Ciudad de México, 3 de enero (SinEmbargo).– Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el defenestrado dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Distrito Federal por organizar una red de prostitución en sus oficinas, aún no puede cantar victoria sobre su exoneración. Su caso, en el 2015, continuará vivo cuando enfrente tres procesos de justicia diferentes. El Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) volverá a votar sobre si hubo desvío de dinero público, la Procuraduría General de Justicia capitalina continuará la averiguación previa por “trata de personas” y el PRI Nacional analizará si lo expulsa o no de sus filas.
Mientras, los partidos políticos subirán la cuesta rumbo a las elecciones del 7 de junio que implican la renovación de 16 jefaturas delegacionales. A la hora de los escenarios, los especialistas avizoran una derrota para el PRI-DF dado que la sombra de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre pesará omnipresente antes y durante el proceso.
En el plano judicial, el historial de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre es el de un hombre que no sabe lo que es perder. En 1999, fue acusado de despojo agravado de un predio en la delegación Iztapalapa ante al PGJDF. Cuatro años después –en 2003- se le imputaron los daños causados durante una gresca en contra del grupo de María de los Ángeles Moreno quien era la candidata fuerte para dirigir al partido. Tanto en 1999 como 2003 quedó absuelto y con sus derechos partidarios intactos.
Esta vez, aún no logra configurar su triunfo porque si bien, en agosto el IEDF votó a favor de su exoneración sobre desvío de recursos públicos, en diciembre el Tribunal Electoral (TEDF) le ordenó realizar de nuevo la votación dado que la resolución estaba incompleta.
EL CASO ESTÁ VIVO EN EL IEDF
En agosto del año que concluyó, De la Torre fue acusado ante el IEDF de utilizar recursos del partido para sostener a un grupo de trabajadoras en la nómina del partido. Según la revelación periodística del equipo de Noticias MVS, en realidad se trataba de una red de mujeres contratadas para otorgarle servicios sexuales. En una sesión que apenas tomó poco más de media hora, el Consejo General del instituto votó de manera abrumadora un proyecto cuya investigación concluyó que no había elementos de cargo suficientes.
Pero en diciembre, la Dirección de Comunicación del TEDF informó que la exoneración fue revocada con la consideración que el IEDF emitió una resolución incompleta. En el comunicado se lee: “El Consejo General del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) indebidamente emitió una resolución incompleta, en relación con la sentencia relativa al juicio electoral 32 del presente año, respecto al ciudadano Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre”.
La votación del IEDF estuvo bajo sospecha de ilegitimidad desde el principio. El proyecto de resolución fue conocido con días de anticipación no sólo por los consejeros; sino por los medios informativos. Este sitio digital comprobó que la filtración causó enojo en algunos de los miembros del IEDF porque estimaron que el voto había sido inducido y además, estaba plagado de “contrasentidos” como el punto en el que se indica que sí hubo irregularidades, “pero como eran muchas, no debían ser imputadas a un solo individuo”.
Aquella vez, con el voto de seis de sus siete integrantes, el hijo del legendario líder de los pepenadores del Valle de México, fue liberado de los señalamientos de desviar dinero público para el pago de mujeres. La consejera presidenta, Diana Talavera Flores, fue la única en votar en contra al considerar que la investigación realizada por la Unidad Técnica Especializada de Fiscalización (UTEF) no fue exhaustiva.
EL DIRIGENTE QUE ENTERRÓ AL PRI-DF
Si bien el PRI-DF estaba acostumbrado a las derrotas electorales, la crisis que le heredó Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre no encuentra precedentes. Al iniciar el nuevo año, este organismo político es casi un cadáver político que a pesar de los pesares, debe enfrentar los comicios del 7 de junio.
