Analistas en seguridad han dado sus diversas miradas en análisis contrapuestos con respecto a la masacre ocurrida en Querétaro. El periodista Ricardo Ravelo explica la masacre como parte de una disputa territorial y económica entre los cárteles de la droga; en tanto que el analista Víctor Ronquillo planteó en su hipótesis un trasfondo político..
Ciudad de México, 12 de noviembre (SinEmbargo).- La masacre en el bar “Los Cantaritos” de Querétaro podría no ser un hecho aislado sino parte de una tendencia creciente de violencia que afecta a la región y específicamente al corredor Querétaro-Guanajuato-Jalisco.
El periodista especializado en seguridad y crimen organizado, Ricardo Ravelo explicó que los hechos de alto impacto en Querétaro son un reflejo de la disputa territorial entre el Cártel de Jalisco Nueva Generación y otros grupos delictivos como el Cártel de Santa Rosa de Lima en este corredor, donde se lucha por controlar actividades lucrativas como la venta de drogas, el cobro de piso, el huachicol y el lavado de dinero.
En entrevista, el periodista especializado consideró que la violencia podría intensificarse en Querétaro debido a una posible cadena de venganzas que se registren, ya que, los hechos ocurridos dan cuenta precisamente de una pugna entre grupos antagónicos de la delincuencia organizada.
“No es un hecho aislado, yo creo que es el inicio de una guerra, porque quienes murieron en ese baño de sangre, en ese baño de balazos, pues sí pertenecen a grupos rivales al Cártel de Jalisco (Nueva Generación), van a cobrar venganza. De alguna manera, yo creo que se espera alguna reacción del grupo rival. Yo creo que aquí hay que poner mucha atención porque, posiblemente, se caliente mucho el estado de Querétaro”, señaló en entrevista con SinEmbargo.
Víctor Ronquillo, especialista en seguridad, coincidió en ello “obviamente esto tiene distintas causas, pero creo que lo que veremos en el futuro serán otros eventos lamentables; ocurrirán en Querétaro, Guanajuato, volverán a ocurrir en Sinaloa, en la frontera de Chiapas sin duda”.
No obstante, Ronquillo al realizar un análisis de lo ocurrido en Querétaro consideró una “coincidencia sospechosa” la escalada de violencia y la narrativa política del PAN, partido que ha insistido en catalogar estos eventos como “narcoterrorismo” para justificar una posible intervención de agencias de seguridad de Estados Unidos en México.
En ese sentido el especialista, señaló que los ataques también pueden ser utilizados con intereses políticos: “De alguna manera esa violencia conviene a quienes en estos momentos están intentando establecer una línea preocupante y considerar a estos eventos ligados a la violencia como hechos de narcoterrorismo”.
Los dos analistas resaltan que esta masacre es un golpe para la seguridad no solo en el estado, sino también en la región. Ricardo Ravelo dijo que la masacre evidencia la impunidad con la que operan los cárteles en México, sin embargo, consideró que la estrategia contra el crimen organizado se endurecerá aún más, sobre todo ante la presión que podría aumentar desde Estados Unidos cuando Donald Trump retome la presidencia.
“Uno de los objetivos de Trump cuando fue presidente de Estados Unidos era que se declararan a los cárteles mexicanos como grupos terroristas, para poder intervenir en su combate. Entonces, todo esto va a ejercer muchísima presión sobre México, y México tendrá que hacer su parte en el combate al crimen. Yo creo que eso de ‘abrazos, no balazos’ ya forma parte del pasado, porque lo que estamos viendo ya son acciones más directas más concretas de las fuerzas armadas”, detalló.
Ronquillo destacó que una de las tareas urgentes que tiene que desarrollar el Estado mexicano es precisamente una labor de inteligencia para desmantelar las causas posibles de estas acciones. Precisamente la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha señalado la pertinencia de fortalecer las labores de inteligencia y seguridad de la Secretaría de Seguridad que encabeza Omar García Harfuch.
La Presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que, de acuerdo con las primeras investigaciones, el ataque ocurrido contra los comensales tenía como objetivo asesinar a una persona, Fernando González Núñez, alias La Flaca, señalado en la prensa como presunto integrante del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), dedicado principalmente al robo de hidrocarburos.
EL CORREDOR EN DISPUTA
El Cártel Jalisco y el Cártel de Santa Rosa de Lima mantienen una disputa por el control del territorio en Querétaro y precisamente éste había sido el motivo del ataque a “La Flaca”, quien ya contaba con antecedentes penales, pues había sido detenido en al menos dos ocasiones en los meses de marzo y agosto del presente año por portación de armas de fuego.
El periodista Ricardo Ravelo describió que lo ocurrido es parte de un patrón de violencia descontrolada en el corredor que abarca Querétaro, Guanajuato y Jalisco, extendiéndose hacia otros estados como Sinaloa y Baja California. Además, destacó que la impunidad con la que operan estos grupos criminales ha convertido a la región en un campo de batalla entre los cárteles de la droga.
“Es un corredor que está disputado por distintos grupos criminales, uno de ellos de los más fuertes y poderosos es el Cartel de Jalisco, está en Guanajuato el cártel Santa rosa de Lima que también tiene una disputa territorial ahí muy fuerte. El Cartel Jalisco por el tema del el cobro de piso, el robo de combustibles y obviamente hacia occidente pues también hay otra gran disputa entre la gente de los ‘Chapitos’, del Cartel de Sinaloa, y todo este todo ese territorio pues ha sido ha sido muy muy sacudido por la violencia; hay que incluir también en este radio, hacia la zona del Pacífico, que es este creo que es Michoacán y Guerrero”, detalló.
El analista también expuso que Querétaro ha sido tradicionalmente un lugar de refugio para cabecillas del crimen organizado, como los Beltrán Leyva y “El Azul”, y por lo mismo aún es un centro de operaciones para distintas actividades ilícitas, entre ellas el lavado de dinero, el cobro de piso y el robo de combustibles. Este territorio es disputado principalmente entre el CJNG, el Cártel Santa Rosa de Lima en Guanajuato, y el Cártel de Sinaloa, particularmente el grupo de “Los Chapitos” en zonas más occidentales como Michoacán y Guerrero.
“No es una sola causa por la que hay choques entre cárteles, sino que es todo un botín lo que están disputando. Y hacia Zacatecas, hacia Guerrero, pues también está el control de las minas. De tal manera que, bueno, hay un mercado: drogas, extorsiones, pero también hay un mercado que se están disputando, que es el control de los recursos”, expuso.