De acuerdo a los datos divulgados este martes por el Gobierno, la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y alimentos debido a su volatilidad, ascendió también un 0.3 por ciento el mes pasado, mientras que comparado con junio del año pasado creció del 2.1 al 2.2 por ciento.
La subida podría motivar que los tipos de interés se mantuvieran en el rango actual, entre el 2 y el 2.25 por ciento, en el próximo encuentro de la Fed, que tendrá lugar el 17 y 18 de septiembre.
Por Alex Segura Lozano
Washington, 13 de agosto (EFE).- El índice de precios al consumo (IPC) subió un 0.3 por ciento en Estados Unidos en julio, con lo que la inflación interanual pasó del 1.6 al 1.8 por ciento, más cerca del objetivo del 2 por ciento anual marcado por la Reserva Federal (Fed) estadounidense.
Estos datos coincidieron con las previsiones de los analistas para la evolución de los precios en julio.
La subida podría motivar que los tipos de interés se mantuvieran en el rango actual, entre el 2 y el 2.25 por ciento, en el próximo encuentro de la Fed, que tendrá lugar el 17 y 18 de septiembre.
El banco central estadounidense rebajó los tipos de interés un cuarto de punto en su último encuentro en julio, y algunos expertos han anticipado que la Fed volverá a hacerlo próximamente.
Así, el mes pasado la institución dirigida por Jerome Powell confirmó el cambio de rumbo en la política monetaria de EU al anunciar una rebaja de los tipos de interés, ante la debilidad económica global y la inflación “apagada” en el país.
Ese fue el primer recorte del precio del dinero en EU en más de una década, ya que el anterior se produjo justo después de la aguda crisis financiera de finales de 2008.
La reducción de tipos de interés, no obstante, no fue suficiente para el presidente estadounidense, Donald Trump, que posteriormente aseguró que Powell lo “decepcionó” al no apostar por un prolongado ciclo de abaratamiento del crédito.
“Como de costumbre, Powell nos decepcionó”, dijo Trump después de conocer el recorte de la Fed en julio y reiteró que no está “recibiendo mucha ayuda de la Reserva Federal” para impulsar la economía estadounidense.
De hecho, el mandatario no ha cesado en sus ataques al banco central estadounidense desde su llegada a la Casa Blanca y ha reclamado que continúe con la bajada.
Según sus declaraciones, Trump considera que si la Fed hace efectivos “recortes sustanciales”, el dólar hará posible que las compañías estadounidenses ganen “contra cualquier rival” del mundo.
LA FED Y LA PRESIDENCIA
Tradicionalmente, los Presidentes de Estados Unidos no comentaban la dirección de la política monetaria del país para tratar de no influir en sus decisiones, algo de lo que Trump se ha desentendido.
Ante los constantes comentarios del mandatario, Powell ha insistido en la independencia de la institución y ha defendido que sus decisiones se basan “exclusivamente” en los datos económicos, sin tener en cuenta “consideraciones políticas”.
En la primera mitad del año, la Fed decidió pulsar el botón de pausa en su plan de progresivo ajuste monetario para 2019 ante la ralentización económica global, las tensiones comerciales y la debilidad de los precios en EU, que se encuentran por debajo del objetivo anual de la Fed del 2 por ciento anual.
Por su parte, la economía estadounidense se ralentizó en el segundo trimestre, según el primer cálculo oficial, a un ritmo anual del 2.1 frente al 3.1 por ciento registrado previamente en el comienzo del año.
De acuerdo a los datos divulgados este martes por el Gobierno, la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y alimentos debido a su volatilidad, ascendió también un 0.3 por ciento el mes pasado, mientras que comparado con junio del año pasado creció del 2.1 al 2.2 por ciento.
El Departamento de Trabajo informó que el incremento en el indicador general se debió a la subida de los precios en la gasolina y de la mayoría de bienes y servicios, principalmente.
Los precios de la energía subieron un 1.3 por ciento, revirtiendo en parte una caída del 2.3 registrada el mes anterior, mientras que los precios de servicios como la vivienda, el transporte y la atención médica también aumentaron.
Por su parte, los precios de los alimentos se mantuvieron inalterados respecto a junio.