Los platillos más y menos adictivos, según la ciencia

01/03/2015 - 12:06 am

Ciudad de México, 1 de marzo (SinEmbargo/HuffPost).- Es fácil decir que somos "adictos" a los alimentos como los donas de nuestro sitio favorito o la comida tailandesa para llevar. Pero si bien el concepto de adicción a la comida es controvertido entre los investigadores, existe una creciente evidencia de que los platillos altamente procesados, grasos y azucarados como la pizza, el chocolate, las papas fritas y las galletas son alimentos problemáticos en la vida de las personas.

Imagen: Shutterstock
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En uno de los últimos estudios publicados al respecto, la doctora Nicole Avena de la Escuela Medicina Icahn en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York, encontró que los comportamientos y actitudes que rodean algunos tipos de comida siguen de cerca patrones de adicción. Ella espera que su trabajo, recientemente publicado en la revista PLOS One, pueda algún día contribuir al tratamiento de la obesidad y trastornos alimenticios de las siguientes generaciones.

Avena pidió a 504 participantes que identificaran comidas que parece que pueden causarles problemas. Para definir los alimentos "problema", Avena alentó a los participantes a utilizar la Escala de Adicción a los Alimentos de Yale, que pide a los participantes contar el número de veces que han estado de acuerdo con frases como: "Yo como hasta el punto donde me siento físicamente enfermo" o "Paso mucho tiempo sintiéndome débil o cansado tras comer en exceso", para ayudar a identificar a los delincuentes más grandes.

Luego Avena promedió los resultados de diferentes tipos de alimentos y los clasificó de más a menos problemático cuando se trataba de conductas de adicción.

Así, en primer lugar entre los alimentos más adictivos estuvo la pizza, seguida por el chocolate, las papas fritas, las galletas y el helado. Del otro lado, los pepinos, zanahorias, frijoles, manzanas y arroz integral resultaron los menos.

Fuente: University of Michigan
Fuente: University of Michigan

¿Notan algo? Los alimentos que causaron la gente la mayor malestar físico y mental son también aquellos altamente procesados o con alto contenido de grasas y azúcares añadidos.

También son más propensos a tener los más altos niveles de la carga glucémica, es decir, la medida en la que una comida aumentará el nivel de azúcar después de comerla. "Eso no es una coincidencia", dijo Avena.

"Varios estudios realmente sugieren que los alimentos muy palatables (agradables al paladar) y altamente procesados pueden producir comportamientos y cambios en el cerebro que se podría utilizar para diagnosticar una adicción, como las drogas y el alcohol", dijo la experta a The Huffington Post.

Pero esos estudios son generalmente realizados en animales, lo que significa que investigadores como Nicole Avena tienen un largo camino por delante antes de probar que ciertos tipos de comida pueden ser sustancias adictivas que dañen y reprogramen el cerebro humano.

La adicción a la comida no está reconocida oficialmente; lo más parecido a ello en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) es el trastorno por atracones de comida.

Pero Avena, que ha investigado la adicción a los alimentos por más de 15 años, dice que el suyo es el primer estudio clínico para evaluar la relación entre la forma en que la gente come ciertos alimentos y las propiedades de esa comida, ya sea grasa añadida, azúcar o su fabricación en la que son altamente transformadas.

Ella espera que el hallazgo pueda algún día ayudar a las personas que luchan contra la obesidad a volverse a encaminar hacia la pérdida de peso.

"Esto puede ayudar a cambiar la forma en la que llevamos a cabo el tratamiento de la obesidad. Podría no ser simplemente cuestión de "cortar" cierto tipo de comida, y en su lugar, adoptar métodos que se utilizan para reducir el consumo de tabaco, alcohol y drogas", dijo la experta en un comunicado sobre su estudio.

Por ahora, mientras los resultados de Avena pueden provocar un golpe para los comelones (¿quién ha oído alguna vez que alguien comió de manera incontrolable acelgas?), ella lo llama un importante primer paso para reconocer que sólo ciertos tipos de comida están ligados a un comportamiento de alimentación adictiva.

"Si alguien siente que es adicto a la comida, realmente no hay un diagnóstico que un médico pueda darle a esa persona", dice Avena. "Este estudio es un avance útil para la literatura, para así poder ayudar a la gente que tiene trastornos alimenticios con tendencias a la adicción".

Pero no sólo el azúcar ha demostrado ser adictiva, también los alimentos salados. Neurobiólogos de la Universidad de Duke, en Estados Unidos y la de Melbourne, en Australia, demostraron en un estudio realizado en ratones, que los deseos por consumir sal activan las mismas zonas cerebrales que regulan la adicción por drogas como la cocaína y heroína.

Los científicos Wolfgang Liedtke y Derek Denton de dichas instituciones, provocaron las condiciones para que los roedores sintieran deseos de consumir algo salado, como suministrarles la hormona del estrés llamado ACTH o retirarles este compuesto por un tiempo.

Por medio de imágenes cerebrales notaron que cuando los ratones que se mantuvieron abstemios tomaron agua salada, los patrones de regulación genética estimulados por el gusto por ese sabor se activaron antes de que el alimento hubiera pasado del estómago al torrente sanguíneo.

“El apetito por el sodio es un instinto saludable. La adicción por la heroína es una enfermedad que puede matar a un ser humano. Para pasar de un instinto saludable a una enfermedad, deben ocurrir otras cosas dentro del cerebro”, escribieron los autores en el documento publicado a inicios del año pasado en la revista de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos.

 

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