Desde hace un mes se dio una orden a la Contraloría Interna del Senado para que investigara la falsificación de firmas de al menos dos senadores para autorizar compras de libros de Ricardo Monreal, pero el caso quedó en manos de dos hombres cercanos al propio Presidente de la Jucopo.
Ciudad de México, 13 de abril (SinEmbargo).- El pasado 13 de febrero se publicó un reportaje en el que se exhibió la compra de libros del Senador Ricardo Monreal Ávila con dinero público y firmas falsas. Han pasado desde entonces dos meses de que el propio Monreal justificara todo como “algo que se suele ocurrir dentro del Senado”. A petición de los Senadores que fueron implicados en este entramado, la presidencia de la Cámara Alta dijo haber solicitado una investigación de la cual no se conocen los resultados.
En este periodo, el político zacatecano ha continuado con sus aspiraciones a la candidatura de Morena para la Presidencia en 2024. Aunque las encuestas lo colocan en el último lugar, en la Alcaldía Cuauhtémoc, por ejemplo, hay paredes con la leyenda “¡No nos vamos a dejar ni nos vamos a rajar! #TodosSomosMonreal”.
Fue el pasado 13 de marzo, cuando la periodista Paola Macuitl Gallardo del medio Ambas Manos, preguntó al morenista Alejandro Armenta Mier, Presidente de la Mesa Directiva del Senado, sobre si pidió o no que se investigara el caso. El Senador aseguró que sí, que solicitó a la Contraloría Interna la investigación correspondiente a través de un oficio.
Tanto Higinio Martínez como Imelda Castro Castro mandaron a Armenta Mier, con copia a Ricardo Monreal, la petición de que se investigara la falsificación de sus firmas en documentos en los que puede leerse que los senadores solicitan “por instrucciones del Senador Monreal” que se efectúen dichas compras, como lo dio a conocer SinEmbargo.
Fueron en total cinco solicitudes con firmas falsas con las que se aprobó la compra de 12 mil 300 ejemplares por 4 millones 290 mil 933 pesos.
Ese 13 de marzo, en Puebla, Armenta dijo que no podía ser omiso ante la solicitud de dos senadores pero no quiso dar una postura al respecto y procedió a decir que no tenía funciones ministeriales ya que no era perito: “será la Contraloría quien actúe y haga los procedimientos que correspondan, contra quién sea”, aseguró.
Semanas después, el 5 de abril, Armenta llevó la promoción de sus libros, impresos con dinero del Senado a ese recinto. Hasta antes de ese día, sólo la hacía en bardas. En esa conferencia de prensa defendió, al estilo de su compañero Monreal, la promoción de sus libros La pandemia de los edulcorantes y Litio en México:
“Estoy en mi derecho de promoción. Qué bueno que se promueva la lectura, ahora resulta que es una ofensa. Qué barbaridad […] Que digan que es incorrecto promover un libro sobre ‘la pandemia de los edulcorantes’. Deberían ofrecer disculpas. Los libros no se venden, es gratuito […] ¿qué mal hago a quien se ofende? ¿qué daño hago? […] Yo voy a seguir poniendo mis libros hasta que me impugnen o desacato porque no los voy a retirar”.
Esa es la posición de Armenta, que es el primer funcionario, por su papel como Presidente de la Mesa Directiva, que puede garantizar que se investigue la falsificación en la que está inmiscuido su compañero más cercano dentro de Morena, partido al que llegó en 2018 luego de militar desde 1990 en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El segundo funcionario es el Contralor Interno, quien desde los primeros días de marzo —según lo que aseguró Armenta— investiga la falsificación de firmas. Sin embargo, Andrés Lozano Lozano, el que ocupa ese puesto, es un viejo compañero de partido de Monreal.
Exmiembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue funcionario dentro de la Alcaldía Gustavo A. Madero cuando estuvo en manos de Joel Ortega. De 2001 a 2003, fue Director General Jurídico y de Gobierno de dicha demarcación, dio una indicación que ya no saldría de su currículum: le revalidó a la discoteca News Divine su licencia de funcionamiento si hacer al inmueble ni una sola revisión. Seis años después, cuando él ya era diputado local del PRD, murieron en ese lugar 12 jóvenes.
Lozano Lozano negó toda responsabilidad y salió prácticamente huyendo de la conferencia de prensa resguardado por el equipo de comunicación social de su partido; así consta en las crónicas de distintos medios.
Pero en 2015 se afilió a Morena y en 2018 el partido le asignó la defensa del voto en Querétaro. Las fotografías que hay de las actividades de ese entonces las compartió Ricardo Monreal quien resalta la presencia del “Lic. Andrés Lozano”.
Lozano Lozano no utiliza su cuenta de Twitter; tiene solo cuatro fotografías y una es de Monreal, de julio de 2018, en donde lo felicita por ser designado el Coordinador de los senadores de Morena. Tres meses después tomó protesta como Contralor del Senado.
Como toda contraloría de una dependencia pública, recaen ahí las tareas de fiscalización del ejercicio presupuestal, el aprovechamiento de los recursos humanos, materiales y financieros de la Cámara para que sean utilizados bajo principios de eficiencia, eficacia, legalidad, transparencia, honradez y racionalidad, “asegurando que estén destinados a contribuir al trabajo legislativo a cargo de los Senadores de la República”.
La rendición de cuentas del trabajo que realiza se da directamente a la Mesa Directiva, es decir, las auditorías al presupuesto y las investigaciones que Lozano Lozano haga deberá notificarlas directamente a Armenta Mier.
Las tareas de la Contraloría están establecidas en la Ley Orgánica del Senado: es la encargada de recibir y dar trámite a las quejas y denuncias que se formulen con motivo del presunto incumplimiento de las obligaciones administrativas de los servidores públicos de la Cámara y admite, desahoga y resuelve las inconformidades o conciliaciones que se presenten con motivo de los procesos licitatorios.
Hay un área específica para hacer auditorías a los Grupos Parlamentarios y también un Subcontralor de Responsabilidades, quejas y denuncias, entre otros departamentos de fiscalización en donde los sueldos, en bruto, alcanzan los 162 mil 466 pesos.
Pero hasta el momento no ha salido de la Contraloría ni de la presidencia de la Mesa Directiva una explicación pública en relación a la compra millonaria de libros mediante firmas falsas.