Algunos científicos sospechan que los cambios climáticos responden a dos fenómenos: el primero es pura física. Al calentarse, la atmósfera retiene más agua, un siete por ciento más por cada grado Celsius; otro factor son las corrientes de aire detenidas y cada vez más ondulantes. Pero la respuesta, aseguran, debe comprender diversos factores.
Ciudad de México, 13 de septiembre (SinEmbargo).– México y el mundo viven tiempos de sequías seguidas de inundaciones. El cambio climático ayuda a explicar una parte de la historia, pero los expertos consideran que la situación es más compleja que simplemente intentar englobar todo bajo una sola respuesta.
“En términos históricos son alarmantes por la magnitud del impacto, no por el fenómeno climático. Sequías han habido toda la historia, desde que el mundo es mundo, y sequías mucho más severas y prolongadas, pero la diferencia es la magnitud del impacto”, explicó el Doctor Víctor Orlando Magaña Rueda, investigador del Departamento de Geografía Física del Instituto de Geografía de la UNAM en entrevista con SinEmbargo.
En los primeros meses del 2022, y sin aún resolverse la escasez de agua, Nuevo León entró en estado de emergencia por falta de recursos hídricos: peleas por garrafones y falta de recursos hídricos, en una sequías intensa y que se extendió en la región y en la república.
En julio, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo de carácter general de inicio de emergencia por ocurrencia de sequía severa, extrema o excepcional en cuencas para el año 2022.
“Los medios manejan impactos, no manejan el clima. Nos muestran una llave de agua sin gotas, o la vaca muerta, o el cultivo seco para decirnos: hay sequía. Esos son los impactos. La parte que debiera intentar entenderse es qué causa la sequía. Con datos de cuánto llueve, cuánto debo esperar que llueva. Si alguien se hubiera tomado la molestia de mirar un climograma, sabrían que el mes que más llueve en Monterrey es septiembre”, explicó Magaña Rueda.
“Una vez que queda evidente para la falta de planeación en el crecimiento [poblacional], porque hay mayor demanda de agua, y hay concesiones que se tienen que cumplir, pues las autoridades recurren a lo que llamamos el paradigma naturalista: voy a echarle la culpa a Tláloc: ‘No haces llover como yo quiero. No tengo agua’. ¿Quién fue el culpable? No la Conagua, o la administración local, sino la naturaleza. Es la salida fácil y simplona que utilizan los responsables para no asumir su responsabilidad”, argumentó.
Durante la primera quincena de marzo, el 83.27 por ciento del territorio nacional (mil 104 municipios) se encontraba en algún grado de sequía —principalmente Chihuahua, Sonora y Tamaulipas—, ya que se registró 24.8 por ciento menos de lluvia que lo habitual para este periodo, de acuerdo con el Monitor de Sequía de la Conagua.
En su último reporte, al 31 de agosto de 2022, las cifras disminuyeron contundentemente. Apenas un 27.05 por ciento del territorio mexicano sufría de algún tipo de sequía. Pero, además, como en los casos mencionados, y otros más en Asia y África, las inundaciones se han intensificado también en plena emergencia hídrica.
En el caso de Monterrey, “todo mundo dice cambio climático, pero es mucho más complicado que lo que nos han dicho hasta ahora”, resalta Magaña Rueda.
“Cambio climático es una tendencia de muy largo plazo, de más de 30 o 40 años, que se observa en temperaturas, en cómo llueve. Este año se presentan las sequías y de inmediato queremos asociarlo. Incluso cuando uno ve datos en la zona del noreste de México, uno encuentra que desde hace como 10 años llueve más de lo esperado normalmente. Claro, en esa tendencia, habrá años donde llueva menos y traen sequías. Entender la diferencia, que podría parecer simple, no se le da a mucha gente y en particular no se le da a los políticos”, cuestionó.
Coahuila –afectada también por sequías así como Nuevo León e incluso el estado de Guerrero, en el sur del país, han sufrido fuertes inundaciones en los últimos días y semanas–, en el municipio de Múzquiz, una persona murió y unas cinco mil personas en 27 colonias fueron afectadas la semana pasada.
