Los resultados del estudio demuestran que la nueva variante del coronavirus “compromete esencialmente la capacidad de la vacuna para proteger contra la infección”, pero podría ayudar a evitar el transcurso grave de la COVID-19.
Ciudad de México, 12 de diciembre (RT).- La pauta completa de la vacuna de Pfizer protege de la posibilidad de contraer COVID–19 sólo al 22.5 por ciento en el caso de la variante Ómicron, determinó un equipo de científicos liderado por el Instituto de Investigación de Salud de África (AHRI) en Durban, Sudáfrica.
Al descubrir que la nueva cepa evade en gran medida la protección de los anticuerpos inducida por la vacuna de Pfizer y “compromete esencialmente la capacidad de la vacuna para proteger contra la infección”, los investigadores pudieron concluir que, en todo caso, la vacunación podría ayudar a evitar el transcurso grave de la COVID-19, ya que el nivel de neutralización de Ómicron se estimó en alrededor del 5.7 por ciento.
“Los niveles de neutralización mucho más bajos son suficientes para la protección contra la enfermedad grave, aunque esta estimación es difícil de validar”, escribieron en el estudio. El nivel actual de neutralización de Ómicron “está por encima de este nivel mínimo y, por lo tanto, sería más o menos suficiente para la protección contra la enfermedad grave”, agregaron.
En el marco de la investigación, los científicos analizaron 14 muestras de plasma de 12 personas, la mitad de las cuales no había padecido COVID-19 ni tenía anticuerpos que pudieran indicar una infección previa. La prueba de neutralización consistió en agregar a las muestras el virus vivo, ya fuera Ómicron o la variante original del SARS-CoV-2.
Otra conclusión del experimento fue que la situación resultó ser mucho mejor en el caso de los vacunados que ya habían pasado por coronavirus. Cinco de los seis participantes del estudio que habían contraído COVID-19 y estaban vacunados con el producto de Pfizer mostraron unos niveles de neutralización lo suficientemente altos como para protegerlos tanto de la infección por Ómicron como de una enfermedad grave. En ese sentido, los científicos apuntaron a una posible necesidad de una tercera dosis de refuerzo después de la vacunación inicial.
“Mientras la eficacia de la vacuna contra Ómicron aún está por determinar, estos datos respaldan la idea de que la alta capacidad de neutralización inducida por una combinación de la infección y vacunación, y posiblemente una dosis de refuerzo, podría mantener una eficacia razonable contra esta variante”, concluyeron los autores del estudio.
“Si la capacidad de neutralización es menor o disminuye con el tiempo, es probable que la protección contra la infección sea baja. Sin embargo, es posible que se mantenga la protección contra la enfermedad grave, que requiere de niveles de neutralización más bajos e implica la inmunidad de las células T”, agregaron.
El autor principal del estudio, Alex Sigal, del Instituto de Investigación de Salud de África, confesó que sus resultados para Ómicron son mejores de lo que esperaba. “El virus ha cambiado tanto que se temía que utiliza un receptor diferente, no el ACE2. Si este fuera el caso, muchas de nuestras herramientas farmacológicas para controlar este virus serían inútiles. Pero este no es el caso”, indicó, al resumir que “Ómicron es un problema manejable con las herramientas que ya tenemos”.