Obreros sudan de madrugada para que el Verde sí cumpla con el “milagro” de los vales

09/03/2015 - 12:05 am
Los trabajos a marchas forzadas para terminar las obras para la farmacia del IMSS. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Los trabajos a marchas forzadas para terminar las obras para la farmacia del IMSS. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 9 de marzo (SinEmbargo).- En la esquina de José Vasconcelos y Agustín Melgar, colonia Hipódromo Condesa, a un lado del paradero de autobuses del Metro Chapultepec, se pretende crear un milagro. De acuerdo con la Ley, esta tienda del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) debe albergar un centro de canje de vales de medicinas. Operará cuando falle el abasto en los hospitales de ese instituto.

Para el trueque, debe estrenar marquesina y escritorios de tabla roca. Así lo prometió el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el del tucán, en la campaña electoral de 2009. Y en octubre de 2010, la Cámara de Diputados le aprobó la iniciativa para reformar el artículo 91 de la Ley del Seguro Social que implica crear estos centros de intercambio de vales. La propuesta de ese partido –en 2000 aliado al Partido Aacción Nacional (PAN), hoy converso al Partido Revolucionario Institucional (PRI)- debe tener efecto a partir del 15 de marzo de 2015.

Es difícil no reconocer que el tiempo en esta esquina de la capital del país se ha vuelto un tirano porque ya es la madrugada del sábado 7 de marzo y el trabajo de construcción continúa. Apenas se escucha un run-run de plática de los choferes en el paradero y la algarabía del local de tacos de carnitas, las cuales reposan bajo luces de alto voltaje. A las puertas del edificio del IMSS hay tres guardias de seguridad privada que indican que por ahí no se debe pasar, ni tomar fotos, ni hacer nada.

- Es que me dijeron que aquí van a cambiar vales de medicina y vine a ver cómo van.

- Esta es una obra negra –dice un elemento de seguridad privada y empieza a fabricar el silencio de la media noche.

La razón lo asiste. La mole de unos 30 metros de fondo, lo que durante años fue un supermercado, fue derruida. Ahora la transforman en cuerpo y alma. Ya tiene pintados los colores amarillos del IMSS en su fachada de unos 20 metros; pero de su entraña sólo sale ruido de trabajo pesado, ese que hacen los albañiles.

De repente, las puertas cristalinas arrojan hacia la banqueta al maestro de obra Patricio Salas Aponte.

-Otros cinco están adentro escupiendo cascajo –quiebra el silencio.

El albañil -44 años de edad, curva en la espalda, pago diario de los 70.10 del salario mínimo en la zona A-, ha salido a buscar café y pan. Todavía está por pasar otras cuatros horas dentro. Antes de que amanezca se irá por Avenida Reforma, hasta La Villa, para tomar otro camión rumbo a su casa. Todas las noches, en su camino, ve cómo destellan los anuncios del PVEM en los que dice una y otra vez que “el Verde sí cumple”.

De si podrá concluir su trabajo aquí, dentro de siete días, dice: “Sí, claro. Así será. Con un milagro”. Sobre quién contrató a este grupo de obreros para desafiar a la tiranía del tiempo, afirma que fue “el Seguro Social”.

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Si no se tiene algo de fe, algo de esperanza, un gramo de credulidad, es difícil pensar que el milagro del alivio a través de los vales de despensa ocurrirá. Porque estos seis hombres moviendo paredes, sacando piedras en carretas, hundiéndose en el polvo, integran una escena que a Gustavo Leal, experto en la Política de la Salud en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Xochimilco, le dice algo diferente: “Son las marchas forzadas del Presidente Peña Nieto”.

La escena, el politólogo la describe así:

“Ese es el microcosmos del contraste absoluto entre las prioridades del IMSS y del ISSSTE y las vergonzosas necesidades de corto plazo. Muestra de cuerpo entero la irresponsabilidad frente a las altas necesidades del sistema de salud en México, en aras de beneficiar una alianza electoral del PRI -el partido del Presidente- y el Verde”.

En las venideras elecciones, el PRI y el PVEM contenderán juntos en los 244 distritos electorales. Según el convenio que registraron ante el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), el PRI se comprometió a aportar 60 por ciento del monto total de los gastos de campaña y el PVEM, el 40. Aunque no era tiempo oficial, el Partido Verde empezó a gastar sus recursos desde septiembre del año pasado con un despliegue de campaña en la que la estrella fueron los vales de medicina.

A través de los paraderos de autobuses, papel para envolver tortillas, la radio, la televisión y el cine, recordó que fue suya esa idea de que el Gobierno debía dar vales de medicinas cuando el paciente no las encontrara en los hospitales del IMSS o del ISSSTE. Usó este slogan: “El Verde, lo que propone lo cumple”. Parecía haber olvidado que eran tiempos de veda electoral. Pero los otros partidos reclamaron que el Verde había iniciado ya su promoción para ser votado en las elecciones del próximo 7 de junio. Así que el Instituto Nacional Electoral (INE) le ordenó quitar todos los letreros que hicieran referencia a los vales.

