El jefe del Gobierno italiano aseguró que la rebaja del gasto se hace sin traicionar las promesas electorales clave, como la Cuota 100 (reforma de pensiones) y la Renta de ciudadanía (subsidio al desempleo).
Roma, 12 de diciembre, (EFE).- Italia propuso hoy bajar su objetivo de déficit para 2019 del 2.4 por ciento del PIB al 2.04 por ciento, en la reunión que mantuvo el Primer Ministro italiano, Giuseppe Conte, con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en Bruselas.
"Hemos podido bajar el déficit hasta el 2.04 por ciento", dijo Conte a los medios italianos después de reunirse con Juncker, acerca de la negociación que se ha mantenido con Bruselas sobre los presupuestos italianos.
El jefe del Gobierno italiano aseguró que la rebaja del gasto se hace sin traicionar las promesas electorales clave, como la Cuota 100 (reforma de pensiones) y la Renta de ciudadanía (subsidio al desempleo).
Conte avanzó que la Comisión Europea ha valorado durante algunas horas su propuesta y que, en base a un primer estudio, la ha considerado "significativa y muy importante".
"Somos un Gobierno que respeta la confianza de los italianos y razonable", señaló el jefe del Ejecutivo formado por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas y la ultraderechista Liga.
Conte prefirió no prever la conclusión que emitirá la Comisión sobre esta nueva propuesta, pero expresó su confianza en una "solución positiva".
El primer ministro tampoco entró a valorar el aumento del déficit público que implicarán las medidas anunciadas por el Presidente francés, Emmanuel Macron, para frenar las protestas de los "chalecos amarillos".
Sus vicepresidentes, Luigi Di Maio, líder del Cinco Estrellas, y Matteo Salvini, jefe de la Liga, han defendido en las últimas horas que las normas fiscales europeas deben ser aplicadas a todos los países del mismo modo, también a Francia.
La anterior propuesta presupuestaria de Italia implicaba un aumento del déficit hasta el 2.4 por ciento en 2019 para llevar a cabo una serie de reformas e inversiones, mientras que en 2020 sería del 2.1 por ciento y en 2021 del 1.8 por ciento.
Esta tendencia, en un país que tiene una deuda del 131 por ciento del PIB, fue rechazada el pasado 23 de octubre por la Comisión Europea, en una decisión sin precedentes en la historia comunitaria y que, en caso de no hallarse un acuerdo, podría derivar en sanciones.