Los expertos alertaron que la resistencia a los medicamentos es un tema grave, que se ha convertido en un problema global, en el que participa toda la sociedad, ya que de acuerdo con datos de la OMS, es la causa de muerte en 700 mil personas al año en todo el mundo, y que para 2050 la cifra aumentará a 10 millones de víctimas.
Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo).- Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alertó que la próxima crisis de salud mundial podría ser provocada por la resistencia antimicrobiana (RAM) que presentan las bacterias a los antibióticos.
En conferencia virtual, recordaron que desde hace años este problema ha ido en aumento debido “al uso inadecuado y desmedido que tenemos de estos medicamentos para tratar enfermedades que no siempre requieren de ellos”, una problemática a la que se le considera “una pandemia silenciosa”.
“Nuestra intención es llamar la atención sobre la resistencia a los antibióticos ante la presentación silenciosa que tiene el problema. No tiene la estruendosidad de una pandemia o de un huracán, pero sus consecuencias pueden ser mucho más graves”, afirmó Samuel Ponce de León Rosales, titular del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la UNAM, la cual creó el Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana (PUCRA).
Durante el conversatorio digital denominado “La pandemia silenciosa. La resistencia antimicrobiana”, los expertos refirieron que, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la RAM es la causa de muerte en 700 mil personas al año en todo el mundo, y que para 2050 la cifra aumentará a 10 millones de víctimas.
Ponce de León explicó que la resistencia a los medicamentos es un tema grave que, incluso, interfiere en cuestiones como los trasplantes, las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos que se requieren para prevenir infecciones, situación, agregó, que se ha convertido en un problema global, en el que participa toda la sociedad.
Lo anterior, porque los pacientes exigen los fármacos en las consultas o al automedicarse, mientras que los médicos los recetan en ocasiones en las que la enfermedad no los requiere. Por su parte, las farmacéuticas promueven su compra, y las farmacias, los venden de forma desmedida en consultorios anexos, detalló el investigador.
En su intervención, Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor de la Facultad de Medicina (FM) y vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus, dijo que, por ejemplo, los medicamentos “no sirven para tratar la COVID-19, infección viral, pero se usan en hospitales y en consultas ambulatorias para tratarla”.
Comentó que durante la pandemia por esta enfermedad, se ha atendido a lo pacientes “con terapias de antibióticos en 87.7 por ciento de los casos”, por lo que recomendó disminuir su uso en la agroindustria, regular su consumo en la salud humana y documentar la infección que se está tratando.
En tanto, Ana María Ocaña Castañeda, gerente médico de la empresa Reckitt, presentó el Proyecto de Educación sobre Resistencia Antimicrobiana en México (PERAM), que de manera conjunta con la UNAM busca impulsar acciones “dirigidas a disminuir el 50 por ciento del consumo de antibióticos a nivel global”.
Para ella, la resistencia es una decisión personal que ocurre en los hogares, en la consulta médica y al elegir los alimentos que consumimos. Por ejemplo, dijo, cuando presentamos dolor de garganta “lo primero que hacemos es tomar una tableta o una cápsula que nos sobró del antibiótico de la vez pasada”.