El PRI frenó la Reforma Urbana y dio prioridad a las de Peña Nieto, acusa opositor

03/01/2015 - 12:00 am
Del total del parque vehicular en el DF, el transporte público representa el 5% y el automóvil particular el 80%. Foto: Cuartoscuro.
El PRI frenó la llamada Reforma Urbana que pretendía mejorar la calidad de vida en las ciudades. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 3 de enero (SinEmbargo).– Antes de terminar el 2014, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Senado frenó la llamada Reforma Urbana, una serie de modificaciones legales que pretenden mejorar la calidad de vida en las ciudades, por darle prioridad a las del Presidente Enrique Peña Nieto. Al final, denunció el Senador Francisco Búrquez a Sin Embargo, no salieron bien ni una ni las otras.

Las leyes sobre construcción ordenada en México llevan 20 años sin actualizarse, y las que se hicieron décadas atrás fueron tan malas que hoy millones de mexicanos sufren los desaciertos. Ante esto, un grupo de legisladores impulsó reformas a la Ley General de Asentamientos Humanos, en un esfuerzo por solucionar los problemas urbanos.

No obstante que este tema podría revertir las fallas estructurales con las que fueron construidas las ciudades en México y que se había elaborado un dictamen que contaba con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, de última hora el PRI decidió detener los trabajos.

“Dadas las prioridades que tiene el Ejecutivo federal, el Gobierno de la República, prefirieron invertir las prioridades decidieron que fueran las iniciativas del presidente Enrique Peña Nieto las que tuvieran la prioridad”, explicó el Senador Francisco Búrquez Valenzuela, del Partido Acción Nacional (PAN).

Las reformas que le interesaban al PRI en diciembre pasado son las mismas que el Presidente Peña anunció en un mensaje a la nación el 27 de noviembre: la ley contra la infiltración del crimen organizado, el mando único policial y más reformas en materia penal.

Tras un breve jaloneo de 15 días entre los líderes de los principales grupos parlamentarios, al final las reformas presidenciales no juntaron los consensos necesarios para salir adelante y fueron pospuestas hasta febrero del 2015.

La misma suerte corrieron los temas que ya estaban listos para su aprobación en el Pleno, como es el caso de la reforma política del Distrito Federal, la desindexación del salario mínimo y la reforma urbana.

“Pero desafortunadamente esas iniciativas [de seguridad de Peña] están equivocadas, son muy controvertidas, buscan acabar con el municipio y con su función de seguridad pública y van a tardar más tiempo. Entonces la reforma urbana se ha pospuesto”, detalló el Senador Francisco Búrquez.

Sorprende también que los priistas hayan decidido abandonar el proyecto, a pesar de que muchas de sus propuestas están incluidas en el dictamen final.

En la presente legislatura diversos senadores y senadoras han presentado iniciativas para la llamada reforma urbana, como la que suscribieron las legisladoras Angélica Araujo, Ana Lilia Herrera, Mely Romero y María Pineda.

A grandes rasgos, su propuesta consiste en impulsar, en coordinación con las autoridades estatales y municipales, la planeación y el ordenamiento del territorio nacional para su máximo aprovechamiento.

Plantearon que el desarrollo urbano cuente con criterios uniformes respecto de la planeación, control y crecimiento con calidad de las ciudades y zonas metropolitanas del país y su respectiva infraestructura de comunicaciones y de servicios, además de la planeación habitacional, el desarrollo de vivienda y el aprovechamiento de las ventajas productivas de las diversas regiones del país.

El también presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano y Ordenación Territorial precisó que la reforma urbana frenaría la marcha urbana caótica y desordenada, planear el crecimiento de las zonas metropolitanas, también permitiría evitar afectaciones por construcciones en áreas de riesgo ante desastres naturales.

Sin embargo, confió en que la “gran reforma de las ciudades” se presentará en el próximo periodo de sesiones, que iniciará a partir del primero de febrero de 2015.

