Ciudad de México, 13 de julio (SinEmbargo).– Algunas partes de la industria de hidrocarburos en México deben ser vendidas a ciertos inversores privados, pero ¿a qué costo?, se pregunta hoy el diario británico Financial Times, en un reportaje firmado por Jude Webber y Christopher Adams.
El rotativo dice que a pesar de la "emoción" que existe por la apertura de la industria petrolera mexicana, después de casi 80 años bajo el control del Estado, los requisitos han disuadido a algunos jugadores de hacer una oferta. La semana pasada cuatro empresas precalificadas se retiraron: la suiza Noble Energy, Glencore, Ecopetrol de Colombia y PTT de Tailandia.
Sin embargo, el diario indica que la apertura de la industria "se perfila como un buen banquete". México se prepara para ofrecer a los inversores nacionales e internacionales la oportunidad de trabajar por bloques que potencialmente contienen 107.5 billones de barriles de petróleo, algo tan grande como las reservas probadas de Kuwait.
Aunque las cifras de la industria y expertos coinciden en que los primeros 14 bloques de exploración para aguas no profundas no son los activos más atractivos.
El Presidente Enrique Peña Nieto ha dedicado sus dos años y medio en el poder para empujar a través de reformas estructurales, que están destinadas a levantar a México de sus tres décadas de tibio crecimiento, dice el Times.
A pesar de la baja inflación récord y la fuerte creación de empleo, el Producto Interno Bruto se ha negado a "despertar", por ello el gobierno ha prometido reformas que impulsarán un crecimiento anual del 5 por ciento para el final de su mandato en 2018, sin embargo, sólo la mitad de ese porcentaje se dio en el primer trimestre de 2015, indica el Financial.
El año pasado, Peña Nieto ganó el respaldo del Congreso para lograr concretar reformas energéticas atrasadas que el gobierno espera que otorguen unos 50 mil millones de dólares netos de inversión durante el 2018.
En total, 34 empresas están precalificadas para ofertar por lo que se ha denominado Ronda Uno, unas de forma individual y el resto en siete consorcios. Entre ellas está ExxonMobil, Chevron, Total, Statoil y BG, así como la malaya Petronas, Lukoil de Rusia, a la empresa de recursos anglo-australianos BHP Billiton, y a ONGC Videsh, de India.
Pero la compañía petrolera nacional, Pemex, misma que se vio obligada por la reforma energética del año pasado a renunciar a parte de la superficie que se subastará, ha tomado la decisión de retirar su oferta, debido a sus limitaciones financieras y sus otros compromisos. Lukoil tampoco podrá hacer una oferta, asegura el rotativo británico, según una fuente cercana a la compañía.
PRÓXIMAS RONDAS
Después de una ronda, el gobierno espera al menos una década de subastas anuales. Al final de la quinta ronda, en el 2019, México espera haber subastado algo más de un tercio de los recursos prospectivos del país.
En un intento por ayudar a avanzar la planificación de las empresas que luchan con presupuestos comprimidos, después de que cerca del 50 por ciento del precio del petróleo ha venido a la baja desde el verano pasado, el Gobierno ha elaborado un plan para las próximos cuatro rondas, que tendrán lugar una vez al año hasta 2019.
El gobierno estima que casi la mitad de sus recursos no probados se encuentran en las aguas profundas del Golfo de México. Además, el país ocupa el sexto lugar mundial en cuanto a reservas de gas de esquisto, técnicamente recuperables, y el octavo más grande en cuanto a perspectivas de petróleo de esquisto, de acuerdo con datos de la Administración de Información de Energía.
Gran parte de esas áreas de esquisto y de aguas profundas están probadas, en comparación con la parte estadounidense del Golfo de México, donde se han perforado más de mil pozos de exploración y evaluación de aguas profundas. México tiene apenas 26.
Un ejecutivo describe las reformas como la oportunidad de "una-vez-en-la-vida" para la industria. Para muchas empresas, sobre todo las mayores, el objetivo final son los bloques de aguas profundas cuyos términos de oferta se espera que se anunciarán en las próximas semanas.
