Alejandro Calvillo
13/07/2024 - 12:05 am
Futbol, alcohol y violencia doméstica
No se plantea la prohibición del producto, se plantea la necesidad de regular su publicidad, su venta indiscriminada y a toda hora, sus promociones y productos dirigidos a los jóvenes, su omnipresencia en eventos deportivos y musicales dirigidos a jóvenes, logrando que se vuelvan sinónimos.
¿Qué tan normal es que tras los partidos de futbol aumente la violencia intrafamiliar y de género? ¿Tiene relación con que el equipo del fanático pierda o gane, o con el hecho de que se encuentre alcoholizado? ¿Es normal el vínculo comercial entre las bebidas alcohólicas y el deporte más seguido en el mundo? Inicio esta columna con estas preguntas y presento dos eventos muy simbólicos de esta íntima relación que han conformado gran parte de las ligas y campeonatos nacionales e internacionales con corporaciones de bebidas alcohólicas.
De la propia Copa América podemos tomar dos ejemplos. El primero, en el que un par de cronistas de futbol de la cadena TUDN, previo al debut de la Selección Mexicana en la Copa América, participaron en una transmisión en vivo. El enlace se realizó desde un bar por los conductores y exfutbolistas Oswaldo Sánchez y Francisco “Kikin” Fonseca, en la cual aparecen con cervezas y “caballitos” de tequila o mezcal, viéndose cómo van perdiendo la cordura y la capacidad de control y coordinación de sus movimientos. Un efecto de un alto consumo de alcohol, es decir, emborrachándose en un programa de deportes. La organización civil Salud Justa, con una larga trayectoria en temas de salud pública, que forma parte de la Red de Acción sobre Alcohol (RASA), ya presentó una denuncia contra TUDN ante la Dirección de Radio, Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación y ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones.
El otro evento no contemplado al inicio de realizar esta columna fue la situación que se dio al finalizar el partido de la semifinal entre Uruguay y Colombia cuando jugadores de la selección uruguaya subieron a enfrentar a golpes a fanáticos colombianos. Los jugadores uruguayos denunciaron que fanáticos colombianos bajo los efectos del alcohol estaban agrediendo en las gradas a sus familiares, entre ellos una mujer con una niña en brazos. José María Giménez, defensa uruguayo, quien fue uno de los jugadores que saltaron a las gradas declaró: “Esto es una vergüenza, nuestra familia corría peligro y la policía no apareció”. Al respecto, la Conmebol publicó un comunicado en el que anunció que abriría un expediente para investigar las responsabilidades y guardó silencio sobre el tema del consumo de alcohol en los estadios. ¿Será porque uno de sus patrocinadores es la cerveza Michelob Ultra?
El futbol, su cooptación por las corporaciones del alcohol y su manifestación en actos de violencia tienen innumerables ejemplos, situación que ha llevado a prohibir la venta de alcohol en los estadios de diversos países, así como a prohibir la asociación de estos productos con el deporte de mayor audiencia en el mundo.
Pero la violencia no queda en los estadios. Es un hecho que tras los partidos de futbol que atraen la atención internacional, nacional o de importantes regiones o localidades, aumentan los reportes de casos de violencia doméstica dentro de los hogares.
Los estudios han analizado si es mayor la violencia doméstica cuando el equipo de la localidad investigada pierde que cuando gana, si es mayor cuando el partido ocurre en las mañanas o en las tardes o noches. En el caso del Reino Unido, se han estudiado los registros de más de 8 años de reportes de abuso y violencia doméstica, y se ha encontrado que el detonante es el consumo de alcohol. Si el partido es temprano, mayor será el consumo de alcohol y, por lo tanto, mayores los reportes de violencia doméstica. No han encontrado relación entre si pierde o gana el equipo local; la relación ha sido del alcohol con el futbol o del futbol con el alcohol, como quiera mirarse.
Paralelo al aumento de la violencia doméstica tras los partidos de futbol por el consumo de alcohol, han ocurrido diversas tragedias que han llevado a tomar medidas frente a esta captura del deporte y del futbol por un producto no saludable que genera daños a la salud y a la sociedad, principalmente en forma de violencia y accidentes. Francia prohibió patrocinios del alcohol a los equipos e, incluso, los equipos visitantes deben eliminar las marcas en sus camisetas. Una empresa sacó al mercado una cerveza con menos del 1.2 por ciento de alcohol, que era el límite para evitar la prohibición, para poder así entrar con su publicidad al futbol francés.