En Cadereyta, NL, cuatro personas murieron cuando su camioneta fue arrastrada por una corriente. Decenas más fueron rescatadas en distintos municipios de la entidad, que pasó de los memes de la escasez del agua a los videos de las imponentes corrientes y las fuertes inundaciones en tiempo real.
“La gente ha oído hasta la saciedad sobre cambio climático. Todo mundo repite la misma canción y al final no hay un sólo responsable: después de esto no sabemos quién administra el agua en Monterrey y qué pasó para que se llegara a esta situación. ¡Claro que existe el cambio climático! Eso ya nadie lo duda, pero lo que queremos entender es qué sí y qué no, porque no todo se resuelve diciéndolo, quizá mucho tiene que ver con el modelo de desarrollo, la corrupción y el abuso que dominan en un país como México”, afirmó el experto.
Además de las tendencias de largo plazo observables del clima, Magaña Rueda plantea un cuestionamiento: “¿Qué tipo de modelo de desarrollo que hemos seguido ha hecho tan frágil [el clima]? La crisis hídrica por mal manejo de agua, por contaminación, por sobreexplotación, por todo eso, no se construye a partir del cambio climático. Hasta nos favorece en materia de lluvia. Pero lo queremos medir todo a través de los impactos y eso nos da respuestas incorrectas”, dice.
Los ejemplos resaltan en un extremo y el otro del mundo. Uno de los más destacados, por su gravedad, es Pakistán. Entre enero y abril de este año, el país sufrió una caída del 21.6 por ciento de agua de lluvia con respecto al mismo periodo del año pasado, según el reporte de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
“Debido a un abrupto aumento de la temperatura máxima diaria, una situación de ola de calor se observó a mediados de marzo y hasta [mediados de mayo], con una temperatura de superficie muy alta, afectando la región de lluvias” del país, precisa el reporte.
Tan tarde en el año como finales de mayo, el Gobierno pakistaní envió una alerta de sequía.”Condiciones difíciles podrían exacerbar y afectar la agricultura, los recursos hídricos y el ganado, hasta mediados de junio, antes de la llegada de la época de los monzones”, indicó el comunicado del Departamento Meteorológico pakistaní. Pero ni las autoridades ni los expertos esperaban una temporada de monzones como la que ocurrió.
El país sufrió lluvias monzónicas, a partir de junio y hasta finales de agosto, que dejaron casi medio millón de personas hacinadas en campamentos tras perder sus hogares, así como casi mil 200 muertes reportadas.
La Ministra de Medio Ambiente, Sherry Rehman, y los meteorólogos dijeron a The Associated Press que se esperaban nuevos monzones en septiembre. La temporada de monzones se adelantó y llegó desde el comienzo del verano con más fuerza de lo habitual, informaron las autoridades. Las lluvias masivas de la semana pasada afectaron a casi todo el país.
Pakistán está acostumbrado a las lluvias monzónicas y las inundaciones, dijo Rehman, pero no de esta manera. “Lo que vimos recientemente en las últimas ocho semanas son cascadas implacables de lluvia torrencial que ningún monzón había traído antes”, lamentó.
Las inundaciones dejaron a un país bajo el agua. Así lo comprobó la NASA desde el espacio, con la comparativa de dos imágenes, tomadas el 4 y el 28 de agosto pasados, mostrando las consecuencias de los monzones.
These false-color Landsat images, acquired on August 4 and 28, show the devastating flooding in Pakistan in deep blue. The country has been drenched by extreme monsoon rains since June causing the worst flooding in a decade. https://t.co/xDMfV5V1El pic.twitter.com/FRLbZOgfYP
— NASA Earth (@NASAEarth) September 1, 2022
Un caso parecido fue el de Texas. Partes del norte de la entidad, sumidas en una fuerte escasez de recursos hídricos (76.03 por ciento de su territorio con algún tipo de sequía), ha sufrido inundaciones por lluvias torrenciales en plena emergencia.
En sólo dos semanas de fines de julio y principios de agosto, en pleno verano, Estados Unidos registró 10 lluvias torrenciales de esas que se dan una vez en 100 ocasiones, según estimó para la AP el jefe de pronósticos del Centro de Predicciones Climáticas Greg Carbin. Y esto sin contar la de Dallas, que bien puede ser de la categoría de una en mil.
