Que Antonio Luigi Mazzitelli esté en México dice mucho sobre la preocupación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por comprender la violencia y la criminalidad en el primer país productor de ganancias criminales por concepto de drogas en el mundo.
Mazzitelli es, desde la academia y la función diplomática, un especialista en crimen organizado oriundo del sur de Italia y quien ha ejercido misiones por parte de la ONU en Guinea Bisau –de donde la medida para hablar de lo que es un Estado fallido ante el crimen y, en su opinión, México está muy lejos de serlo– y Colombia.
Por eso es relevante lo que dice sobre el Cártel de Los Caballeros Templarios, de Michoacán, en claro proceso de pulverización –no necesariamente de extinción–: “Sólo ellos se acercaron a reunir las todas la características de una mafia”, explica en entrevista con SinEmbargo.
Una conclusión sale de la charla con Mazzitelli: si bien los gobiernos se arrogan el abatimiento y la captura de los jefes de Los Caballeros Templarios, su tumba fue cabada por los propios Templarios cuando en los hechos rompieron su código y en la práctica se convirtieron en todo lo que justificó su existencia: depredadores de su propia gente.
Ciudad de México, 17 de marzo (SinEmbargo).– En México, las organizaciones criminales deben ser tratados conceptual y jurídicamente de manera diferente a las mafias italianas con las cuales, sólo, Los Caballeros Templarios y su precedente, La Familia Michoacana, reunieron cuatro de las cinco características propias de la mafia.
El ensayo sobre las diferencias y semejanzas es autoría de Antonio Luigi Mazzitelli, representante en México y Centroamérica de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito.
“Si miramos al fenómeno de las organizaciones criminales en México y, en particular a cuatro grupos criminales que han marcado la existencia y la evolución de estos últimos diez años de violencia en México, si miramos al cártel del Pacífico-Sinaloa, cártel del Golfo, Los Zetas y, por último, La Familia Michoacana-Caballeros Templarios, se puede decir que ninguno de estas cuatro grandes fenómenos criminales cumple con estas cinco características”, comenta Mazzitelli en entrevista en sus oficinas.
“Los Templarios y la Familia Michoacana podrían ser definidas como organizaciones protomafiosas; es decir, cumplen con cuatro de los cinco requisitos necesarios para que sean mafias. Faltan al aspecto social y el gran indicativo de esto es que la gran ruptura a la expansión de Los Caballeros Templarios fue la sublevación popular a través los grupos de autodefensas que tomaron las armas para recuperar el territorio y eliminar su poder”, habla Mazzitelli.
“Esto muestra el rechazo por parte de las comunidades a la cultura de Los Caballeros Templarios. El final del fenómeno empieza con la sublevación popular porque buena parte de sus no necesariamente respetaban lo que los mismos Caballeros Templarios declaran al momento de su nacimiento, eso es el código de honor. Al contrario. Los Templarios replicaron en el territorio los mismos mecanismos predatorios de control de los Zetas a través de un uso desmesurado de la violencia: violaciones, robos, extorsión, ejecuciones públicas… Dicen proteger a los niños, las niñas y… no, eran violadores de mujeres, entonces hay una degeneración de lo que eran”.
LAS CINCO CARACTERÍSTICAS
Hablar de mafia es hacerlo de una organización o de unas organizaciones criminales con características particulares que representan un modelo de agregación criminal. Con frecuencia, observa Mazzitelli, el término se emplea indiscriminada y equivocadamente para referir a grupos o empresas del crimen organizado.
Las mafias italianas han existido durante 150 años y su presencia histórica les ha conferido particularidades, que desde el punto de vista operativo, las hacen las organizaciones criminales más poderosas del mundo, el modelo criminal de referencia y, del otro, ha obligado al Estado italiano a desarrollar instrumentos investigativos y judiciales peculiares aplicables exclusivamente al modelo mafioso.
Si bien es cierto que la legislación italiana antimafia es seguramente la más desarrollada del mundo para combatir el fenómeno mafioso, no todos sus instrumentos jurídicos podrían ser replicados para luchar contra otros fenómenos criminales que no tienen las características de la mafia italiana.
¿Cuáles son las características de la mafia italiana? Los estudiosos del fenómeno mafioso han descrito cinco cualidades particulares.
