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Pedro Mellado Rodríguez

12/07/2024 - 12:05 am

La patria agradecida con “Alito”, Marko y Chucho

“Cada uno de esos dirigentes contribuyó a enriquecer el catálogo de la infamia que arrastró a sus partidos hacia el abismo, de donde seguramente no regresaran”.

Algún día, cuando estén sedimentados algunos hechos históricos, la patria agradecida les ofrecerá un sentido homenaje, por la enorme contribución que hicieron al ayudar a liberar a los mexicanos de tres entes parasitarios en la vida pública del país. La democracia se los agradecerá, luego de que se diluya en el tiempo el ominoso capítulo del cual fueron protagonistas tres políticos de muy mediana estatura y cuestionable calidad intelectual y ética, que tomaron por asalto las dirigencias de sus partidos, para hundirlos en el descrédito y la ignominia.

Sus intrascendencias, ligerezas y superficialidades fueron catalizadores perfectos para exhibir con toda desnudez y crudeza las más rancias y vulgares expresiones de la ambición política vinculada a los intereses de una oligarquía depredadora, nostálgica y corrupta, que como peso muerto cargó sobre sus espaldas Xóchitl Gálvez Ruiz, la candidata presidencial de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, integrada por PAN, PRI y PRD, quien terminó agobiada también por la suma de sus propias mentiras, fragilidades, desatinos y ocurrencias.

Sin la muy valiosa colaboración de Alejandro Moreno Cárdenas, alias “Alito”, presidente nacional del PRI; sin la entusiasta cooperación de Marko Antonio Cortés Mendoza, dirigente nacional del PAN y sin la fervorosa aportación de Jesús Zambrano Grijalva, administrador de las miserias que todavía arrastra el Partido de la Revolución Democrática, la mayoría del pueblo no habría podido hacerse un juicio más claro y certero sobre los signos despreciables que identifican a la política mercenaria, mercantilista y corrupta.

Cada uno de esos dirigentes contribuyó a enriquecer el catálogo de la infamia que arrastró a sus partidos hacia el abismo, de donde seguramente no regresaran. Aunque intentarán volver a la escena política del país con un nuevo disfraz y abrigados con los más diversos oropeles, les delatará siempre el rancio tufo de sus malsanas intenciones.

Alejandro Moreno Cárdenas ha sido el personaje más pernicioso y destructivo en la historia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y será, seguramente, quien termine por sepultarlo, si logra en los próximos días su propósito de quedarse en la presidencia del tricolor ocho años más, hasta el 2032. Tiempo suficiente para hundir la nave tricolor en las profundidades del abismo. Hasta la fecha, durante su gestión, del 2019 al 2024, su partido ha perdido  11 gubernaturas y ha sido factor determinante para que 4 millones 956 mil 874 militantes, el 77.83 por ciento de la membresía, haya abandonado las filas del Partido Revolucionario Institucional durante los más recientes cinco años. Todo un ejemplo de destructiva tenacidad.

Del Partido Nacional Revolucionario (PNR), fundado el 4 de marzo de 1929, hace 95 años, impulsado por el Presidente Plutarco Elías Calles, sólo quedan las cenizas, la nostalgia y la vergüenza. El general Lázaro Cárdenas del Río, el mejor Presidente de la época postrevolucionaria, fue quien en 1938 rebautizó al tricolor como Partido de la Revolución Mexicana, hasta que finalmente, en 1946, durante el régimen de Manuel Ávila Camacho, se transformó en el actual Partido Revolucionario Institucional.

En esta fase terminal del PRI hay mucho de poético y de profundamente irónico, pues cargará hasta el día de su desaparición con el estigma  de haberse aliado en las elecciones presidenciales del 2024 con su enemigo histórico, el PAN, fundado en 1939, como instrumento de la reacción, de la contrarrevolución que se opuso y combatió con tenacidad algunas de las propuestas sociales más avanzadas del régimen del general Lázaro Cárdenas.

