Es un año importante para el estadounidense Al Pacino, considerado uno de los actores más sobresalientes de su generación y cuya influencia ha llegado hasta nuestros días con la fuerza de una verdad irrefutable.
Al menos no se avista en el horizonte de los críticos algún trasnochado que ataque con fervor la idea de que se trata de un gran intérprete, lleno de matices y dueño de un amor irreductible por el oficio de la actuación.
Lejos quedaron las ampulosidades, la exageración, aunque las ampulosidades y la exageración lo llevaron a ganar su único Oscar.
Fue por la película Perfume de mujer, un remake que no estuvo jamás a la altura del original y que mostró un Pacino desbordado, muy lejos de la genialidad del italiano Vittorio Gassman, el mero mero en este filme de Dino Risi, estrenado en 1974.
Pero el perfume ha pasado y quedaron los 74 años de una estrella de Hollywood sin parangón.
Pacino es Pacino y eso es mucho decir. Conserva la pasión por su profesión y tiene mucho que dar al cine. Estas son nuestras 10 razones para admirarlo profundamente y cada uno tendrá sus 10.
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POR MANGLEHORN
Se trata del filme que presentó recientemente en el Festival de Toronto y en el que encarna a un cerrajero de pueblo. “Es un alivio hacer de gente común, nos ayuda a ver cómo son las cosas en el mundo real”, dijo el protagonista de El Padrino.
Manglehorn está dirigida por David Gordon Green y cuenta la historia de un hombre mayor que no ha podido olvidar a su amor de juventud, a la que le escribe cartas a diario, ignorando al resto del mundo, entre ellos a la modesta empleada de banco que lo mira con ojitos cariñosos, un papel entrañable a cargo de la siempre eficaz Holly Hunter.
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POR THE HUMBLING
La tercera edad no es obstáculo para el trabajo incesante y así lo demuestra The Humbling, el nuevo filme de Barry Levinson y que también tiene a Pacino como protagonista.
Se trata de un filme basado en la novela homónima de Philip Roth que cuenta la historia de Simon Axler, un actor sexagenario que, de repente, pierde su don artístico. A la hora de representar la obra Macbeth en un teatro de Washington D.C. recibe críticas tan malas que cae en una profunda depresión.
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POR “EL PADRINO”
Aunque no hiciera más películas, aun cuando hiciéramos la vista gorda frente a tantos bodrios comerciales en los que ha participado, siempre estará en nuestro corazón por su formidable Michael Corleone en El Padrino.
Fue el director Francis Ford Coppola quien peleó por él cuando nadie lo quería en la saga mafiosa. “Vio algo en mí que era bueno para el papel”, dijo recientemente.
¿Por qué nunca ganó el Oscar por su trabajo en la trilogía Corleone y en cambio tardó tanto en recibir la estatuilla por un desempeño menor en un filme de dudosa calidad?
Un enigma de Hollywood que un actor de su calidad puede pasar por alto, sin duda.
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POR LA LIGEREZA
En los inicios de su carrera, Al Pacino recibió muchos elogios, pero también varias críticas destinadas sobre todo a cuestionar el método de actuación un tanto pomposo y exagerado que caracterizó en el pasado a la escuela de Hollywood.
Era habitual ver a un actor inglés tomarse un Martini durante el rodaje y luego hacer la escena mejor que nadie y, por el contrario, observar cómo los estadounidenses se sometían a entrenamientos durísimos en el campo, en busca de que el personaje se haga carne en ellos y poder dar luego lo mejor de sí en un set.
Hoy se acepta que una combinación justa de ambos mecanismos de ejercicio actoral resulta lo adecuado y, hay que decirlo, Al Pacino ganó mucha ligereza con el correr de los años, lo que lo ha convertido sin duda en mejor actor.
“Cuando era más joven me quedaba más en el papel, pero con los años me desprendo con más facilidad de los personajes. Siento que al dejarlos ir puedo revivirlos cuando vuelvo al otro día. Es como ponerte un disfraz”, ha explicado recientemente.
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PORQUE NO PIENSA EN EL RETIRO
A los 74 años, Al Pacino se muestra saludable y asertivo. Sigue con sus dilemas en torno a su trabajo (probablemente sea el actor de fama mundial que más ha reflexionado sobre su oficio), pero ahora se trata más de hacer que de pensar.
“Mi avión todavía no ha aterrizado”, dijo en el Festival de Venecia, expresando así su firme deseo de continuar con las películas, un hecho que sin duda pone de buenas a cualquier cinéfilo que se precie.
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POR SU AMOR A LA PINTURA
Ama tanto la pintura que sueña con encarnar a un pintor tal como lo hiciera su amigo Ed Harris, quien encarnó a Jackson Pollock.
Pacino, que fue Phil Spector y Jack Kevorkian, pinta en sus ratos libres y sueña con personificar en el cine a Amadeo Modigliani, un papel que por cierto ya asumió en 2004 el actor cubano Andy García.
“Una de mis pasiones es la pintura y jamás ha llegado un guion en el que me propongan ser un pintor. No ha habido nadie que se fije en mí como pintor y creo que no lo hago mal”, dijo en una entrevista reciente.
La vida de Modigliani “me inspiró un guión, pero eso de que por ser Al Pacino puedo conseguir financiamiento a la primera, no es cierto”, afirmó.
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PORQUE VOLVERÁ AL TEATRO
En la primavera de 2016 volverá al teatro en Londres, según lo anunció en una entrevista publicada por el Daily Mail.
Lo hará para ofrecer una versión “más decadente” de Salomé, que ya ha representado en Nueva York y Los Ángeles, informó la agencia efe.
Pacino no actúa en la capital británica desde 1984, cuando protagonizó American Buffalo, de David Mamet, en el Duke of York’s Theatre.
Salomé y Wilde Salomé, la película y el documental, respectivamente, son reflejo de una obsesión antigua de Pacino, que ahora explorará en un teatro londinense.
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POR SU FILMOGRAFÍA
Al Pacino tiene una filmografía extensa. El mismo actor ha reconocido que muchos de los filmes en los que ha participado son churros que le permitieron costear proyectos más personales y menos masivos.
Puesto a elegir, le dijo recientemente a The Hollywood Reporter que las películas de Al Pacino que debería ver la gente son: El Padrino, Scarface y The Humbling.
Sus preferidas, en cambio, son: En Busca de Ricardo III, Serpico y Pánico en Needle Park.
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POR SER DE NUEVA YORK
No tenemos nada contra los angelinos y de hecho el cine mundial le debe mucho a Los Ángeles y a su eterno y productivo Hollywood, pero decir Al Pacino es decir también Woody Allen, Robert de Niro, Martin Scorsese, Los Knicks, la Estatua de la Libertad y tantas cosas que destacan en la cultura popular contemporánea.
El actor es un producto ciento por ciento de NY y, mejor, el East Harlem, donde nació el 25 de abril de 1940 y del Bronx, donde creció en el seno de una modesta familia ítalo-estadounidense.
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PORQUE VENCIÓ LAS DIFICULTADES
Venció el alcohol, la pobreza, la soledad. Tuvo tres hijos. Fue novio de Diane Keaton y la actriz Beverly D’Angelo es la madre de sus gemelos. Le hizo frente a la depresión que tarde o temprano se aparece casi en forma obligada en la vida de un actor.
Ha llegado al siglo XXI con la sonrisa de alguien que está contento consigo. Eso no es nada fácil de conseguir y él pudo, porque, después de todo, es Al Pacino.