PROBLEMAS DE URBANIZACIÓN DESORDENADA

En México, el 60 por ciento de la población vive en zonas metropolitanas donde confluyen diversos municipios y delegaciones que pocas veces se coordinan para atender de forma integral las necesidades de sus habitantes, como son vivienda, transporte de calidad, servicios y seguridad pública.

“Los principios con los cuales se construyen las ciudades fueron equivocados. La fórmula urbana ha separado la vivienda en una parte, el trabajo en otra parte, los servicios en otra parte, entonces la gente está pasando mucho tiempo en esos desplazamientos”, afirmó el presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano y Ordenación Territorial.

“Por ello la gente ahora está sufriendo el enorme desgaste de traslados muy largos y en alto costo de transportación”, precisó.

Respecto a los conflictos viales, las estadísticas demuestran que el modelo urbano actual privilegia la movilidad motorizada en lugar de la actividad física lo cual provoca el surgimiento de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y estrés.

Otra consecuencia de la dependencia del automóvil son las 20 mil 500 personas que pierden la vida cada año por la contaminación ambiental, asimismo, cada año se registran 24 mil muertes por accidentes viales, que pudieran ser evitados con mejores estrategias de movilidad que prioricen alternativas de transporte colectivo o no motorizado.

Asimismo las políticas urbanas que privilegian el uso de vehículos privados sobre transporte colectivo cada año se incrementa en 34 por ciento las emisiones de dióxido de carbono en América Latina, en detrimento del medio ambiente, según datos de la OCDE.

A esto se suma que más de la mitad de los mexicanos no cuenta con acceso a un terreno formal para construir su vivienda, lo cual genera aproximadamente 200 mil asentamientos irregulares al año.

Otras viviendas están ubicadas en zonas de alto riesgo por desastres naturales. En México existen por lo menos 20 ciudades en vulnerabilidad de sufrir desastres por fenómenos meteorológicos y naturales como los que han ocurrido en Acapulco, La Paz, Cancún o Tuxtla Gutiérrez.

“Otro problema que tienen nuestras ciudades es que la gente más pobre no tiene oferta de vivienda y dos terceras partes, o sea el 60 por ciento de los mexicanos que están en la economía informal, el doble que la oferta de vivienda social del Infonavit, o sea 600 mil viviendas se firman año con año en lugares irregulares, ilegales y en zonas de peligro”, detalló el Senador Francisco Búrquez.

CLAVES DE LA REFORMA URBANA

La importancia de esta “gran reforma de las ciudades” es que busca resolver problemas que hacen que las ciudades sean un caos en cuanto a calidad de vida, por ello se propone una reforma a diversas leyes para ofrecer una solución integral a los problemas de la población.

En síntesis el propósito es avanzar hacia un nuevo modelo para construir ciudades sustentables: con enfoque en ciudades compactas con barrios integrales y usos mixtos, movilidad no motorizada y transporte colectivo, una amplia interconexión de vialidades, diversidad y acceso a vivienda para todos, y espacios públicos de calidad.

Para ello se propone crear un plan nacional de ordenamiento territorial que vincule todas las acciones sobre el territorio en un solo plan estratégico de largo plazo.

Aumentar la coordinación entre órdenes de gobierno que obligue a todos los actores a trabajar sobre un mismo plan de desarrollo urbano de largo plazo, que integre en un solo instrumento la dimensión ambiental, urbana y territorial.

Poner fin a la discrecionalidad con sanciones severas a quien Incumpla los planes de desarrollo urbano, autorice desarrollos en zonas de riesgo, o permita o cause asentamientos irregulares.

Para cumplir con las metas, se plantea la necesidad de incrementar los presupuestos para el desarrollo urbano mediante herramientas financieras como polígonos de actuación, recuperación de plusvalías, combate a la especulación del suelo; y establecer una adecuada orientación de fondos federales a los planes de desarrollo urbano.

Todo esto con la participación de la sociedad, mediante la realización de consultas ciudadanas y la conformación de observatorios que integren a expertos y sociedad civil en la creación y supervisión de los planes de desarrollo urbano.

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