Saúl Alvídrez uno de los fundadores del movimiento #YoySoy132 habló con SinEmbargo sobre su ambicioso proyecto: un documental sobre el lingüista y filósofo estadounidense Noam Chomsky y el expresidente de Uruguay, José Mujica, del cual ha publicado un libro.
Ciudad de México, 12 de noviembre (SinEmbargo).– “Podría decir que el génesis de este proyecto es precisamente el movimiento Yo soy 132 del 2012, el cual, mi participación por lo menos, se inspiró en un tercer personaje que se llama Julian Assange y tras ese proceso, corto pero intenso, en el cual a mí me tocó vivir una suerte de calumnias y de mentiras orquestadas desde CISEN, el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional, y con un apoyo mediático incontenible, yo me fui del país, la situación fue compleja para mí y tuve un recorrido de bastantes años en Sudamérica, estuve por Bolivia, Colombia, Argentina, Uruguay, Ecuador, en fin, y durante ese proceso me puse a estudiar muchísimo”.
Así narró Saúl Alvídrez el germen de Chomsky & Mujica, Sobreviviendo al siglo XXI (Debate), un proyecto que nació como un documental que ha ido elaborando a contramarea y del cual se desprende un libro que recoge las conversaciones que sostuvo con dos de los más grandes pensadores del continente: el lingüista y filósofo estadounidense Noam Chomsky y el expresidente de Uruguay, José Mujica.
“Son dos personajes que llamaron poderosamente mi atención, no sólo por sus biografías, podríamos decir casi legendarias, sino porque destacan dentro de las personalidades de la izquierda internacional, por mencionar elementos que yo nunca había visto, que si bien, no son nuevos, es decir, se remontan sobre todo a las lógicas de la izquierda libertaria”, comentó.
Saúl Alvídrez expuso que ambos son personajes que vienen de mundos muy distintos, y aunque comparten muchísimas ideas, una de las características que ambos tienen, aunque la tienen con estilos diferentes, es que ambos son comunicadores excepcionales.
“Noam Chomsky no sólo tiene décadas siendo profesor, un profesor muy destacado, Pepe Mujica, digo yo que nunca he visto una capacidad en un político a ese nivel como la que tiene él, yo le digo, que es un filósofo poeta de pueblo, porque tienen la capacidad de decir lo más complejo y lo más profundo de la manera más sencilla y más hermosa. Entonces esa capacidad, que si bien lo hacen de una manera muy distinta ambos, a la hora de conversar se vuelve una conversación muy rica, porque, primero, ellos dos son personajes que desde su haber tienen muy clara su propia cosmovisión y tienen una gran facilidad para transmitirlo. Entonces, sumando eso, la coincidencia de sus ideas, y a la diferencia de sus experiencias, el choque de estos dos personajes fue riquísimo”.
—No es sencillo estar en medio de ambos, tratando de mediar, de modelar, la situación. ¿Cómo fue esa experiencia? —se le preguntó.
—Compleja, sobre todo porque cuando logramos llevar a Noam Chomsky, y a su esposa, a pasar un fin de semana a casa de Pepe, en 2017, yo tenía ya todo un proceso armado para poder hacer la traducción simultánea, porque Pepe no habla inglés y Noam no habla español, sin embargo, ya sabes uno chicharitos aquí en la oreja y una serie de sistemas, el caso es que eso no funcionó y a los 20 minutos les dije ‘paren todo vamos a cortar esto y me voy a poner yo a traducir’. Entonces, ya no sólo yo estaba dirigiendo sino que aparte estaba traduciendo, lo cual se volvió complejo, pero muy complementario.
En ese sentido, recordó que era la primera vez que dirigía un proyecto cinematográfico y la primera vez que participaba en uno. “Lo positivo es que conozco muy bien los temas porque estudié mucha profundidad tanto a Noam Chomsky así como a Pepe Mujica y el objetivo lo tenía muy claro, que era un tanto personal, si bien ellos tienen sus ideas, ellos tienen sus objetivos, yo sabía que este proyecto se estaba haciendo para los jóvenes por una circunstancia inminente, colapso civilizatoria, y en ese sentido, es lo que me me permitió mantenerme firme y sobre todo por la responsabilidad de que ya habiendolos unido esto tenía que salir bien”.
Saúl Alvídrez comentó que el proceso de este documental lleva ya casi ocho años y el libro es un derivado que ni siquiera había calculado al principio. “Ha sido muy complicado sacar el proyecto adelante. Yo todos los años estoy prometiendo que el próximo año sale y al final todos los años también estoy disculpando porque no lo cumplí el año anterior, y la realidad es que lo prometo porque siempre estoy buscando opciones y hablando con gente, hablado con muchísima gente del mundo cinematográfico aquí en México y fuera, buscando apoyos, ha sido muy complicado, pero creo que el documental sale ya a finales del próximo año, más o menos por estas fechas, pero sí es una gran responsabilidad más que nada, una gran responsabilidad”
Cuestionado sobre qué situaciones han dificultado que este proyecto independiente salga a la luz, señaló que la pandemia le tiró muchísimas oportunidades, que ya estaban cerrada, y aunque durante este proceso hizo una colecta de donativos online, pero justo después de todo eso vino la pandemia, se dio cuenta que lo que había reunió era muy poco para terminar el proyecto.
“He seguido intentando agregarle valor, como, por ejemplo, más adelante después de eso invité a Roger Waters, porque le dije ‘oye, estoy tan desesperado porque no puedo sacar este proyecto adelante ayudame, échame la mano, ayúdame poniendo música tuyo y sé tú también el narrador’, y aún así, hoy todavía ha sido complicado sacarlo adelante, sin embargo, hace apenas unas semanas ganamos una convocatoria, que ahorita estamos ya en el proceso final para que nos declaren ganadores, en teoría, porque es un proceso, unos papeleos, y en teoría habríamos logrado, por fin, ganar un concurso que me permitirá adquirir los recursos para terminarlo. Pero te diría esto: el 95 por ciento del trabajo que he hecho, tanto con el libro, pero para recopilar la información, como con el documental en general, ha sido buscar apoyo, ha sido buscar dinero, es decir, es es un problema, es muy difícil”, lamentó.