La historia de Marko Cortés Mendoza es una suma de catástrofes. Cuando llegó a la presidencia del PAN en noviembre del 2018, su partido tenía 11 gubernaturas. En los recientes seis años perdió siete: Puebla, Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Tamaulipas, Durango y Yucatán. Sólo conservó Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Chihuahua.

En 2017 el Partido Acción Nacional presumía una membresía oficial, registrada ante el Instituto Nacional Electoral, de 378 mil 838 afiliados y para agosto del 2023 sus militantes formales ya sólo eran 277 mil 675. Una pérdida de 101 mil 163 militantes, para una caída en su mebresía del 26.70 por ciento. En el caso del PAN hay situaciones ridículas, como el hecho de que en el estado como Tabasco sólo tenga registrados, oficialmente, 603 militantes.

Fundado en 1989, como un partido de izquierda, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) experimentó entre el 2015 y el 2021 una metamorfósis profunda que lo llevó a convertirse en un partido socialdemócrata. Ese cambio de doctrina y de postulados lo desdibujaron hasta perder su identidad y terminar aliado con la derecha, representada por PAN y PRI.

Cuando Jesús Zambrano Grijalva, actual presidente del partido asumió su cargo, el 29 de agosto del 2020, el PRD ya había perdido la emblemática jefatura del Gobierno de la Ciudad de México en los comicios del domingo 1 de julio del 2018 y había sufrido duras derrotas en la disputa de las gubernaturas de Tabasco y Morelos. Las dos gubernaturas que le quedaban, Michoacán y Quintana Roo, las perdió en 2021. Heredero del registro del histórico Partido Comunista Mexicano, el PRD, convertido en un partido de izquierda socialdemócrata, terminará su historia más cerca de la doctrina social cristiana del PAN y de la posición de centro izquierda, que presume representar el PRI, lejos de las corrientes ideológicas que le dieron origen.

En agosto del 2017 el PRD tenía oficialmente registrados ante el Instituto Nacional Electoral 5 millones 254 mil 778 afiliados. En tan sólo seis años, a agosto del 2023, la membresía del PRD se había reducido a 999 mil 249 militantes, una caída del 80.98 por ciento, culpas que también se cargan a la cuenta de Zambrano Grijalva.

La muerte largamente anunciada del PRD se concretará en 2024. En  los comicios intermedios del 2021, cuando se votó en todo el país para la renovación de  la Cámara deDiputados de la federación, el partido del sol azteca obtuvo el 3.64 por ciento de la votación nacional para conservar su registro, superando con menos de un punto el piso mínimo exigido por la ley, del 3 por ciento. Sin embargo, tres años después, en los comicios del 2024, no alcanzó el 3 por ciento de la votación en alguna de las tres elecciones que se llevaron a cabo el pasado domingo 2 de junio: tuvo el 1.86 por ciento en la contienda presidencial; 2.27 por ciento en la disputa para Senadores y 2.43 por ciento en los comicios para diputados federales.

Sí, la patria está muy agradecida con “Alito” Moreno, con Marko Cortés y Jesús Zambrano, sin su muy entusiasta y firme colaboración, el país no habría podido liberarse de una muy perniciosa fauna parasitaria que carcome las entrañas de esos partidos, que muy poco le aportan a la vida democrática del país.

Pedro Mellado Rodríguez
Periodista que durante cinco décadas ha sido un acucioso y crítico observador de la vida pública en el país. Ha cubierto todas las fuentes informativas y ha desempeñado todas las responsabilidades posibles en medios de comunicación. Ha trabajado en prensa, radio, televisión y medios digitales. Su columna Puntos y Contrapuntos se ha publicado desde hace cuatro décadas, en periódicos como El Occidental, Siglo 21 y Mural, en Guadalajara, Jalisco. Tiene estudios de derecho por la Universidad de Guadalajara y durante una década fue profesor de periodismo en el ITESO, la Universidad Jesuita de Guadalajara. Es autor del libro Las Naves Nodrizas de la Comunicación y el Periodismo (Taller Editorial La Casa del Mago, Guadalajara, 2022).

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