Ciudad de México, 13 de agosto (SinEmbargo).— El establecimiento de un convenio intermunicipal para crear un sistema de gestión de la basura entre los municipios mexiquenses de Apaxco, Coyotepec y Huehuetoca, en el Estado de México, obedece a una intención de apoyar a la Ciudad Bicentenario de Huehuetoca dada su carencia de servicios públicos, y no es un plan incluyente y adecuado para el manejo de los residuos sólidos entre esas tres demarcaciones, afirmó Javier Zúñiga Euroza, habitante de Apaxco y uno de los más activos defensores del municipio.
La Ciudad Bicentenario de Huehuetoca es uno de los seis proyectos inmobiliarios llamados genéricamente “Ciudades Bicentenario” e impulsados durante la gestión de Enrique Peña Nieto como Gobernador del Estado de México que, supuestamente, serían centros de población autosuficientes, debidamente estructurados, ambientalmente sustentables y altamente competitivos.
Sin embargo, a la fecha esos proyectos –localizados en los municipios de Atlacomulco, Almoloya de Juárez, Jilotepec, Tecámac, Huehuetoca y Zumpango– han registrado problemas como el deterioro de sus estructuras e insuficiencia en la dotación de servicios públicos, como han documentado en estos años diversos medios.
Las Ciudades Bicentenario fueron la apuesta más aventurada de un impulso al desarrollo inmobiliario que se ha dado en las tres últimas gubernaturas en la entidad, de acuerdo con una nota del diario La Jornada de marzo pasado.
El periódico refirió que de 1999 a 2015 la Secretaría de Desarrollo Urbano mexiquense otorgó permisos para la construcción de 396 fraccionamientos, que sumaban 720 mil 422 viviendas de interés social. Huehuetoca, junto con Tecámac y Zumpango, son los municipios que han concentrado casi el 43 por ciento del total de esas viviendas.
El caso de Huehuetoca resulta el más emblemático, a decir de la publicación, ya que a partir del desarrollo inmobiliario su población había pasado de 23 mil habitantes en 1999 a 200 mil para el año 2010, es decir casi nueve veces más en apenas 11 años.
Desde 2009, el entonces Alcalde de Huehuetoca, el priista Juan Manuel López Adán, había advertido de la falta de equipamiento urbano y de servicios básicos en las florecientes unidades habitacionales. Actualmente, de acuerdo con Zúñiga, el municipio está “colapsado” y en crisis por esa falta de servicios.
Por ello es que él ve en el plan de un sistema intermunicipal para la gestión de residuos sólidos una apuesta para beneficiar a Huehuetoca a costa de los otros dos municipios.
“Lo que nosotros vemos ahí en Apaxco es que no va a existir una coordinación intermunicipal sobre toda la crisis que vive Huehuetoca, porque se ve imposibilitada para otorgar los servicios públicos, por ser una Ciudad Bicentenario que prácticamente ha colapsado”, dijo a SinEmbargo en entrevista telefónica.
OPOSICIÓN AL SIGIR
El 25 de noviembre de 2014 se firmó un convenio entre tres municipios para crear Sistema Intermunicipal de Gestión Integral de Residuos Valle de México (Sigir-Valle de México), cuyo objetivo es encargarse de limpieza, recolección, traslado y disposición final de los residuos sólidos, así como de los residuos de manejo especial, peligrosos y subproductos que se generen en esos tres municipios.
La justificación para crear este sistema es que las 160 toneladas de residuos sólidos que diariamente se generan entre los tres municipios son dispuestos en sitios de confinamiento “fuera del cumplimiento ambiental”, de acuerdo con el Convenio para la Creación del Organismo Público Descentarlizado denominado: Sistema Intermunicipal de Gestión Integral de Residuos Valle de México.
El Convenio establece la creación de un organismo público descentralizado para prestar el servicio de limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos sólidos.
Ello le concede la facultad de ejecutar cualquier acción relacionada con ese servicio, como es el acopio, la recepción, el transporte, almacenaje, aprovechamiento, reciclaje, transformación, procesamiento, comercialización, disposición final de residuos sólidos urbanos, incluidos los de manejo especial y peligrosos domésticos.