En 2020, Costa Rica y Panamá prohibieron el patrocinio de corporaciones de alcohol a los equipos y en los estadios. El poder económico y, por lo tanto, político de las corporaciones logró que se cediera a volver a realizar esa publicidad a cambio de dar un porcentaje de lo invertido en ella para promover el deporte y mejorar las instalaciones. En Argentina se prohibió la venta de alcohol en los estadios.
El alcohol es una droga, aunque no la percibamos como tal, que tiene además la particularidad de, entre otras cosas, inhibir la actividad de la corteza prefrontal, afectando el razonamiento, el control de los impulsos, la propia regulación emocional y contribuyendo, en muchos casos, a la agresión y los actos violentos. Existe un enorme e inequívoco cúmulo de investigación que apoya la relación entre todas las formas de agresividad y el consumo de alcohol. Este vínculo se demuestra de manera más prominente en los hombres.
La relación entre las corporaciones alcoholeras y los organismos que controlan el futbol, muy bien conocidos por su profunda corrupción, es tal que, incluso tras la fuerte presión de la FIFA y su patrocinador Budweiser, en el mundial de futbol de Brasil 2014, la entonces presidenta Dilma Rouseff cedió a la presión del organismo de futbol, y su ministro de Deportes terminó por doblar las manos y suprimió el “Artículo de Estatuto del Aficionado”, que prohibía la venta y consumo de bebidas alcohólicas en los estadios desde 2003 (11 años de inhabilitación). Sólo como un dato extra, para demostrar la enorme rentabilidad de esta asociación, se estima que la inversión por parte de la cervecera para ser el patrocinador oficial de los mundiales de futbol asciende a más de mil 900 millones de dólares.
Los estadios como cantinas permiten a estas corporaciones lograr lo que no podrían hacer de otra manera: introducir a las familias, a las niñas, niños y adolescentes en una gran cantina, en un ambiente de consumo de alcohol normalizado. Todo puede ilustrarse en imágenes como la aparecida hace unos meses en la prensa de nuestro país. La foto de un niño de alrededor de 13 años en las gradas de un estadio, feliz al ser “bautizado” con cerveza por adultos que le vertían en su cabeza y escurría por la camiseta de su equipo preferido, bautizado con cerveza a los 13 años.
En este gran negocio, no importa la riqueza que se tenga, siempre es bienvenida más riqueza. En el escenario de la Copa América, una gran cervecera transnacional anunció la edición especial de una lata con la imagen de Lionel Messi. Hay que señalar que hay jugadores que se han negado a prestarse para publicitar productos que no son saludables, como el jugador de la selección francesa Kylian Mbappé o el portugués Cristiano Ronaldo, quienes se han negado a publicitar tanto bebidas alcohólicas como bebidas azucaradas.
Los estadios, los programas, las camisetas, los torneos, las copas no deben estar dominadas por las corporaciones que ponen en el mercado un producto asociado con miles de muertes anuales en nuestro país, con cientos de miles de personas afectadas por sus impactos en la salud y asociado con un alto porcentaje importante a la violencia de género, intrafamiliar y comunitaria. La violencia tiene diversos orígenes, pero lo que se ha demostrado es que, en diversas circunstancias, una persona alcoholizada recurre a la violencia cuando no lo haría si no hubiera consumido alcohol. Lo mismo ocurre cuando una comunidad tiene mayores controles sobre estas bebidas frente a comunidades que no los tienen.
Lo que se encuentra en los reportes de violencia doméstica tras los partidos de futbol es que quienes ejercen la violencia son principalmente hombres alcoholizados.
No se plantea la prohibición del producto, se plantea la necesidad de regular su publicidad, su venta indiscriminada y a toda hora, sus promociones y productos dirigidos a los jóvenes, su omnipresencia en eventos deportivos y musicales dirigidos a jóvenes, logrando que se vuelvan sinónimos.
El alcohol se ha regulado en otras naciones logrando bajar sus daños; en México no hay ninguna política al respecto. Los personeros de estas corporaciones convivían y asesoraban a los presidentes, han financiado investigaciones, a académicos e instituciones privadas. Tienen una presencia y gran poder de cabildeo en los poderes ejecutivo, judicial y legislativo.
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