Tal y como afirma el intérprete, esta decisión fue un "cambio definitivo que definiría la siguiente década" en cuanto a sus películas. Sin dejar las grandes producciones, Pitt ha trabajado desde entonces en títulos que podrían considerarse de mayor profundidad argumental.
Madrid, 12 de diciembre (Europa Press).- Brad Pitt es uno de los actores de mayor éxito y reconocimiento del cine actual. Sus últimos trabajos han cosechado la admiración del público de forma cuasi-unánime, llegando a compararse su reciente interpretación en Once Upon a Time... in Hollywood junto a Leonardo DiCaprio con el tándem que formaban actores clásicos como Paul Newman y Robert Redford.
Sin embargo, no siempre fue así. El actor ha confesado que en la actualidad es especialmente selectivo a la hora de elegir los papeles que acepta, un cambio en su carrera que, según Pitt, se produjo después de participar en Troya.
"Tuve que hacer Troya porque, supongo que ya puedo contarlo, dejé otra película y tenía que hacer algo para ese estudio". Ha comenzado explicando Pitt en una entrevista a The New York Times.
"Así que me metieron en Troya. No fue doloroso, pero me di cuenta de que el modo en que se estaba narrando la película no era el modo que yo hubiera preferido", ha apuntado el intérprete. "Yo también cometí mis propios errores en ella. ¿Qué trato de decir sobre Troya? Que no dejaba de estar en medio en todos los fotogramas. Eso me estaba volviendo loco", ha afirmado el actor.
Pitt ha explicado que, aunque respeta el trabajo de Wolfgang Petersen, director del filme, cree que convirtió el épico poema de Homero en algo demasiado comercial: "Cada plano era como: "¡Ahí está el héroe! No tenía ningún misterio. Así que en ese momento decidí que sólo me implicaría en historias de calidad, a costa de contratos mejores".
Tal y como afirma el intérprete, esta decisión fue un "cambio definitivo que definiría la siguiente década" en cuanto a sus películas. Sin dejar las grandes producciones, Pitt ha trabajado desde entonces en títulos que podrían considerarse de mayor profundidad argumental.
Entre su reciente filmografía se encuentran títulos más arriesgados como 12 años de esclavo, El árbol de la vida, La gran apuesta o, su última película, Ad Astra. Además se ha convertido en actor fetiche para directores como Quentin Tarantino gracias a sus apariciones en Bastardos sin gloria y Once Upon a Time... in Hollywood.