La problemática se ha desatado ocho años después de que la empresa abriera la gigantesca granja en el municipio de Kinchil con el compromiso de someter a tratamiento a las aguas residuales, una promesa que “desafortunadamente no se ha cumplido”.
Por Martha López
Mérida, México, 13 de enero (EFE).— Las selvas bajas del territorio maya, ubicado en el poniente del estado de Yucatán, registran contaminación a raíz de las aguas residuales vertidas por un gran complejo de crianza de cerdos, reportaron a Efe campesinos de la zona.
El líquido contaminado se ha expandido formando dos grandes extensiones de aguas negras que afectan a los mantos freáticos, a las milpas, cenotes y ojos de agua, maravillas naturales propias del área Yucatán, añadiendo daños a la biodiversidad y al ecosistema.
“La contaminación se debe a que la granja de la empresa porcina Kekén vierte sus aguas negras en 160 hectáreas”, explicó el apicultor José Luis Tzuc Canté.
La problemática se ha desatado ocho años después de que la empresa abriera la gigantesca granja en el municipio de Kinchil con el compromiso de someter a tratamiento a las aguas residuales, una promesa que “desafortunadamente no se ha cumplido”.
“Aseguraron que tratarían las aguas negras para volverlas útiles, pero no es verdad. Esto significa contaminación en la agricultura y la desaparición de venados, jabalíes, aves endémicas y otras especies”, aseguró.
Al adentrarse en la selva, Efe constató la presencia de dos grandes extensiones de agua verdosa a 24 kilómetros del municipio, cerca del criadero.
En el lugar se percibía un fuerte olor putrefacto generado por el orín y otros desechos de los puercos.
En los alrededores de la granja -una instalación de tamaño imponente compuesta de cuatro módulos con 10 mil cerdos cada uno- hay apiarios, milpas y ranchos cuyas actividades se han visto alteradas por la presencia de la empresa.
Los campesinos mostraron especial preocupación por las abejas, pues temen que la contaminación afecte a los periodos de floración de las plantas y, en consecuencia, a la elaboración de la miel.
Para producir miel orgánica como la que producen los apicultores se requiere estar a más de cuatro kilómetros de lugares que puedan ser potenciales focos de infección.
“Si las mieleras se enteran que estamos cerca de la megagranja, tendríamos un colapso en precios y producción”, apuntó uno de los ejidatarios, quien prefirió no revelar su identidad.
La zona es rica en árboles denominados Dzidzilché, de cuya flor las abejas obtienen la materia prima para la miel que posteriormente se exporta a Europa.
“Lo más triste de todo es que piensan crear más granjas en la zona, hay datos de un proyecto para ampliar y, con eso, elevar los índices de contaminación”, añadió otro de los integrantes del grupo de campesinos, quien contó que descubrieron las aguas putrefactas de forma fortuita hace seis meses, durante una cacería.
Otro de ellos, quien tampoco quiso ser identificado, sostenía en su mano una botella de plástico que contenía un líquido de color oscuro.
“Extrajimos una muestra que recolectamos en una de las tuberías que vierten a diario miles de litros de agua contaminada en las lagunas, calculamos que en cada una se desechan más de un millón de litros al día”, explicó.
Además, señaló el desinterés mostrado por parte del anterior Gobierno estatal y pidieron al nuevo Gobierno realizar trabajos de campo para constatar la gravedad de la situación.
“Urge la presencia de las autoridades, que vengan lo más pronto posible para que los campesinos estemos seguros de que van a tratar de solucionar los graves problemas de contaminación en nuestras milpas”, insistió.
Lejos de recibir estas visitas, consideró que la política del Gobierno del estado se inclina más por silenciar a los habitantes del municipio.
“Creen que si brindan recursos para deportistas y amas de casa, el pueblo hará la vista gorda para que sigan contaminando nuestras milpas y selvas”, denunció otro de los campesinos.
El grupo insistió en la necesidad inmediata de que las autoridades actúen antes de la temporada de lluvias.
Esto se debe a que el cenote Yax Ek, que se encuentra en terrenos del municipio de Maxcanú, próximo al de Kinchil, se podría contaminar si las aguas negras se extienden hasta esa zona.