El propio presidente del PRI-DF, Mauricio López, reconoció que el organismo no podrá solo en 2015. El pasado 9 de julio, en conferencia de prensa, anunció la posibilidad de que el tricolor forme alianzas con otros partidos, incluido el PAN, para “arrebatarle al PRD el mayor número posible de delegaciones y diputaciones locales y federales”. El intento lo aterrizó en diciembre, cuando poco antes de las vacaciones navideñas, acordó unirse al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza y el PAN.
Hubo un tiempo en que el PRI fue dueño y señor del Distrito Federal porque las Regencias de la capital, nombradas desde la Presidencia de la República, estuvieron en sus manos. Pero en 1993, una Reforma Política dotó de autonomía a la capital de la República hasta que el 6 de julio de 1997 se eligió por primera vez al Jefe de Gobierno. En esa primera elección, el PRI perdió todo lo que podía perder: 40 distritos locales, 30 federales y la Jefatura de Gobierno. Luego, jamás ganó una sola elección.
De cara a las elecciones que ocurrirán dentro de un semestre, Gustavo López Montiel, director del Programa en Ciencia Política del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), piensa que es difícil que el PRI-DF gane esta vez; sobre todo porque el caso Gutiérrez de la Torre continuará vivo y como sombra. “Es un error no haberse deslindado desde el principio”, exclama. A su vez, Eduardo Huchim, quien perteneció como consejero al IEDF, opina que Gutiérrez de la Torre debe ser castigado en todas las instancias posibles si es que el PRI desea ponerse de pie de nuevo.
¿EL PRINCIPIO DEL FIN?
El 22 de junio pasado, Mauricio López Velázquez tomó posesión como dirigente del PRI-DF, apenas 24 horas después de dejar su cargo como coordinador de asesores del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Con la renovación del primer puesto del partido, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre no se fue del todo. Dos de las figuras más cercanas a él, se quedaron con puestos claves: Tonatiuh González es secretario general y Laura Elena Arellano Gilmore es dirigente del Movimiento Territorial.
Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre pertenece al PRI desde que tenía 14 años. Ingresó por la fuerza de la Confederación Nacional de Organización Populares (CNOP), pero se formó en el Movimiento Territorial; siempre al lado de Tonatiuh González.
El poderío de los Gutiérrez de la Torre se enraizó con tanta fuerza en el territorio de la capital del país que subsiste aunque su hombre principal esté envuelto en el escándalo. Guillermina de la Torre, madre de Cuauhtémoc, es lideresa en el relleno sanitario en Santa Catarina; su amigo, Luis Rojas lo es en el de San Juan de Aragón y uno de sus ahijados, Pablo Téllez Falcón, predominó en el de Bordo Poniente hasta 2011, cuando éste desapareció por órdenes del entonces Jefe del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard Casaubón.
Los rellenos sanitarios surgieron debido a las advertencias de la Dirección de Limpia de la Regencia capitalina. Un par de estudios de 1984 de ese órgano de gobierno advirtió sobre la alta probabilidad de un baño de sangre si no se concluía con los cacicazgos en los basureros, pero sobre todo, si no se minaba a la familia Gutiérrez de la Torre. En 1994, el entonces Departamento del Distrito Federal logró instalar tres plantas procesadoras que sustituyeron a los basureros, pero con el fantasma caciquil no pudo. Y en el negocio de la pepena, algo se volvió una escena común: estar rodeado de mujeres.
El investigador Jorge Sánchez Gómez quien fue Director de Limpia durante la Regencia de Ramón Aguirre Velázquez (1982-1988) y a la postre, se convirtió en observador del negocio de la basura en el Valle de México, expresa que la red de prostitución al servicio de Gutiérrez de la Torre encuentra “una perversa explicación” en la historia de vida del ex dirigente priista.
Cuando Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre nació, en 1968, Santa Cruz Mayehualco, Santa Fe y el Cerro de la Estrella eran territorios de su padre, Rafael Gutiérrez Moreno. “Cuauhtémoc siempre lo vio poderoso. Y ese poder estuvo muy ligado a la presencia de mujeres”.