Alta costura, un filme que se asoma a la industria de la moda arraigada en Francia, forma parte del Tour de Cine Francés que se extiende para todo el mes de octubre y a través de 78 ciudades de la República compartiendo un poco del país galo para México.
Ciudad de México, 13 de septiembre (SinEmbargo).- El Tour de Cine Francés está de vuelta con sus acostumbrados siete filmes que son referente de la cultura del país europeo, y en esta edición número 26 un título clave de ello es Alta costura, una muestra de que la industria de la moda forma parte de la historia de Francia.
El filme de la cineasta Sylvie Ohayon (Papa was Not a Rolling Stone, 2014) relata la historia de Esther (Nathalie Baye), jefa de costura en el taller de la Maison Dior, que vive la etapa final de su fructífera carrera en tranquilidad hasta que se topa con Jade (Lyna Khoudri), una inquieta joven que roba su bolso dentro del metro de París.
Aunque logra su cometido, el remordimiento invade a la joven de 20 años cuando se da cuenta de a quién pertenece el bolso, y decide devolverlo.
Pese a su carácter recio, y en estado de confusión por la situación, Esther decide darle una oportunidad a Jade no llamando a la policía y, además, ofreciéndole ser su aprendiz.
“La película tiene dos puntos de origen. Yo soy muy patriota, me encanta mi país, y quería rendirle un homenaje a los oficios de mi país, concretamente a la costura porque la alta costura es típicamente francesa, creo que nosotros fuimos los que lanzamos este sector”, indica Sylvie Ohayon en un encuentro con medios desde Francia en el que SinEmbargo estuvo presente.
“Y el segundo punto es porque quería rendirle homenaje a los artesanos, es decir, a aquellos que generan la belleza y quienes desgraciadamente no son quienes reciben las grandes ganancias de esa industria lujosa que es la costura”, agrega.
Ohayon, que encontró en este filme su segunda historia hecha largometraje, hizo de ella una trama que se tomó muy en serio y quiso tomar con el mayor respeto al oficio obligando a sus actrices a aprender su aspectos básicos.
“Al principio la película se llamada Belleza del gesto, entonces para mí era importante que el gesto fuera bello, entonces Nathalie Baye, Lyna Khoudri, Pascale Arbillot y Clotilde Courau tomaron clases de costura durante tres meses con una costurera de Dior, y durante varias semanas se les enseñó coser una tela”.
En Alta costura cada detalle fui cuidadosamente pensado, y no hubo lugar a la improvisación, pues la cinta debía ser un retrato honesto del oficio y así acercar al espectador a lo que realmente sucede detrás de esa exclusiva prenda que viaja a las mejores pasarelas y que va más allá de lo banal.
Por ello, los rituales de las costureras y sus mañías debían ser mostrados, y hasta para algunas tomas las actrices tuvieron que contar con dobles de manos para que la lente fuera testigo de los cortes e hilvanados más delicados.
La figura de Esther como este mentor, que aparte es mujer, es clave en la cinta que también deseaba remarcar este aspecto y dejar de contar las historias donde los hombres sólo parecen figurar.
“Creo que hoy nos estamos dando cuenta que la sociedad entera tiene una deuda con las mujeres, yo adoro a los hombres, y el mundo no está cortado en dos, de los hombres de un lado y las mujeres de otro, sino no habría humanidad ni nos reproduciríamos, pero es cierto que lo que estamos viendo en Irán a mí me conmueve muchísimo porque uno dice qué valentía, uno dice cuánta valentía hace falta y cuánto sufrimiento necesitan haber tenido estas mujeres para hacer cómo se están levantando a pesar de que les han puesto un pie en oka cabeza”, destaca Ohayon.
“Hay un sistema patriarcal que se instauró en todos los países del mundo. […] Tenemos que educar de una manera distinta a los niños, tenemos que explicarles que el tren está cambiando en dirección”, indica la cineasta quien además señala en la industria cinematográfica en Francia eso también comienza a cambiar al aumentar cifras de participación del 22 al 38 por ciento de directoras.
La cineasta autodidacta agradece el paso del tiempo que cambia las realidades muchas veces a conciencia y que permite a los artistas a poner su granito de arena:
“Entendí con la edad, que el artista es aquel que es capaz de reparar su infancia y que al hacerlo repara también una parte del mundo a través de su arte”.
Alta costura forma parte del Tour de Cine Francés que se extiende para todo el mes de octubre y a través de 78 ciudades de la República compartiendo un poco de Francia para México.
“Mostrar la cultura francesa al pueblo mexicano es lago que me da mucho gusto, está muy bien compartir nuestras culturas y yo creo que la ropa es un vector cultural que podemos mostrar al mundo”, culmina.