En el año 2012, investigadores hallaron 24 cuerpos, en los terrenos de la escuela Arthur G. Dozier, mientras que autoridades locales indicaron que encontraron 31, pero alumnos que sobrevivieron en el lugar informaron que la suma no les cuadraba, pues según ellos, hasta 100 niños podrían haber muerto en el reformatorio entre 1900 y 1973.
Florida, 13 de abril (La Opinión/ SinEmbargo).- Desde que cerró definitivamente en 2011, la escuela Arthur G. Dozier en la ciudad de Marianna (Florida) ha sido blanco de investigaciones y acusaciones.
La última de ellas tuvo lugar cuando un grupo de trabajadores del Departamento de Protección Ambiental del estado encontraron por casualidad 27 tumbas que podrían pertenecer a alumnos del lugar. La escuela-reformatorio ya había sido señalada por enterrar a niños sin comunicárselo a la familia y sin documentar las razones.
Este miércoles el Gobernador de Florida Ron DeSantis envió una carta al Presidente del condado de Jackson, Clint Pate, para brindarle su “apoyo total” y para poner los recursos estatales al servicio de la comisión que lidere la investigación.
Dozier fue una escuela estatal a la que acudieron durante casi un siglo niños varones huérfanos o con problemas familiares o de conducta. Por tanto, era en realidad un reformatorio en el que la disciplina parece que tenía elevadas cotas de violencia.
En 2012, investigadores de la Universidad del Sur de la Florida (USF) exhumaron 24 cuerpos -la mayoría de niños- en los terrenos de la escuela. Por su parte, autoridades locales dijeron que habían dado con otros 31 cuerpos.
Pero a los niños (ahora adultos) que sobrevivieron a su estancia en este lugar la suma no les cuadra. Según ellos, hasta 100 niños podrían haber muerto en el reformatorio entre 1900 y 1973.
Sin embargo, ni la cifra de muertos ni las razones exactas de los fallecimientos figuran entre los archivos de la ya disuelta Institución. Según otro estudio de USF en 2016, en el 34.5 por ciento de los casos la “causa y circunstancias de las muertes son completamente desconocidas, sin documentar”. Las versiones oficiales del reformatorio fueron un incendio y una epidemia de gripe. A las familias más pobres también les llegaron a decir que sus hijos habían muerto en accidentes o peleas.
Otra de las conclusiones que extrajo este último informe deUSF fue la existencia de un “patrón de mortalidad alto entre los chicos que murieron tras intentar escapar del reformatorio”. Además, existen “pruebas sustanciales de deficiencias nutricionales, mal cuidado dental y pobre desarrollo óseo y de crecimiento.
En la escuela hubo durante un tiempo segregación en función del color de piel de los alumnos. Los niños blancos vivían en instalaciones con mejores condiciones que sus compañeros afroamericanos. El estudió de USF reveló que el porcentaje de muertes de estos últimos fue bastante superior. Un 67 por ciento de los niños enterrados eran negros.
Hasta 1959-61, Bryant Middleton de Gainesville fue uno de los cientos de hombres que sufrió los abusos de la escuela estatal.
En sus memorias habla de cómo las palizas eran el pan de cada día y de las “extrañas” preguntas de naturaleza sexual que le hacía el personal del lugar. “Nadie sabrá nunca lo que te pasó y estarás aquí para siempre” – narra Middleton.