismo”. Moreno también cree que López Obrador sigue siendo presidente porque dijo: “La justicia se imparte desde los estados de ánimo del ex presidente de la república que controla el poder ejecutivo, legislativo y judicial”. Que sea el mismo movimiento y partido el que gobierne dos periodos presidenciales, como lo fueron Fox y Calderón, vía un fraude, no quiere decir que Martín Moreno haya dicho que Fox gobernaba a través de Calderón. Y se le olvida que Norma Piña y sus siete ministros todavía no renuncian. Pero Moreno nos tenía reservada una broma brillante. Dijo: “Yo creo que una de las grandes fragilidades es que fracasamos en educación. En 1821 el 80% no sabían leer y escribir y si no sabes leer ni escribir tampoco puedes generar recursos”. Aquí sí se voló la barda: imagínense los esclavos, los peones, la servidumbre del siglo XIX que, sin saber leer, generaronb todos los recursos del porfiariato. Lo que Moreno evita decir es que la educación pública y las alfabetizaciones no comenzaron hasta un suiglo después, en 1921. Pero sin miedo a la carcajada, siguió: “Y ese 20% que sí sabía leer y escribir, que sí se capacitó, es el que crea hoy las desigualdades”. Ay, mi primo hermano: saber leer y escribir en el siglo XIX, ¡generó las desigualdades actuales! Ni Salinas, ni Zedillo, ni Fox, Calderón-Peña, ni el PRIAN y los empresarios que no pagaban impuestos, ni los explotadores que no subieron los salarios en cuarenta años, ni las empresas extranjeras, generan la desigualdad. Los culpables fueron los que sabían leer y escribir en 1821. Vaya. Y se siguió ya sin freno bucal: “Pero lo peor de todo es que, sabiendo López Obrador que en México había 50 millones de pobres, lo que hizo fue disponer de los recursos públicos para regalar dinero y comprar las voluntades electorales. Por eso lo peor que le puede pasar a un país es que un populista llegue, se apropie del ahorro público y con él se aproveche y lucre con las necesidades de la gente. Y por mucho tiempo porque mucha gente que está muy necesitada prefiere recibir una cantidad de dinero con tal de que voten y se eternizen en el poder estos malditos morenistas. ¿Dónde termina la culpa del gobierno y dónde de la sociedad?”, se preguntó y nos dejó pensando en cómo los que sabían leer en 1821 ahora ya no detentan ese poder sobre las letras escritas y, aunque el 90% del país está alfabetizado, esa ya no es una virtud, sino que son los que venden su voto por el dinero que les sigue regalando López Obrador, aunque ya no lo veamos desde hace más de un mes.  Y remató: “En 2025 vamos a elegir a 800 juzgadores, No sabemos quiénes son. Morena sí sabe. Es una manera de disimular la instauración de una dictadura. Estamos dando un brinco atrás de unos 115 años, si nos instalamos en la de Victoriano Huerta”. Pues instalados están. Quisieran que México fuera una dictadura para sentirse los salvadores de la democracia decente, la de los que sí sabían leer y escribir en 1821. Qusisiera que hubiera escasez de alimentos para decir que el modelo económico ha fracasado y ellos tienen la respuesta, que es la de Javier Milei.

Corretearon al pobre de Martín Moreno porque ya estaba conectada la heroína Machado. Ella dijo: “Venezuela es el principal combate de occidente en este momento. Le ha abierto como santuario a Hezbollah, los carteles de la droga, Siria, Hamas. Ni Ucrania ni Siria son crisis humanitarias. Es Venezuela”. Se le olvidó mencionar Gaza, pero está bien, porque ella estaba enumerando a las bestias negras para Occidente, que ese lugar donde hay castillos, reinas, unicornios, y el Centro Carter. Pero la reacción de Mariana Gómez del Campo fue brutal: “Yo me considero venezolana”, aseguró y recibió un aplauso al trámite de naturalización verbal.

Luego vinieron los supuestos representantes del continente. Efraín Cepeda, Presidente del senado de Colombia, que habló en nombre del Congreso de su país, como si su partido fuera el único. Él leyó la declaración de este foro, que por cierto, se llamó América Libre, donde se pudo leer esta gema brillante: “Rechazamos la descalificación de los procesos jurídicos que investigan delitos, a los que la izquierda despectivamente llama lawfare”. Reivindicaron la guerra judicial, elñ intervencionismo estadunidense en las leyes, el usar los mecanismos legales como sustitutos de la política, de querer ganar en el expdiente judicial lo que no pueden ganar en las urnas. Buenísimo. Luego vino la parte mexicana: “Exijimos al gobierno de México respeto a la pluralidad”. De que se respeta la pluralidad, se respeta, pero es que la oposición no obtuvo más que 16 millones de votos de los 60 millones emitidos. A ellos, al PRIAN, deberían de exigirles que se respeten. Luego dice la declaración: “La reforma judicial es un duro golpe contra la separación de poderes y es un peligroso precedente para todo el continente. Apoyo a Ucrania en su liberación”. Así la retacería de consignas huecas de la derecha supuestamente continental.

