Ciudad de México, 15 de enero (SinEmbargo).–El gran tiburón blanco por más grande que sea tiene la categoría de vulnerable en todo el mundo. Esta especie de pez cartilaginoso que llega a medir entre 4 y 6 metros de largo enfrenta un declive en el número de su población por diferentes causas, entre las que destacan la caza por sus dientes y aletas.
Es por ello que se creó Ocearch, una organización sin fines de lucro que busca realizar una investigación sin precedentes sobre esta especie y otros "depredadores apex", que son las especies que están en la cima de la cadena alimenticia.
"Como depredadores, los tiburones blancos son los leones del océano. Ellos ayudan a mantener el balance en el ecosistema. El que desaparezcan los depredadores apex, resultaría una interrupción al balance delicado de la cadena alimenticia", explica Chris Fischer, Vicepresidente de la organización.
Ocearch permite a los investigadores de instituciones de todo el mundo etiquetar y controlar a través de una aplicación los movimientos de hasta ahora 80 grandes tiburones blancos y otros depredadores para recolectar tantos datos como sea posible sobre su naturaleza lo que ayudaría a su conservación.
Cada tiburón tiene un número de rastreador y una etiqueta acústica en la aleta dorsal que dura unos cinco años, cada que la aleta registra estar cerca de la superficie del mar envía señales a través de un satélite para ubicar al tiburón e identificarlo.
De manera interactiva en tiempo casi real y de forma gratuita, a través de los rastreadores o trackers se permite localizar a cualquier ejemplar que lleve este dispositivo y ofrecer datos sobre las migraciones a larga distancia, indicativos de comportamientos normales y hasta la recuperación y fuerza en sus desplazamientos.
El rastreador permite identificar a los ejemplares de tiburones blancos por género, etapa de vida y diferentes ubicaciones y diferencia entre los que se encuentran sumergidos o en la superficie.
Los datos científicos de sangre obtenidos de tiburones blancos también muestran que se estresan menos en comparación con otras especies de tiburones capturados utilizando otros métodos.
La investigación recaba datos sobre sangre, ultrasonido, biopsias musculares, parásitos bucales, medidas de cuerpos y comunicación entre ellos.
EL GRAN TIBURÓN, VULNERABLE
De acuerdo con el Fondo Mundial Para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), se conoce sobre la biología y comportamiento de estos animales a pesar de su fama y reputación.
Cada año se matan 100 millones de tiburones por pesca comercial, de acuerdo con un estudio de la Universidad Dalhousie en Canadá. Los autores del mismo estudio publicado en el diario científico Marine Policy, advirtieron que estas cifras de pesca exceden la habilidad de la especie para recuperarse debido a su lento proceso de madurez y reproducción sexual.
México está entre los tres países del continente americano que captura la mayor cantidad de tiburones blancos, a pesar de una veda recién implementada en 2014 por Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca). Brasil y Argentina le siguen en el continente e Indonesia, España y Japón también lideran.
En el país, la importancia económica se relaciona con el aprovechamiento de la carne y las aletas del animal, y su principal mercado es la Central de Abastos de Pescados y Mariscos del Distrito Federal, así como de otras ciudades como Guadalajara.
Para junio del 2014, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) reportó que según informes de los comerciantes de tiburones esperaban que los desembarques del Golfo de México excedieran un 80 por ciento de la cuota disponible de tiburones.
El seguimiento de otras especies como aves y tortugas podrá ser posible en un futuro a través de datos proporcionados por los investigadores de todo el mundo.
Ocearch también es una expedición que se dedica a viajar para etiquetar y rastrear a esta especie junto con más científicos alrededor del mundo.