El gobierno se ha ganado elogios de ejecutivos de la industria para la primera subasta. Los términos se han mejorado en dos ocasiones desde que se publicaron por primera vez en diciembre, aunque el gobierno mexicano insiste en que la prioridad fundamental es maximizar la toma para el Estado Mexicano, que sigue siendo el propietario de los hidrocarburos en el subsuelo.
Necesita desesperadamente inversores. Pero con partidos de izquierda vehementemente opuestos a la venta masiva, la administración de Peña Nieto se enfrenta a una delicado acto de equilibrio, dice el FT.
"LA TRANSPARENCIA ES LO PRIMERO"
México, que suministraba una cuarta parte de la producción mundial de petróleo en 1921, nacionalizó las compañías petroleras británicas y estadounidenses en 1938 después de la conflictividad laboral y la creación de Petróleos Mexicanos, recuerda el medio.
Durante décadas el petróleo fue el "oro negro de México" y Pemex el "orgullo nacional", así como el pilar económico de la segunda mayor economía de América Latina, asegura el Financial Times.
Pero ahora, el colapso en los precios del crudo y el desplome de sus ganancias sólo han aumentado la presión sobre Pemex.
Antes de la nacionalización, un puñado de compañías petroleras componía casi el 80 por ciento de la producción mexicana, la principal de ellas, la Compañía Mexicana del Águila, filial de Royal Dutch Shell y Petróleos Mexicanos, que forma parte de la Standard Oil, que más tarde se convirtió en Amoco.
La subasta de esta semana es la primera prueba seria de las reformas mexicanas, indica el rotativo británico. Los funcionarios son optimistas de que recibirán las ofertas para el 30 y el 50 por ciento de los campos en oferta.
"El 15 de julio, sin importar el número de los contratos adjudicados, el éxito se logrará si convencemos a la sociedad mexicana que la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) ha llevado a cabo un proceso de licitación totalmente transparente", dice Juan Carlos Zepeda, director de la Comisión.
"Para la CNH, la transparencia es lo primero. El número de contratos adjudicados es segundo. Estamos aquí para el largo plazo", aseguró Zepeda.
Cuando el Financial Times le preguntó cuántas ofertas se anticiparon, el gerente de la empresa que se retiró dice: "me sorprendería si fueran más de tres ".
Además de cumplir con los requisitos financieros para pre-calificar y proporcionar una fianza bancaria para respaldar su programa de trabajo, los licitadores deben proporcionar una garantía de la empresa matriz, de 6 mil millones de dólares.
"Creo que va a disuadir a licitación", dice Steve Otillar, socio de la firma de abogados Akin Gump y asesor jurídico de la CNH.
Preguntado sobre las garantías, el jefe de una empresa con sede en Houston, que tomará parte en la subasta, hizo una mueca de dolor. "Es un gran problema para muchas empresas", dijo.
Zepeda argumenta, sin embargo, que las empresas descartadas por las garantías son una minoría, y dice que fue una compensación necesaria para garantizar que las empresas que entran en México son experimentadas y solventes. "El ochenta por ciento de los jugadores en la parte estadounidense del Golfo serán capaces de cumplir con nuestras necesidades financieras", dice.
Una de las preocupaciones acerca de esta ronda de licencias es que los ganadores podrían pujar distancia de toda la renta económica [beneficios] para el gobierno, le dijo un ejecutivo de la industria al Financial Times.
"Las rondas de licitación no son perfectas, se trata de un proceso iterativo", dice el ejecutivo de la compañía internacional en México. "Esto es un maratón".
"En este momento, nadie quiere asumir riesgos", dice un ex ejecutivo de la industria mexicana de alto nivel. "Incluso en el sector de ultra profundos de Estados Unidos, no se están haciendo nuevas inversiones".
La decisión de Pemex de retirarse de la Primera Ronda de la subasta fue una sorpresa, indica el medio británico. Pero no podría haber enviado un mensaje más claro: la industria petrolera mexicana está abierta para los negocios.