Durante los primeros 20 minutos, las clases habituales de educación física fueron reemplazadas por actividades que implicaban un movimiento intenso, como las carreras de relevos con sprints cortos o el entrenamiento en circuito, que fue interrumpido repetidamente por cortos periodos de recuperación.
Madrid, 13 de febrero (Europa Press).- Muchos niños no hacen suficiente ejercicio y, como resultado, suelen tener problemas de salud como sobrepeso e hipertensión. Ahora, un equipo de investigación de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg y la Escuela de Medicina de Berlín (Alemania) ha descubierto que se pueden utilizar métodos simples para combatir esta tendencia.
En su trabajo, publicado en la revista International Journal of Sports Medicine, integraron el entrenamiento a intervalos de alta intensidad (HIIT) en las clases de educación física y observaron mejoras en la salud de los niños en un periodo de tiempo muy corto.
El entrenamiento a intervalos de alta intensidad alterna fases cortas de ejercicio físico intenso con periodos de recuperación. "Cuanto más intenso es el ejercicio, mayores parecen ser los efectos, incluso en los niños", explica uno de los líderes de esta investigación, Sascha Ketelhut. No se trata de cuánto tiempo dura el ejercicio, sino más bien de cuán intensamente es en un corto periodo de tiempo.
"Curiosamente, esta forma de ejercicio intermitente es precisamente la forma en que los niños se mueven naturalmente", apunta Ketelhut. Los niños no tienen una propensión natural a correr largas distancias. En cambio, la constante alternancia entre periodos intensivos de esfuerzo y fases cortas de recuperación, como en los juegos que realizan durante el recreo o en el parque, se ajusta más a la forma en que los niños se mueven y juegan de forma natural.
Los efectos de la HIIT han sido bien estudiados en los adultos, pero se ha hecho poca investigación en los niños fuera de los deportes competitivos. Por lo tanto, este equipo integró el método en la educación física regular de los niños de entre ocho y diez años. Durante los primeros 20 minutos, las clases habituales de educación física fueron reemplazadas por actividades que implicaban un movimiento intenso, como las carreras de relevos con sprints cortos o el entrenamiento en circuito, que fue interrumpido repetidamente por cortos periodos de recuperación.
"Intentamos seleccionar formas intensivas de ejercicio que también fueran divertidas", señala Ketelhut. Las sesiones de entrenamiento solían ir acompañadas de música y coreografías. El estudio sólo duró tres meses, pero fue capaz de producir resultados notables durante este tiempo. Tanto el rendimiento de resistencia como la presión arterial mejoraron significativamente durante el período de prueba. El investigador cree que esto también ayudará a prevenir problemas de salud a largo plazo. "La presión arterial alta en la niñez a menudo lleva a la presión arterial alta en la edad adulta", comenta.
Según Ketelhut, los resultados apoyan la idea de integrar el HIIT en las clases regulares de educación física, ya que el método de entrenamiento es efectivo y adecuado para los niños, y les motiva a hacer ejercicio. El entrenamiento puede incorporarse fácilmente a un programa deportivo estándar, ya que no requiere mucho tiempo.