Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo).– A finales de enero de este año, Luis Videgaray Caso, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), anunció un recorte al gasto público por un monto de 124 mil millones de pesos, ante la caída en los precios de petróleo. La medida afectó el proyecto de Enrique Peña Nieto de conectar a México con trenes, ya que se suspendió la construcción del Tren México-Querétaro y la cancelación definitiva del Tren Transpeninsular, que uniría a los estados de Yucatán y Quintana Roo.
Sin embargo, el primer tramo del Tren Interurbano México-Toluca fue concesionado a Grupo OHL y Grupo Hermes, propiedad del empresario mexiquense Carlos Hank González, no resultó afectado ni en presupuesto ni en tiempos, a pesar de que la Comisión Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) alberga 87 quejas de habitantes de la zona de Santa Fe y colonias aledañas que se encuentran en el perímetro de su recorrido.
De acuerdo con el proyecto federal, el tren tendrá una longitud de 57.7 kilómetros y dará atención a 270 mil pasajeros por día. El contrato con OHL y Hermes es por 10 mil 148 millones de pesos.
Integrantes de las organizaciones vecinales, que a más de seis meses del anuncio de la construcción del tren se siguen manifestando y organizándose para detener el megaproyecto, argumentan que la razón por la que este tren resultó intacto tras el recorte, se debe a que la actual administración busca seguir con una obra que viene desde que Arturo Montiel Rojas, tío del actual Presidente, gobernaba el Estado de México.
Marco Polo Vázquez, del grupo Vecinos Unidos Santa Fe, en entrevista para SinEmbargo, comentó que de acuerdo con la información a la que han tenido acceso a partir de su organización vecinal, es que Arturo Montiel buscaba hacer un centro turístico en la zona del nevado de Toluca y justamente el tren llega a la zona de Zinacantepec, que son las faldas del Nevado de Toluca.
Desde 2003 se hizo pública la información de que Montiel Rojas buscó emprender un centro internacional de esquí en la zona, pero no prosperó porque el Nevado de Toluca estaba declarado como “parque nacional”.
Sin embargo, en el primer año de Peña Nieto como Presidente, este decreto impulsado por el General Lázaro Cárdenas del Río fue modificado; el Nevado se convirtió en “Área de Protección de Flora y Fauna”, de acuerdo con lo publicado en el Diario Oficial de la Federación en noviembre de ese año.
El argumento fue que ante el alto deterioro que ha sufrido la zona por incendios, tala ilegal y turismo, se debía emprender un plan de recuperación, lo que permite la participación privada en la zona.
“El proceso de la construcción al Tren a Toluca ha estado lleno de opacidad, que es la característica de los proyectos que están queriendo implementar tanto en la Ciudad de México, como en otras partes del país”, señaló Polo Vázquez, habitante del pueblo de Santa Fe.
LAS AFECTACIONES DEL TREN A TOLUCA
De acuerdo con los testimonios de vecinos, la delegación Álvaro Obregón, en ningún momento les ha ofrecido la información necesaria del proyecto, incluso el titular, ahora con licencia Leonel Luna Estrada, les comentó en agosto que no sabia nada del proyecto, cuando desde febrero, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), el delegado estaba enterado, al menos, de las afectaciones ambientales.
“Desde febrero sabe [Luna Estrada] que no ha habido ninguna consulta vecinal. Nosotros estamos en el sentido, de que si se tuviera que llevar a cabo una consulta ciudadana, primero tendría que haber información real sobre el proyecto, sus dimensiones reales y todo lo que ello implica, para que la gente pueda dar su opinión acerca del proyecto, pero conociéndolo”, agregó Vázquez.
En el mismo sentido opinó el ingeniero Miguel Valencia, miembro de Ecomunidades, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México, “en los megaproyectos, nunca se toma en cuenta la opinión de las comunidades porque saben que el efecto es destructivo. Si consultaran a las comunidades y éstas tuvieran la oportunidad de informarse, los rechazarían totalmente […] son sólo negocio para trasnacionales y grandes empresarios, no para la población”.
Vecinos Unidos Santa Fe, ha declarado que la Avenida Vasco de Quiroga no es la indicada para que pase el tren, porque sólo tiene 16 metros de ancho, lo que tendría como consecuencia una considerable expropiación de casas, problemas de agua y luz.
Además, la zona de Santa Fe es de minas, por lo que será zona de alto riesgo en cuanto empiecen a realizarse excavaciones que tendrán que ser de entre 25 y 30 metros de profundidad, lo que puede ocasionar derrumbes.
Como ejemplo, Vázquez recordó el socavón de casi 100 metros que se abrió en Metro Observatorio el pasado marzo de 2014.
VECINOS CONTRA MEGAPROYECTOS
“Desde hace 20 años, se nota una tendencia a incrementar este tipo de proyectos, con la entrada de las nuevas políticas neoliberales […] Los megaproyectos que están amarrados con la firma de los gobiernos son maravillosos porque le dan gran seguridad al inversionista; nosotros, los contribuyentes vamos a pagar ese proyecto sea bueno o sea malo, porque en caso de fallar, el gobierno lo rescata, entonces resultan lo más seguro en la inversión”, explicó el ingeniero Valencia.
Los vecinos de Santa Fe están ahora aliados con Vecinos Unidos, grupo que reúne a capitalinos de todas las delegaciones, que en palabras de Susana Kanahuati, en la Ciudad de México se vive una “gravísima corrupción”, por lo que la única salida que el gobierno deja es la organización.
Susana mencionó el claro ejemplo de la Línea 12, uno de los principales proyectos de la administración de Marcelo Ebrard Casaubon como Jefe de Gobierno, “el abuso cada vez es peor, tenemos ejemplos terribles como la Línea 12 del Metro y hoy tenemos la muestra; a los vecinos les hicieron mil vueltas en mesas de trabajo para tratar de ver lo de las afectaciones de sus viviendas, cuando terminó el proyecto, o cuando dizque lo terminaron, Héctor Serrano les cerró la puerta en la cara y nunca más les pagó”, comentó.
La lucha de estos grupos vecinales ha sido en las calles y han aprovechado también la vía legal, aunque esta segunda, con los mismos resultados que la primera, “hemos emprendido acción legal, pero son pocos los que han tenido soluciones a nuestro favor […] Hasta el día de hoy, no se ha sancionado una sola violación de norma vecinal, ni una. Es una de las formas que tenemos para decir que la colusión entre las autoridades en todos los niveles está comprometida”, expuso Kanahuti.
Ante el enojo que de acuerdo con los entrevistados, está presente en los habitantes de la Ciudad de México debido a los megaproyectos, estas organizaciones vecinales buscarán organizar una asamblea inter-delegacional, para llevar acciones en conjunto para frenar este tipo de proyectos.