La decisión de la jueza de la Corte Superior Brenda Penny culminó una odisea de cinco meses en la que Spears exigió públicamente el final de la tutela, contrató a su propio abogado, hizo que removieran a su padre del control que le restaba y finalmente obtuvo libertad para tomar sus propias decisiones médicas, financieras y personales por primera vez desde 2008.
Por Andrew Dalton
LOS ÁNGELES, 12 de noviembre (AP).— Britney es libre. Una jueza de Los Angeles terminó el viernes la tutela que ha controlado la vida y el dinero de Britney Spears por casi 14 años.
La decisión de la jueza de la Corte Superior Brenda Penny culminó una odisea de cinco meses en la que Spears exigió públicamente el final de la tutela, contrató a su propio abogado, hizo que removieran a su padre del control que le restaba y finalmente obtuvo libertad para tomar sus propias decisiones médicas, financieras y personales por primera vez desde 2008.
Se esperaba que la Jueza de la Corte Superior Brenda Penny tomara esta decisión y quedaba poco apoyo para el acuerdo legal existente. Pero Penny no dio señales claras sobre cuál sería su decisión. Incluso a principios de este año parecía que la tutela podría durar por años. Después los cambios se dieron con una velocidad sorprendente.
Una de las claves para el cambio de dirección fue un discurso que Spears dio durante una audiencia en junio en el que describió apasionadamente las restricciones y el escrutinio sobre su vida como medidas “abusivas”. Spears pidió que la tutela terminara sin una evaluación intrusiva de su estado mental.
Expertos legales dijeron en ese momento que era poco probable que ocurriera esto pues sería una práctica legal alejada de la norma.
Pero un juez permitió que contratara a un abogado de su elección, Mathew Rosengart, en una audiencia en julio en la que nuevamente se quejó del dolor que la tutela le había causado y exigió que terminara.
Rosengart tuvo como primera meta hacer que James Spears fuera removido de su papel como tutor de las finanzas de Britney Spears antes de trabajar para terminar la tutela por completo. La jueza suspendió a James Spears como tutor en una audiencia de septiembre, argumentando el “ambiente tóxico” que su presencia había creado.
Pero podrá haber batallas legales futuras.
Rosengart se ha comprometido a llevar a cabo una investigación detallada sobre el papel de James Spears en la tutela. Dijo que él y su equipo han encontrado malos manejos en las finanzas de Britney Spears, dando a entender que podrían emprender más acciones legales. Los documentos de la corte valúan la fortuna de Britney Spears en unos 60 millones de dólares.
El abogado también ha dicho que las autoridades deben investigar las revelaciones de un documental del diario New York Times sobre un dispositivo colocado para escuchar dentro de la habitación de Britney Spears.
Los abogados de James Spears dijeron que las acusaciones de Rosengart iban de infundadas a imposibles, y que el padre sólo actuó en beneficio de su hija.
La lucha posterior a la curaduría ya ha comenzado de alguna manera. James Spears se separó de los abogados que lo ayudaron a operar la tutela y contrató a Alex Weingarten, un abogado que se especializa en el tipo de litigio que se avecina.
En documentos judiciales presentados la semana pasada, los exgerentes comerciales de Britney Spears, Tri Star Sports y Entertainment Group, rechazaron las demandas de Rosengart de documentos sobre su participación en la tutela de 2008 a 2018. El grupo también negó cualquier papel o conocimiento en la vigilancia ejercida sobre la cantante.
Jodi Montgomery, la tutora designada por la corte que supervisaba los asuntos personales y las decisiones médicas de la cantante, desarrolló un plan de atención con sus terapeutas y médicos para guiarla a través del fin de la tutela y sus consecuencias.
Britney Spears era una madre de dos niños pequeños de 26 años en la cima de su carrera cuando su padre estableció la tutela, primero de forma temporal, en febrero de 2008 tras una serie de crisis mentales que se hicieron públicas.
La tutela termina a unas semanas de su cumpleaños 40, cuando sus hijos son adolescentes y su carrera está en una pausa indefinida, además de que está comprometida para casarse por segunda ocasión.
Un punto decisivo llegó en 2019 cuando canceló una residencia de conciertos en Las Vegas.
Convencidos de que fue ingresada en un hospital psiquiátrico contra su voluntad, los fans comenzaron exigir que la corte liberara a Britney con el hashtag #FreeBritney. Al principio fueron desestimados como conspiracionistas, pero la misma cantante los validó en 2020 en una serie de documentos presentados ante la corte en la que dijo que estaban en lo correcto al exigir una mayor transparencia y escrutinio a su situación legal.
Esos documentos resultaron ser la primera indicación de Spears, que había permanecido callada sobre la tutela por años, buscaría cambios mayores.