Los expertos del centro de investigación ruso Véktor, que desarrolló la vacuna anticovid EpiVacCorona, ya han solicitado una patente para desarrollar un remedio basado en este hongo.
Ciudad de México, 12 de noviembre (RT).- Los expertos del Centro Científico de Virología y Biotecnología Véktor, donde se creó una de las vacunas rusas contra la COVID-19, están desarrollando un medicamento antivírico sobre la base del extracto acuoso del hongo chaga (Inonotus obliquus), que aseguran es capaz de suprimir la multiplicación de partículas del SARS-CoV-2.
Según informó este martes la revista académica rusa Nauka iz pérvyj ruk (Ciencia de primera mano), los investigadores de Véktor determinaron que el extracto de chaga, también conocido como nariz de carbón, suprime la reproducción del patógeno en los cultivos celulares y, dado que no es tóxico, sostienen que podría ser utilizado para crear fármacos efectivos contra el coronavirus.
Aunque su estudio aún no fue revisado por pares, los expertos ya han solicitado una patente para un medicamento antivírico denominado "Inhibidor de la replicación del coronavirus SARS-CoV-2 basado en un extracto acuoso del hongo 'Inonotus obliquus'". En la solicitud de patente, los investigadores citaron varios métodos para preparar extractos acuosos a partir del hongo, uno de los cuales puede ser realizado en casa.
La efectividad del extracto fue probada por una de las autores principales del estudio, la reconocida profesora Tamara Tepliakova, así como por sus familiares y colegas cuando enfermaron de COVID-19. Todos ellos afirmaron haber superado los síntomas de la infección tras cinco a siete días de tratamiento con chaga. Sin embargo, paralelamente estuvieron recibiendo un tratamiento sintomático (en algunos casos, con antipiréticos), por lo que en este caso no está claro qué fue lo que ayudó exactamente a mitigar los síntomas.
PROPIEDADES MEDICINALES DEL CHAGA
Chaga es el nombre común de Inonotus obliquus, un hongo parásito que aparece con mayor frecuencia en las áreas dañadas de la corteza del abedul blanco. Sin embargo, también puede encontrarse en otros árboles como el aliso, el fresno de montaña o el arce.
Si bien no es comestible, las propiedades medicinales de este hongo se conocen desde finales del primer milenio de nuestra era. En la antigua Rusia, el té de chaga se utilizaba para la prevención y el tratamiento de enfermedades gastrointestinales, hepáticas y cardíacas, así como contra la tuberculosis y diferentes tumores.
Previamente, los especialistas de Véktor ya habían probado la efectividad del extracto del chaga contra el VIH de tipo 1, el herpes de tipo 2, el virus del Nilo Occidental y el virus de la viruela. Su investigación demostró que el extracto acuoso de chaga suprime todos los virus estudiados, incluido el VIH. Sin embargo, todavía no se ha desarrollado ningún medicamento para estos virus basados en este hongo.