En el caso de residuos peligrosos, podrá contratar a un tercero para su manejo.
El Sigir-Valle de México estará integrado por un Consejo de Administración, un Consejo Ciudadano y una Dirección. El Consejo de Administración será la máxima autoridad y estará integrado por los presidentes municipales de Apaxco, Coyotepec y Huehuetoca, el Secretario del Medio Ambiente del Estado de México, el delegado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales federal y el director del Sigir-Valle de México, quien a su vez fungirá como Secretario Técnico.
Todos tendrán voz y voto, a excepción del Director, que sólo tendrá voz.
El nombramiento del director queda en manos del Presidente del Consejo de Administración, la cual sólo podrá ser ocupada por alguno de los tres alcaldes involucrados, y será rotativa anualmente, detalla el Convenio.
“Hay una concentración en el sistema de decisiones y se pasa de un sistema abierto a un sistema muy cerrado en donde sólo las cinco personas van a decidir sobre todo lo de este sistema intermunicipal, y es una estrategia contraria a una adecuada gestión sustentable de los residuos, donde es la sociedad la principal impulsora de los cambios en los hábitos de consumo y quien toma las decisiones”, expuso Zúñiga Euroza.
En un comunicado emitido el pasado 7 de agosto, habitantes de Apaxco y de la zona Norte del Estado de México rechazaron la creación del Sigir-Valle de Mexico, al señalar que “es contrario al interés público, ya que recoge sólo la visión del gobierno sin que se nos haya tomado en cuenta a la población para manifestar nuestro desacuerdo en los alcances firmados”.
Además de apuntar la omisión de la opinión ciudadana, el comunicado advierte que el proyecto no significará una verdadera coordinación intermunicipal, debido a que el municipio de Huehuetoca estaría imposibilitado para otorgar adecuadamente los servicios públicos que tendría que ofrecer. Refiere que “el convenio no hace referencia a la actual situación de crisis social, económica y ambiental por la que atraviesa Huehuetoca, producto de tener en su territorio cientos de viviendas que se realizaron sin una adecuada planeación”.
Una preocupación adicional es la ubicación del relleno sanitario que recibirá la basura de los municipios integrantes del Sigir-Valle de México, pues no se ha especificado dónde se ubicaría, y su localización “será una preocupación constante de las poblaciones que se encuentran cerca, siendo un peligro para ellos”.
Zúñiga dijo que temen que el relleno se instale en Apaxco, el único de los tres municipios que actualmente cuenta con un sitio de este tipo.
EL AGUA, LA OTRA LUCHA
Mientras los pobladores de Apaxco se oponen al Sigir-Valle de México por considerarlo un esquema poco incluyente y que podría afectarlos, en el municipio de Coyotepec sus habitantes luchan para defender el agua, ante lo que han señalado como intentos de la Presidencia Municipal de desviarla para abastecer a Huehuetoca, así como a otros municipios.
Los pobladores de ese municipio han mantenido una larga batalla por defender el recurso, oponiéndose a la municipalización de la dotación de agua potable, dado que la población -de origen nahua- ha administrado el servicio conforme al sistema de usos y costumbres.
El año pasado, el ayuntamiento de Coyotepec denunció una deuda de al menos 26 millones de pesos a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), lo que ocasionó que la paraestatal cortara el abasto de electricidad a dos pozos comunitarios en octubre del año pasado.
Tras interponer un juicio de amparo ante el Juzgado Segundo de Distrito en el Estado de México, el juez determinó que se restaurara la conexión para el suministro de energía eléctrica, al señalar que independientemente del adeudo la CFE volaba el derecho humano al agua de la población.
A la fecha, la defensa de Coyotepec del líquido ha significado el asesinato de tres pobladores. El más reciente ocurrió en abril pasado, cuando José Isabel Cervantes Ángeles, encargado de los pozos del municipio y defensor del agua, fue apuñalado 18 veces y luego su cadáver fue arrojado a un pozo.