“Dice la supervisora que no te puedes ir, que lo que ella considera más adecuado es que vayas al baño a lavar tu ropa o que vayas a Derramadero [localidad en Saltillo] a comprar un pantalón para que te puedas quedar”, le dijo la prefecta a la docente afectada, quien emitió una queja ante la Secretaría de Educación y en la Comisión de Derechos Humanos del estado.
Por Ana Luisa Casas
Saltillo, Coahuila, 13 de marzo (Vanguardia).- Una profesora de la Escuela Secundaria Prof. “Vicente Valdés Valdés”, fue obligada a quedarse hasta el final de su jornada tras sufrir un accidente menstrual.
La docente además carecía de los elementos de higiene para retornar a clases, ya que la escuela se encuentra en el área rural, sin embargo, su supervisora la obligó a continuar su jornada sin permitir que se retirara a su casa.
La maestra interpuso una queja ante el departamento de secundarias técnicas de la Secretaría de Educación y la Comisión de Derechos Humanos, aunque aún no recibe respuesta.
“El día 28 de febrero se mancha mi ropa interior y mi pantalón considerablemente de sangre menstrual. Entonces cuando me di cuenta, alrededor a las 10 de la mañana, salí de la escuela hacia el carro de una compañera con la que me había ido de ride y ahí confirmo la situación”, expone la maestra.
“Le pido por favor que salga y que avise a la prefecta para que pueda pedir mi salida al subdirector o al director”, relató la docente.
Si embargo recibió en voz de la prefecta y por parte de la subdirectora las siguientes palabras: “Dice la supervisora que no te puedes ir, que lo que ella considera más adecuado es que vayas al baño a lavar tu ropa o que vayas a Derramadero a comprar un pantalón para que te puedas quedar”.
Yo no acepté la indicación y le pedí que preguntara nuevamente, agregó la afectada, “no podía creer que no me había dado la autorización”, lamentó.
Luego a las 11:20 horas sale el subdirector y reafirma la indicación de la supervisora, me pide que vaya a Derramadero a buscar un pantalón y así lo hice, ya traía mis manos llenas de sangre y el asiento del carro de mi compañera ya estaba todo manchado.
“Di varias vueltas en Derramadero y no encontré un lugar donde vendieran ropa, así que regresé a la escuela”, comentó.
Regresé como a las 11:35 y varias maestras y personal de la escuela ya estaban enteradas de la situación, había alumnos afuera poniendo el periódico mural que también se enteraron, hasta ese momento sale el subdirector nuevamente y ya me da la indicación de irme.
“Hice la denuncia correspondiente al siguiente día en SEDU, en el sindicato y en la Comisión de Derechos Humanos del Estado. No he recibido respuesta favorable de ninguna institución. En especial de SEDU, donde se está tratando de proteger a toda costa a la supervisora”, aseguró la afectada.
En el oficio entregado a las autoridades la docente afirma que fue objeto de burlas y de humillación, “me quitaron mis derechos humanos, quedé expuesta ante compañeros, alumnos, autoridades y padres de familia”.
“Estoy segura de que ninguno de los implicados en esta situación, dimensiona el daño a mi salud emocional y mental, llegué a mi casa a las 12:32 del mediodía, con los asientos de dos carros manchados, con mis manos llenas de sangre seca, con mis piernas, la ropa interior y mi pantalón repletos de sangre, con mi dignidad en el piso y sin respeto”, expresó la docente.
Ninguna mujer, sea cual sea su profesión, merece pasar por la situación que yo viví el día de hoy, ningún ser humano puede ser violentado de sus derechos en el trabajo, agregó.
“Es casi increíble, que en una institución educativa en pleno 2023, suceda algo así, nosotros como actores educativos somos siempre pioneros en respetar los derechos de los estudiantes, en protegerlos, en darles el trato digno que se merecen, actuamos de acuerdo a diversos protocolos todo con la finalidad de siempre proteger su dignidad humana.
Hoy fui víctima de violencia por parte de otra mujer, una mujer que se olvidó de que también lo es y prefirió cerrarse ante la situación, por lo que solicito que esta situación no quede impune y que se me brinde la atención necesaria tanto psicológica como legal, para poder sobrellevar lo que viví hoy”, manifestó la docente en la queja.
“El daño que me hicieron hoy, ya este hecho, no puedo sentir mas que tristeza al observar las imágenes y pensar que para una autoridad, estaba bien, yo solo debía ir a lavar mi ropa al baño de la escuela”, finalizó la docente.