El carácter es social: la organización y su operación son reconocidas y aceptadas por los habitantes de territorios.
El aspecto económico: si bien las mafias italianas poseen especializaciones, diversifican su portafolio y esta diversificación incluye tanto actividades o mercados ilícitos y criminales –secuestro y robo, por ejemplo– como presencia en actividades legales. Por ejemplo, en Italia, el mercado de la construcción y varios de sus componentes, como el traslado de tierra y materiales de desecho y la venta de cemento o hierro; la hotelería, y la distribución a cadenas de restaurantes o de supermercados.
El carácter normativo: en su interior, el grupo posee códigos que deben ser aplicados en la regulación de las relaciones entre los diferentes miembros de la organización. Quien no cumple las reglas, lo hace con el conocimiento de la existencia de un sistema punitivo. La 'Ndrangheta calabresa, que se propone como la más evolucionada de las mafias italianas, posee órganos de toma de decisión para la autorización de los castigos que pueden no implicar el uso de la violencia para la resolución de los conflictos entre los diferentes grupos que conforman la 'Ndrangheta.
El elemento ideológico: las mafias utilizan una construcción cultural e ideológica dirigida a la legitimación de su existencia. Existen muchos mitos sobre el nacimiento de las mafias en Italia, como el arribo de tres caballeros españoles a Sicilia, a Calabria y Campaña donde crearon las mafias como órdenes para la protección social. Existen ritos de iniciación con componentes religiosos; la superstición se mezcla con la necesidad de crear una cultura y sentido de pertenencia a la vez que legitima y ofrece nobleza y prestigio a los miembros. Todas las organizaciones criminales mafiosas toman elementos de las organizaciones secretas e importantes en el proceso de unificación de Italia, como la masonería.
Cuando empieza La Familia Michoacana logra liberar Michoacán a de Los Zetas empieza, presenta una serie de características sociales, institucional, normativas y económicas, propias del modelo mafioso, pero se irrumpe, ella también se irrumpe en el momento en que una parte decide seguir replicando el modelo predatorio.
“En ese sentido, Los Caballeros Templarios y la Familia Michoacana –Mazzitelli se refiere a estos grupos de manera integrada al ser uno consecuencia evolutiva del otro– también desde su comienzo poseen una articulación ideológica casi única a través de su fundador y en defensa de la historia, de los valores de Michoacán. Los Caballeros Templarios son una derivación que, desde el punto de vista ideológico, buscaron referentes no pertenecientes a la cultura local, como los Templarios medievales”.
La institucionalidad: las mafias nunca están en contra del Estado, sino al contrario. La capacidad de expansión y asentamiento de un grupo del crimen organizado está directamente relacionado con su capacidad de establecer relaciones de mutuos beneficios con los representantes institucionales en el territorio. La mafia no se vuelve portavoz de reivindicaciones políticas, de autonomías o de derechos. Las mafias requieren trabajar con los representantes de las instituciones y de esta manera garantizar su mercado.
SIMILITUDES
–¿Es la ruptura con su ámbito social lo que de manera más destacada aleja a las organizaciones criminales mexicanas del propósito italiano organizacional en términos de mafia? –se le pregunta al jefe de la oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito.
–Las mafias se desarrollaron en Italia entre 1860 y 1980 en un contexto histórico también particular: el sur de Italia era prevalentemente rural, agrícola, con una muy baja cultura de institucionalidad. Esto era el caldo de cultivo para que otros actores pudieran tomar lo que era la administración de la justicia en el territorio.
–Algo parecido a lo que ocurre en México ahora.
