Ciudad de México, 13 de agosto (SinEmbargo).– Pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aclaró que sigue recomendando las medidas clásicas de salud pública para controlar el brote de ébola en Africa occidental, una comisión de este organismo pasa por alto postulados farmacológicos básicos y aprueba el uso de medicamentos contra este virus insuficientemente probados. Dicha situación plantea ahora una pregunta de índole ética al cuestionar si se puede recurrir a medicamentos cuyos efectos no han sido aún debidamente comprobados.
“En vista de las circunstancias extraordinarias de este brote y cumpliendo una serie de condiciones”, una comisión de expertos de la OMS, compuesta por médicos, científicos y personas de las naciones más afectadas por esta enfermedad señaló que el empleo de sustancias experimentales en la lucha contra el ébola es admisible, publicó el servicio de radiodifusión internacional Deutsche Welle.
Lo anterior se suma a las palabras de la subdirectora general de la OMS, Marie-Paule Kieny, dijo que a prioridad debe ser la identificación rápida de casos, el aislamiento, rastrear a las personas que tuvieron contacto con el enfermo, así como las medidas tradicionales para el control de infecciones.
Dentro de las alternativas más promisorias se encuentra el suero ZMapp, a pesar de el sacerdote español Miguel Pajares, al que se le suministró, muriera ayer en Madrid. No obstante, ha mostrado un aparente éxito en los dos pacientes estadounidenses que contrajeron el ébola en Liberia y fueron tratados con dicho suero.
“Todavía no está claro si la mejora de su estado es realmente atribuible al ZMapp, o si ambos se cuentan simplemente entre el 40 por ciento que sobrevive”, dijo David Heymann, presidente de United Kingdom’s Health Protection Agency.
De acuerdo con el especialista en enfermedades infecciosas que ya durante el primer brote de ébola, en 1976, formó parte del equipo que estudió el virus, el problema básico es un análisis de riesgos y beneficios. Si se demuestra que el riesgo es pequeño, teóricamente un medicamento podría suministrarse a pacientes bajo estrictas condiciones “aunque todavía no haya sido probado en seres humanos”.
Liberia es el primer país del África occidental en que se suministrará el medicamento ZMapp a pacientes, de los cuales se encuentran en primer lugar de la lista de espera personal sanitario que se ha contagiado en el trato de enfermos de ébola. Según la OMS, en total ya son más de 170 las enfermeras, cuidadoras y médicos que han contraído así el mal. Por lo menos 81 de ellos ha muerto ya.
Los expertos han hecho hincapié en que la aplicación de los tratamientos experimentales deben seguir una serie de “criterios éticos”, entre los que se incluye la “transparencia” sobre la naturaleza del medicamento, el consentimiento informado, la libertad de elección, la confidencialidad, el respeto a la persona, la preservación de la dignidad y la implicación de la comunidad.
Sin embargo, el comunicado emitido el lunes tras la reunión del grupo de expertos, la OMS dejó claro que un tratamiento experimental o una vacuna contra el ébola sería “un potencial activo” en la lucha contra este virus mortal.