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Álvaro Delgado Gómez

13/08/2024 - 12:05 am

El narco Claudio X. González

“Sí, no lo es, no se le ha probado, pero él, con sólo las pruebas de sus prejuicios y mentiras, acusa de narcotraficante al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su sucesora, Claudia Sheinbaum”.

El magnate Claudio X. González Guajardo es, en su lógica y en la lógica de la oposición que él encabeza, un narcotraficante. Y no cualquier narcotraficante: Fue identificado como el “jefe” del grupo criminal que, en 2012, fue detenido en Nicaragua cuando transportaba 9.2 millones de dólares en efectivo en seis camionetas rotuladas con el nombre de Televisa, de cuya televisora era vicepresidente corporativo.

Los trapos sucios de Televisa —y de Claudio X. González— forman montañas: Apenas este martes 6 la gobernadora electa de Veracruz, Rocío Nalhe, aseguró en “Los Periodistas” que un personero de Bernardo Gómez Martínez, el mano derecha de Emilio Azcárraga Jean en el Grupo Televisa, le exigió 200 millones de pesos para no difundir mentiras en su contra durante la campaña. Como no cedió a la extorsión, se materializó la guerra sucia en la pantalla.

En el caso de Claudio X. González, Raquel Alatorre, quien encabezaba a los mexicanos que transportaban el dinero producto del comercio de droga, aseguró que el magnate era su jefe, cuyo número telefónico personal aparecía en su agenda. En la investigación en Nicaragua aparecieron, también, los nombres del conductor Joaquín López-Dóriga y de Amador Narcia, vicepresidente de información de Televisa, a quien la mujer hizo 106 llamadas y quien firmó los documentos sobre la presencia del grupo en ese país.

Durante el juicio hubo cosas muy curiosas, incluyendo el silencio de Televisa y Claudio X. González, su vicepresidente. El juez Edgard Altamirano expuso sobre los mexicanos detenidos que dijeron trabajar para la televisora: “La empresa Televisa no se ha comunicado ni ha comparecido informando hasta este juez si son o no son trabajadores. No ha habido ninguna comunicación ni negando ni aceptando lo que son”.

Tampoco se esclareció el origen de los 9.2 millones de dólares que transportaban en las camionetas ni los rastros de cocaína encontrados en los vehículos, tampoco a quién llamaron por teléfono los narcotraficantes a México desde territorio nicaragüense y menos para quién trabajaban en realidad.

Todo fue oscuro en el juicio en Nicaragua y en México sólo hubo encubrimiento. Al final, en el contexto del triunfo de Enrique Peña Nieto sustentado en una campaña multimillonaria que quedó impune y el poder mediático de Televisa, el involucramiento de González Guajardo se cerró y no se probó que sea narcotraficante.

Pero, con base en estos indicios, se puede concluir, como él lo hace con quien le da la gana, Claudio X. González es un narcotraficante. Sí, no lo es, no se le ha probado, pero él, con sólo las pruebas de sus prejuicios y mentiras, acusa de narcotraficante al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su sucesora, Claudia Sheinbaum. Su cuenta de “X” lo exhibe como el promotor de la campaña que liga al jefe del Estado mexicano y a la próxima presidenta con el crimen organizado.

En el caso de Claudio X. González, en el de Ismael “El Mayo” Zambada, del gobierno en todos sus niveles y de todos los casos debe emerger toda la putrefacción del narcotráfico y las complicidades con la política, el gobierno, los medios y el sector privado, que también ha estado metido hasta el copete.

Pero con pruebas, no con prejuicios ni mentiras.  Y las pruebas condenan al PRIAN: Fue con Carlos Salinas que se repartió en el país el negocio del narcotráfico con los principales capos, incluido “El Mayo” Zambada, y Ernesto Zedillo protegió a su familia política en la sociedad con el cártel de Colima, de los hermanos Amezcua Contreras y también, como consta documentalmente, estuvo involucrado Liébano Sáinz, su secretario particular y actual presidente de la Fundación Hiberdrola, todos del PRI.

¿No fue Vicente Fox quien puso en libertad a Joaquín “El Chapo” Guzmán, jefe del Cártel de Sinaloa junto con “El Mayo” Zambada, a quienes protegió Genaro García Luna, por lo que fue declarado culpable en Estados Unidos? García Luna, no se olvide, es un narcotraficante y su jefe es Felipe Calderón, todos del PAN.

Fue Calderón quien envió al general Mario Arturo Acosta Chaparro a negociar con “El Chapo” Guzmán, del Cártel de Sinaloa; con Vicente Carrillo, del Cártel de Juárez; con Arturo Beltrán Leyva, y con Heriberto Lazcano, “El Lazca”, del Cártel del Golfo, quien le preguntó al militar de parte de quién lo buscaba y él respondió: “Mira, pendejo, te viene a ver un general del Ejército. No puede venir de nadie más que de parte del Presidente”.

Hay que recordar, también, que fue el PAN el partido que hizo diputada de Sinaloa a Lucero Sánchez, novia de “El Chapo” Guzmán, una negociación en la que intervino Héctor Melesio Cuén, el diputado federal electo del PRIAN asesinado el mismo día en que “El Mayo” Zambada voló a Estados Unidos presuntamente secuestrado por los “Chapitos”, el 25 de julio.

Ese día, según “El Mayo”, en la reunión con Cuén en Culiacán estaría presente el gobernador de Morena de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien aseguró que estuvo en Los Ángeles y que nada tiene que ver con el narco.

Pero quien sí está probado que es narcotraficante, además de los mencionados, es Denisse Ahumada Martínez, la regidora del PAN de Reynosa, Tamaulipas, quien fue detenida, el año pasado, en Estados Unidos con 40 kilos de cocaína y quien se declaró culpable por tráfico de drogas.

Los descritos aquí son hechos, no suposiciones ni mentiras que gustan tanto a la oposición que lidera Claudio X. González, cuyo objetivo, acompasado con la DEA, es manchar a López Obrador y a Sheinbaum, quien este jueves será declarada presidenta electa de México por el TRibunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Son, otra vez, los vendepatrias los que se someten a Estados Unidos y son, también, los que sí han estado metidos en todo tipo de crímenes, desde el narcotráfico hasta el fraude electoral.

Sí, que salga todo, sea quien sea: Que se preocupen los corruptos y los cómplices.

Álvaro Delgado Gómez
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.

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