Pemex enfrenta el empeoramiento de las condiciones para la industria petrolera a nivel mundial: caída de los precios y sus vulnerabilidades financieras.
“Se proyecta que la economía se contraiga en un 10 por ciento en 2020, con una recuperación gradual en 2021 y 2022, y puede llevar más de tres años alcanzar el nivel de PIB prepandémico”, aseguró el Banco Mundial en el reporte.
Ciudad de México, 12 de octubre (SinEmbargo).- Petróleos Mexicanos (Pemex) es uno de los mayores riesgos para la economía mexicana post-pandemia, debido a que sus finanzas no han logrado estabilizarse, por el contrario, podrían requerir más apoyo del Gobierno para cubrir sus obligaciones fiscales y presupuestarias. El Banco Mundial leyó que la empresa productiva del Estado pertenece al sector que requiere certidumbre para la inversión privada.
“La situación financiera de Pemex puede requerir un mayor alivio de sus obligaciones tributarias y de transferencia al presupuesto“, aseguró la institución financiera en su más reciente reporte de análisis económico de la región latinoamericana.
La velocidad de la recuperación económica de México también depende de la eliminación de la falta de certidumbre política; también de el ensanchamiento de la brecha negativa de la producción. El contexto de este movimiento económico contempla que entre 2021 y 2022 se vivirá un periodo desafiante para el área fiscal; además, los amortiguadores fiscales del país ya están erosionados y el gasto observa cada vez más presiones por lo que se requerirá más espacio fiscal, que puede provenir de una “necesaria” reforma en esta materia.
La publicación del Banco Mundial, “El costo de Mantenerse Sanos” destacó las afectaciones que la pandemia de la COVID-19 dejó en América Latina y el Caribe, una región que ya acumulaba años de crecimiento económico decepcionante, de progreso social limitado y en medio de una ola de descontento social.
En México, la pandemia de la COVID-19 ya cobra un “alto precio” con la contracción del 18.6 por ciento interanual durante el segundo trimestre de 2020. A esto se suman los “aumentos significativos” en la pobreza y el desempleo.
“Al inicio de la crisis, hubo un fuerte aumento de la aversión al riesgo que desencadenó la salida de capitales de México. El Banco Central mantuvo su régimen de tipo de cambio flexible y habilitó un programa de canje con la Reserva Federal de Estados Unidos por alrededor de 60 mil millones de dólares”, recordó el Banco Mundial.
La institución financiera enlistó los aspectos que componen el panorama actual del país: una tasa de interés diaria de 4.25 por ciento; un déficit de la cuenta corriente reducido “significativamente” en la primera mitad de 2020 con menores exportaciones mitigadas por una compresión de las importaciones aún más aguda; la fuerte llegada de las remesas.
Sobre las acciones de Gobierno frente a la pandemia, la respuesta de la política fiscal “ha sido muy limitada pero focalizada en transferencias sociales y créditos a MIPYMES y trabajadores”. Además la hacienda pública logró mantener los niveles de recaudación durante el primer semestre de 2020, además de la liquidación de pasivos anteriores y “mayores esfuerzos de la administración tributaria”.
El panorama de Pemex es el del empeoramiento de las condiciones para la industria petrolera a nivel mundial: la caída de los precios del petróleo, a las que se suman las propias vulnerabilidades financieras de la petrolera estatal. Ante esto, la empresa productiva enfrentó el recorte de su nota crediticia por las principales agencias calificadores, aunque mantuvo su grado de inversión.
“Se proyecta que la economía se contraiga en un 10 por ciento en 2020, con una recuperación gradual en 2021 y 2022, y puede llevar más de tres años alcanzar el nivel de PIB prepandémico”, aseguró el Banco Mundial en el reporte.
Las presiones inflacionarias se mantendrán moderadas debido a a brecha de producción negativa. También estimó que el déficit en cuenta corriente se reduzca entre 2020 y 2021 por la disminución de las exportaciones y el comportamiento prolongado del sector como ha ocurrido.
El Banco Mundial previó también que la inversión extranjera directa se desacelere “significativamente”, sin embargo, la ratificación del T-MEC “debería aliviar algunas incertidumbres que la limitaron”.
Esperó que el país mantenga una postura fiscal estricta pese a un deterioro observado de la recaudación de ingresos, pues para 2021 las autoridades planean volver a un saldo primario cero mediante la contención y la nueva priorización de los gastos.
Sobre la deuda pública la estimación de la institución es que tenga un gran aumento único en 2020 frente al Producto Interno Bruto, debido al desplome de este, además del impacto de la depreciación del tipo de cambio y un mayor déficit. Después de este año previó que se estabilice.