–Algo parecido. No diría que ocurre en México, sino que ocurre en algunas regiones de México, absolutamente. Como las mafias, se expande, porque eso fue también el gran crecimiento de la mafia y de los errores cometidos por el gobierno italiano que no comprendió que era la mafia. Se expandió a partir de los años 60 cuando, entre las medidas de lucha contra la mafia, el Estado italiano decidió enviar mafiosos al norte de Italia con domicilio obligatorio, es decir, para evitar que continuara desarrollando sus actividades en su territorio de origen, pero creó las condiciones para que la mafia desarrollara redes en lugares diferentes. “Esto, junto al fenómeno de la migración del sur de Italia por el estancamiento económico, condujeron al gran flujo migratorio italiano después de la Segunda Guerra Mundial del sur de Italia, cuando los sicilianos, los calabreses colonizaron Estados Unidos, Australia, Alemania, Bélgica. A la vez ocurrió el boom económico de la industrialización al norte de Italia que atrajo muchísimas personas del sur de Italia y entre estos también llegaron mafiosos o gente con la cultura de la mafia. La cultura de la mafia, la cultura del honor, la cultura de la familia, de los lazos familiares, la cultura del más fuerte, del antagonismo con el poder del Estado a nivel individual.
–¿Esos fenómenos de dispersión ocurrieron bajo otras condiciones en México, por ejemplo, con la Operación Cóndor? –la opción militar mexicana apoyada por el gobierno de Estados Unidos en los límites de Sinaloa, Durango y Chihuahua que desplazó a los jefes del narco a Guadalajara, que convirtieren en su capital, y Guerrero, que ocuparon como proveedor alterno de goma de opio.
–Seguramente. Uno de los componentes para la expansión de los grupos criminales en el mundo y una de las razones para el éxito de los grandes cárteles mexicanos es la existencia de una diáspora enorme de Estados Unidos, porque hay 10 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos y es suficiente, por ejemplo, con que el 0.5 por ciento de estos 10 millones tengan contactos en sus zonas de origen con cárteles para que a través de esta gran migración llegue también a los tentáculos de las organizaciones criminales. Lo mismo con la diáspora italiana: la 'Ndrangheta, los calabreses fueron una parte importante de la migración de la segunda pre-guerra a Australia y la 'Ndrangheta mucho más que la Cosa Nostra siciliana es uno de los actores importantes del crimen organizado en Australia.
LA FAMILIA-TEMPLARIOS
La Familia posee un carácter social alto, porque su raíz en el territorio es muy fuerte. Su carácter institucional es medio-alto también y su carácter económico alto. Su carácter ideológico es alto y el ordinamental medio-alto.
“Por esto yo decía antes, que La Familia y Caballeros Templarios podrían ser organizaciones proto-mafiosas. No todavía mafiosas, pero proto-mafiosas, eso es que si tienen posibilidades de seguir adelante, en 10, 15 años podrían ser verdaderas organizaciones mafiosas. Yo diría que han sido muy, muy debilitadas. Los Caballeros Templarios ya casi no existen. Gradualmente se está absorbiendo, se está volviendo parte del Cártel Jalisco Nueva Generación.
–¿Qué observa de estos micro cárteles, como Guerreros Unidos?
–Yo pienso que sí, que esto es desafortunadamente el panorama, el escenario: hay mucha atomización, pulverización, pero esto quiere decir que también, al mismo tiempo, estos grupos tienen capacidades operativas mucho más reducidas. ¿Esto qué implica? Implica que si uno tiene que hacer frente a organizaciones criminales estructuradas y que tienen una proyección transnacional, hay que utilizar determinados instrumentos. Si, al contrario, el problema son pequeñas organizaciones criminales que operan al nivel del territorio y que generan mucha violencia o son muy predatorias, la respuesta tiene que ser necesariamente a nivel territorial, a través de actividades dirigidas primero a perseguir y reducir la capacidad de violencia de esos grupos criminales; segundo, desbaratar los mercados que los hacen poderosos.
–Con respecto a las posibilidades que le ha otorgado los agentes en el gobierno al crimen organizado mexicano, ¿usted considera que el caso mexicano es atípico con respecto a lo que ha ocurrido en el resto del mundo?
–Mira, estamos hablando de 150 años de historia. Yo no puedo hablar de gobierno, sino de agentes de gobiernos territoriales. Hay escenarios diferentes en relación a los grupos y a los mercados criminales. ¿Cuál es la situación que se ha vivido siempre a lo largo de la frontera con Estados Unidos? En donde la misma presencia de una frontera ha generado dinámicas a lo largo de estos 150 años en donde los mercados ilícitos y los operadores de esos mercados han convivido con las instituciones. Yo me podría atrever a decir del otro lado de la frontera. Esta es la dinámica propia de las fronteras.