En julio y agosto, no obstante, el país padeció “un exceso de lluvias extremas no tropicales”, indicó Carbin, del Servicio Climático Nacional. “Eso es inusual”, le dijo a AP.
La zona de San Luis y el 88 por ciento de Kentucky pasaban por un período inusualmente seco a comienzos de julio cuando hubo un temporal de proporciones bíblicas, con inundaciones que devastaron comunidades enteras. Lo mismo pasó en Yellowstone en junio. Este mes, el Valle de la Muerte de California, que sufría una severa sequía, registró lluvias intensas que causaron inundaciones. Pero la sequía continúa.
“Las sequías, las tormentas y las inundaciones, todos fenómenos relacionados con el agua, dominan la lista de catástrofes de los últimos 50 años, tanto en términos de pérdidas humanas como económicas”, según un análisis de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) citado por Naciones Unidas en octubre de 2021.
Magaña Rueda, por su parte, explica: “¿Qué pasa si la población crece a las tasas en que está creciendo y empieza a ocupar espacios más cerca de estos lugares? Cuando uno ve que se está inundando aquí y allá, no dice: ‘será porque llovió mucho’, si otros años llueve hasta más, pero estoy leyendo que está pasando en estos lugares. Entonces uno tiene que recurrir al contexto”, indica
“El suelo, el territorio, ha sido alterado, donde había un bosque, una vegetación natural, hoy se han construido ciudades, carreteras, parques industriales, que evitan que todo se pueda infiltrar y si no se filtra se va a escurrir, y va a escurrir a ciertas zonas donde nos quedamos asustados de que se inunde”, completó.
Otros científicos sospechan que los cambios climáticos responden a dos fenómenos. El primero es pura física. Al calentarse, la atmósfera retiene más agua, un siete por ciento más por cada grado Celsius (cuatro por ciento por cada grado Fahrenheit).
Piense en una esponja gigantesca, propuso el climatólogo Daniel Swain, de la UCLA y de Nature Conservancy. Absorbe más agua de un terreno reseco, como una esponja, “lo que explica por qué vemos sequías más fuertes en algunos sitios”, señaló. El sistema sigue su curso, con agua adicional, y provoca aguaceros más intensos.
Otro factor son las corrientes de aire detenidas y cada vez más ondulantes –el “río atmosférico” que mueve los sistemas climáticos de todo el mundo–, según Francis, del Woodwell. Algunos sistemas de tormentas no se mueven y dejan caer enormes cantidades de agua en ciertos sitios. En otros, como en China, el aire caliente se frena con la llegada de climas más fríos y mojados a su alrededor.
“Cuando estos patrones de corrientes se amplifican, que es lo que está pasando más a menudo, notamos más de estos cambios de clima extremos”, señaló Francis.
Cuando la tierra se endurece mucho por la sequía, el agua no penetra tanto y puede provocar inundaciones, de acuerdo con Francis y otros científicos.
Y es que, de las 10 principales catástrofes registradas durante el último medio siglo, las que han provocado la mayor cantidad de víctimas han sido las sequías con 650 mil muertes; seguidas por las tormentas, con 577 mil; las inundaciones, con 58 mil; y las temperaturas extremas, con 55 mil, según el Atlas de la agencia de Hábitat de la ONU sobre mortalidad y pérdidas económicas debidas a fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos entre 1970-2019.
El informe de la OMM citado por ONU-Hábitat señala claramente al cambio climático como el responsable de esta situación. Además, advirtió que, debido al crecimiento demográfico y la disminución del agua en “muchos lugares”, se incrementará la cantidad de personas afectadas en los próximos años. Por ejemplo, prevé que en 2050 haya 500 millones de personas sin acceso adecuado al agua al menos un mes al año.
De acuerdo con el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, “las lluvias extremas han causado inundaciones masivas en muchos países y ciudades del mundo. Millones de personas han sido desplazadas y muchas murieron”.
Pero resaltó que “no es sólo en el mundo en desarrollo” donde las inundaciones han puesto en jaque a regiones enteras. “Las inundaciones catastróficas en Europa también han dejado cientos de muertos y daños generalizados”, completó Taalas en el reporte del año pasado.
–Con información de AP