La vida en el IMSS y el ISSSTE transcurría por su cuenta. Sus números públicos siempre venían teñidos de rojo. Tanto, que Antonio Alonso Concheiro, especialista en Prospectiva del Consejo Directivo del Capítulo México de la World Future Society, escribió un estudio que advirtió que ninguno de estos institutos podría resistir un gasto más. Están en quiebra. Y si continúan con erogaciones, con más responsabilidades, tendrán que desintegrarse para dar paso a un sistema de seguridad privado.

- ¿Qué es lo más importante de un centro de salud? –se le pregunta a uno de los trabajadores de obra que construye en la esquina de José Vasconcelos y Agustín Melgar.

- Pues que lo atiendan a uno bien; no que va enfermo uno y lo dejen tres días en la cola como si uno se sintiera muy agusto. Como a ellos no les importa, pues, que a uno le esté sonando el pecho.

-¿Y de las medicinas, qué dice usted? ¿Las encuentra cuando las busca?

- Pues yo siempre voy al Seguro, pero a veces las hallo y a veces no. Pero pues sí sale caro curarse en el Seguro que uno tiene.

Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

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Es 6 de enero de 2015 y en el mundo se conmemora el Día de la Enfermera. En México, cientos de ellas van vestidas de blanco, con sus cofias colocadas y pancartas sostenidas en alto, para gritar frente al edificio de la Secretaría de Salud (SSA). Dicen muchas cosas. Que se acabe el machismo en esta profesión. Que se reivindique a la enfermera mexicana. También que se atienda la crisis de abasto de medicinas. La manifestación está integrada por trabajadoras de varias instituciones. Juntas, están las del IMSS, ISSSTE, las de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, servicios médicos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y hospitales privados.

La campaña del Verde está por todos los rincones. Incluso el viento de este día frío de enero hace volar un cartel que se ha caído de un poste y llega a los pies de una de la manifestantes. La enfermera María Estefanía Sánchez exclama: “¡Nos gusta el autoengaño! ¡Si no hay dinero para abastecer de medicinas es lógico que no habrá para pagárselas a farmacias privadas!”

Lo que aquella tarde se dijo frente a la Secretaría de Salud fue, en resumidas cuentas, que sin dinero no habrá buena atención en los centros públicos donde se atiende a los mexicanos. Ni medicinas suficientes. Porque, si se siguen los números públicos del sector, ese panorama no tiene reversa. Según el informe sobre la situación financiera de organismos y empresas bajo control presupuestario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el IMSS gastó 176 mil 447 millones de pesos en el primer semestre de 2014. De esa cantidad, 94 mil 544 fueron para pagar pensiones; es decir, poco más que la mitad. Si en inversión de mejoras el IMSS gasta un peso, 311 se le van para el pago de pensiones.

El ISSSTE vivió lo suyo. Tuvo un gasto, en el mismo periodo, de 83 mil 449 millones de pesos y con 65 mil 763 pagó pensiones. Este instituto invirtió en mejoras. Pero incurrió en déficit: 28 mil 885 millones de pesos.

Al final, ¿quiénes padecen la falta de dinero reflejada en carencia de medicamentos? La Organización Derechohabientes Viviendo con VIH del IMSS sostiene que todos los enfermos de México. Uno de sus voceros indica que en el caso de los pacientes con VIH es más delicado porque los pacientes no pueden dejar de tomar el medicamento.

Un integrante de la Asociación para Evitar la Ceguera en México (una Institución de Asistencia Privada) coincide, pero señala que el Glaucoma avanza sin que ingresen dotaciones de medicamentos al sector salud. Gustavo Leal, el investigador de la UAM-Xochimilco, indica que todas las enfermedades son importantes. Recuerda que México ha pasado de los padecimiento infecciososos a los crónico-degenerativos: diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer y enfermedades cardiovasculares.

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A lo de la esquina de José Vasconcelos y Agustín Melgar se le llamará “milagro”. Así le dice el trabajador Patricio Salas Aponte, al regresar de los cinco minutos que le restó a la apurada obra para tomar café y comer pan. En las puertas de lo que en pocos días será centro de canje, los guardias se empeñan en pedir que por ahí no se pase y marcar distancia. Dado que de los adentros surge polvo fino, se pregunta si esta negrura podrá estar viva dentro de siete días, el plazo marcado por la Ley. Patricio, espalda que intenta estar recta, tiene una respuesta: “Y aunque no esté. Yo creo que de todos modos se va a abrir, ¿verdad? Para todos los que necesitamos medicinas”.

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