Ciudad de México, 21 de enero (SinEmbargo).– César Duarte Jáquez, Gobernador de Chihuahua, no aparecerá. De modo que no se le verá descender de ninguna de las camionetas Suburban o Escalade, ni de los autos BMW, que ahora buscan acomodo entre las paredes metálicas de los sótanos 1 y 2 del edificio Hemiciclo del Senado de la República. Su nombre acaba de ser expulsado del programa de las Audiencias Públicas en Materia de Seguridad y Justicia donde se mantuvo hasta la media noche del lunes 19. Hubo que elaborar de nuevo esa bitácora que lo anunciaba. Quitarlo y poner en su sitio a Miguel Ángel Mancera Espinosa, Jefe del Gobierno Capitalino para que diera esa charla programada que contaría “la experiencia local”.
De haber llegado, este estacionamiento donde la temperatura ya subió a unos 15 grados centígrados, se habría convertido en un escenario propicio. Un templete sólo de él. El penúltimo hijo de diez, del matrimonio entre Crescenciano Duarte Tarín –a quien en Parral, Chihuahua, siempre llamaron “Chano”– y Blandina Jáquez Medina, habría estado en la gran posibilidad de explicar a sus anchas –o decir algo, unas cuantas palabras, cualquier cosa - el destino de esos 65 mil millones de pesos (mmdp) que ahora navegan en el limbo porque él y su familia los desviaron a través del hechizo Unión Banco Progreso.
LA TRAMA MILLONARIA
En realidad, la trama de este relato de millones se ha complicado tanto que ya no resiste protagonista ausente. Si bien, en septiembre pasado, apenas se conocía que el abogado y luchador social, Jaime García Chávez, había interpuesto una denuncia en su contra; esta mañana del 20 de enero, hay 30 senadores que apoyan el expediente. Hay decenas de activistas sumados a la causa. Hay un grupo de reporteros que lo esperan para ir a la caza de una palabra, de un movimiento, de cualquier enojo o contento suyo. Porque en este enero, César Duarte Jáquez es la encarnación de un objetivo: los partidos políticos en el Senado de la República se han unido para exigir que se le investigue por peculado, enriquecimiento ilícito, ejercicio abusivo de funciones y uso indebido de atribuciones y facultades. Ese frente versus Duarte lo conforman panistas (Pancho Barrio, Javier Corral), morenistas (Víctor Quintana) o ex perredistas (Jaime García Chávez).
El hombre que al paso de sus 52 años adquirió los trajes de Licenciado en Derecho, empresario inmobiliario, ganadero y agricultor; el Gobernador que lleva casado 25 años con Bertha Olga Gómez Fong con quien procreó a César Adrián, y las gemelas Bertha Isabel y Olga Sofía; el político que cuando se le pregunta dónde desea pasar vacaciones contesta que en Guachochi, en la barranca de la Sinforosa. Ese es César Duarte, el ser más esperado de las Audiencias Públicas en materia de Seguridad y Justicia, convocadas por el Senado de la República.
El gobernante que bajó nueve kilos en el primer año de su gobierno y le dijo al Diario de Juárez en 2012 que creía en los milagros, pero también en el discernimiento. (Aquella vez, también dijo: “Mi esposa y yo hemos compartido la responsabilidad de manera muy sólida. A lo largo de los 26 años de casados no habíamos tenido mayor convivencia que hoy, porque nunca me había tocado que ella coparticipara conmigo. Mis hijos están en la universidad y eso nos da un grado de mayor libertad como pareja, con menos responsabilidades directas con ellos. Berthita está de tiempo completo en el DIF; siempre me comparte sus inquietudes, lo que ve en los municipios, siempre busca ayudar, cómo atender una gestión y darle seguimiento y esto nos ha permitido ir consolidando muy bien esa relación marital que hoy está más madura que nunca”). Ese es César Duarte, a quien muchos vinieron a encontrar esta mañana.
¿Qué hizo el Gobernador? Si se sigue la denuncia del activista García Chávez, la supuesta maniobra puede resumirse: en noviembre de 2012, el matrimonio Duarte- Gómez Fong creó el fideicomiso 744743 ante el Banco Mercantil del Norte con recursos del Gobierno del Estado. De ahí, usó 65 mmdp para adquirir acciones de Unión Banco Progreso. Pero Unión Banco Progreso no existía. Nació el 21 marzo de 2013, pocos meses después del fideicomiso. El Secretario de Hacienda de Chihuahua, Jaime Ramón Herrera Corral lo autorizó. Y el plan financiero indicaba que sería el Gobernador uno de los principales socios. También su compañera, Bertha, Berthita.
De haber descendido ayer, de esa blindada Suburban “Monstruo” en la que a veces se transporta en las carreteras de Chihuahua, a César Duarte Jáquez se le habrían planteado sólo dos preguntas. Después, es muy probable que habría seguido su rumbo y llegado al salón de la Comisión Permanente, donde estaba anunciado para exponer la experiencia de su estado en materia de Justicia y Transparencia. Sólo dos preguntas, Señor Gobernador:
–¿Compró usted acciones de la institución Unión Banco Progreso?
–¿De dónde saca un Gobernador dinero para comprar un Banco?
Y si ayer hubiera estado aquí, acaso ese grito que está lanzando Emilio Gamboa Patrón, el coordinador parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, no hubiera sido tan sonoro ni rebotado tanto: ¡Él es un hombre limpio!
¿Qué habría sucedido si César Duarte hubiera llegado al salón? ¿Qué ponencia habría leído como “experiencia local” de modelo de Justicia y Seguridad en Chihuahua? Ahí, entre Miguel Ángel Mancera Espinoza, Jefe de Gobierno capitalino; y los gobernadores, Miguel Márquez Márquez, de Guanajuato; Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, de Morelos y Rodrigo Medina Mora, de Nuevo León. Aquí, en el Senado donde por primera vez hay un frente común de partidos y es en su contra.