Amparo se concentra la protagonista, la debutante Sandra Melissa Torres, una de esas madres a las que el Ejército arrancó a sus hijos para la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla en Colombia.
Por Marta Garde
Cannes (Francia), 12 jul (EFE).- El colombiano Simón Mesa Soto, ganador en 2014 de la Palma de Oro al mejor cortometraje por Leidi, regresa al Festival de Cannes con Amparo, ópera prima en la que a través de la lucha de una madre por recuperar a su hijo habla de los daños colaterales del conflicto en su país.
Su película fue estrenada este lunes en la Semana de la Crítica, sección paralela e independiente del certamen cinematográfico francés, y concentra en la protagonista, la debutante Sandra Melissa Torres, a una amalgama de esas madres a las que el Ejército arrancó a sus hijos para la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla.
“Es una película política, pero quería hacer un balance entre el contexto que habita el personaje y el intimismo de la historia”, cuenta a EFE el realizador, nacido en Medellín en 1986.
La Amparo de su largometraje, anclado en los noventa, tiene días para evitar que su hijo, de 18 años, sea mandado al frente tras haber sido reclutado en una batida. Esa carrera desesperada para impedirlo evidencia a su vez la corrupción del sistema y los límites que ella está dispuesta a franquear para conseguirlo.
El filme tiene para él un fuerte eco personal: como en la película, fue hijo de una madre soltera y en su juventud recurrió a un llamado “tramitador” para no hacer el servicio militar.
“No es legal, se supone que hay una sanción, pero así funcionan las cosas en Colombia. Todo el mundo lo hacía. La ley está escrita con cierta coherencia, pero no se aplica”, relata el director, autor también del cortometraje Madre (2016).
Con esta cinta recrea el ambiente de su Medellín natal: “Cuando creces en esa época particular tienes una visión un poco difusa de lo que es hasta que te das cuenta de que tal vez era la ciudad más violenta del mundo. En cierta manera, en Colombia normalizamos todas esas cosas, la corrupción, la violencia, el malestar”.
ECOS DEL CONFLICTO
El impacto directo o indirecto de ese ambiente se ramificaba por todo el país, aunque en las ciudades, según recuerda Mesa Soto, “el conflicto, la guerrilla, el paramilitarismo, se veía mucho a través de la televisión”.
Más que denunciar la situación, el director quería plantear una reflexión en torno a la misma.
Para llevarla a la gran pantalla se apoyó en Torres, de 31 años, nacida también en Medellín y trabajadora en un almacén de eléctricos hasta que fue descubierta en un cásting por el que ha acabado en Cannes.
Meterse en la piel de Amparo no le resultó del todo ajeno, porque en su familia habían vivido un caso similar.
“Pero muchas mamás han pasado por esa situación y tratan de proteger y salir adelante con sus hijos. Yo también soy mamá y es duro tener un hijo expuesto a eso y saber que en cualquier momento no lo puedas recibir como se fue, sino en un cajón”, dice.
Aunque la esencia del malestar social persista, según el director, “las nuevas generaciones parecen estar diciendo que esto es inviable y no se conforman”, por lo que “ahora hay más inconformismo”.
Mesa Soto llega a Cannes con el aval de su Palma de Oro, un premio que, pese a sus expectativas, pensaba que iba a ser más decisivo a la hora de impulsar futuros proyectos.
“Hacer cine es un acto que depende de la terquedad. No creo que ‘Leidi’ ayudó demasiado. Aplicamos a muchos fondos para hacer ‘Amparo’ y casi todos nos dijeron que no”, sostiene el realizador, que ya tiene entre manos el guión de un nuevo proyecto, centrado esta vez en el mundo del arte.
La Semana de la Crítica está dedicada al descubrimiento de nuevos talentos y en esta 60 edición, que se celebra del 7 al 15 de julio, proyectará también entre sus siete largometrajes en competición “Libertad”, de la española Clara Roquet.