Todavía nos faltaba la mesa de análisis de la columnista de sociales del Financiero, Lourdes Mendoza. Empezó con un dislate: “Esta semana ha sido de luto. Votaron por el señor Clinton. Digo, por Trump. La narrativa no importa, lo que importa es cómo lo dicen. La gente sale y vota.” Con este tremendo análisis empezó su mesa llamada: “La libertad bajo asedio. Es la hora de los demócratas”, con Nadia Blel presidenta del partido conservador de Colombia, Paola Bautista de Alemán, de Primero Justicia de Venezuela, la enfermera del infierno, Patricia Aguayo, la que habló durante meses en nombre de los trabajadores de los juzgados que fueron a una huelga sin dejar de cobrar sus salarios. También estuvo Juan Carlos Hidalgo, de la Unidad Social Cristiana de Costa Rica. Lo más destacable fue las palabras que la colu,nista del Financiero le dijo a patricia Aguayo: “tenemos nuestra mujer luchadora, como maría Corina. Ella ha levantado la voz. Le pregunto, ¿cómo podemos vivir si muy pocos salieron a defender la separación de los poderes?” No sé a quien le impediría “vivir” el que nadie saliera a apoyar a los de la huelga todo pagada, ni siquiera a los propios huelguistas que siguieron cobrando y viviendo. Pero así lo preguntó la del Financiero. La llamada “Paty” Aguayo señaló con su rostro adusto, aunque nerviosa porque pasó de irrumpir en el Senado de la República a estar junto Mariana Gómez del Campo. Dijo: “Nos dieron al diablo las instituciones, y ahora tenemos funcionarios públicos serviles al oficialismo. Han secuestrado a las instituciones del país. Ya no quieren jueces de carrera judicial que llevan 20, 30 años preparándose. Ya no quieren a esos porque se atrevieron a amarrarle las manos y que no permitieron que López Obrador avanzara. Hay tras personas que no les interesa nada: están en la comodidad de sus hogares estirando la mano porque les dan 2 mil pesos cada mes. O jóvenes que no les interesa. Tenemos una sociedad civil que nos ha acompañado a una serie de actos en donde el PJF que somos funcionarios públicos con una carrera judicial que noes hemos volcado a nuestro trabajo siempre honesto y honrado e dictar amparos. Que no sabíamos lo que era salir a la calle, alzar la voz, gritar consignas como aquella de México entiende, la dictadura está presente. Porque ya la tenemos esa dictadura”.

Luego continuó el desvarío: Mendoza dijo: “No se imaginaron que en una tómbola, así salieron unas pelotitas y decidieron así que jueces se iban otro año”. El de Costa Rica aseguró: “Si Nayib Bukele se presentara en cualquier país a las elecciones, arrasaría”. Lourdes Mendoza: “ya compraron a todos los institutos y cedieron la supremacía constitucional pues puede cualquiera llegar y decir: `hoy quiero la pena de muerte´ y pasa en ese preciso instante. Ese es un poquito el problema que tenemos hoy en día”.

Aguayo siguió con intensidad su descalificación de los que no sabían leer y escribir en 1821. Dijo: “a la gente de abajo en México no le interesa lo que pasa en las escalas políticas”. No sabía que había escalas en política, pero bienvenidos al solfeo. Sigue Aguayo: “Hay que hacerlos que reaccionen. Y ahora que tomamos la Cámara de Diputados empezamos a despertar la inquietud de las personas. Sugiero acercarnos a la ciudadanía. Si ven que los ayudamos, estarán a nuestro lado. Los que viven al día, los que no leen los periódicos, resolverles sus dudas con un café y galletitas gratis. Hacer una lotería jurídica con regalos para la gente. Llevar juguetes a las personas de menos recursos para que se acerquen al Poder Judicial. Esto es lo siguiente para México”.

Mientras entonaba un cantante Jonathan el Tan Enamorados de Ricardo Montaner, se volvió a conectar María Corina Machado y ese fue justo el momento en que apagué la computadora.

Fabrizio Mejía Madrid
Es escritor y periodista. Colabora en La Jornada y Aristégui Noticias. Ha publicado más de 20 libros entre los que se encuentran las novelas Disparos en la oscuridad, El rencor, Tequila DF, Un hombre de confianza, Esa luz que nos deslumbra, Vida digital, y Hombre al agua que recibió en 2004 el Premio Antonin Artaud.

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