El juez Sergio Moro, responsable de las investigaciones sobre la colosal trama corrupta petrolera estatal, quien encontró a Lula culpable. Lula da Silva es considerado una estrella entre los políticos de izquierda de América Latina. Con su Presidencia, Brasil tuvo un empuje histórico al grado de convertirse en la mayor economía de la región. El político brasileño alega que es víctima de una trama política para dañarlo a él y al proyecto que representa.
Sao Paulo, 12 julio (EFE/AP/SinEmbargo).- El ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado hoy a nueve años y medio de cárcel por un tribunal de primera instancia, por su implicación en la red de corrupción que operó en Petrobras, informaron fuentes oficiales.
La sentencia fue dictada por el juez Sergio Moro, responsable de las investigaciones sobre la colosal trama corrupta destapada en el seno de la petrolera estatal, quien encontró a Lula culpable de los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero.
Lula da Silva es considerado una estrella entre los políticos de izquierda de América Latina. Con su Presidencia, Brasil tuvo un empuje histórico al grado de convertirse en la mayor economía de la región.
El político brasileño alega que es víctima de una trama política para dañarlo a él y al proyecto que representa.
Lula fue obrero metalúrgico y sindicalista. A mediados de la década de 1980 ocupó la presidencia del sindicato de los obreros de la metalurgia en Brasil y uno de los estandartes de las huelgas durante la dictadura militar. Lula fue quien aceleraron la caída del régimen e inyectó nuevas esperanzas a los brasileños.
Candidato a la presidencia de Brasil en varias ocasiones, en 1989, 1994 y 1998, no fue hasta 2002 cuando logró obtener la victoria.
Ocho años fue Presidente de Brasil, hizo reformas y radicales cambios que produjeron la transformación social y económica de Brasil. Triplicó el PIB per cápita de su país al punto de convertir a la República en una potencia mundial.
Se considera que su gobierno fue clave para los éxitos económicos de su país, en particular en materia de reducción de la pobreza.
Esta es la primera condena que recibe el ex Mandatario, quien aún responde en otras cinco causas penales abiertas por la Justicia, la mayoría de ellas relacionados con el caso Petrobras.
En el caso de la sentencia dictada hoy, Lula era acusado por la Fiscalía de corrupción pasiva y lavado de dinero por supuestamente haber recibido 3.7 millones de reales (1.1 millones de dólares) en sobornos a raíz de contratos suscritos entre la constructora OAS y Petrobras.
El pago de esos sobornos se habría materializado en la reserva y reforma de un apartamento tríplex en el balneario de Guarujá, en el litoral del estado de Sao Paulo, y el pago del almacenamiento de los regalos recibidos durante su gestión (2003-2010).
El inmueble aparece en los registros como propiedad de la constructora OAS, una de las implicadas en el escándalo de Petrobras, pero según la acusación el verdadero dueño sería Lula, quien lo habría recibido en concepto de soborno, es decir, a cambio de “favores” hechos desde el poder a esa constructora.
A pesar de la condena, el ex mandatario aún puede aspirar a ser candidato para las elecciones generales de 2018, lo cual solo sería impedido si la sentencia fuera ratificada en segunda instancia.
Lula aparece actualmente como el líder más valorado en las encuestas y aunque aún no ha lo ha hecho oficial, ha manifestado en repetidas ocasiones su deseo de volver a competir en unos comicios.
Además de las causas ya abiertas, Lula puede llegar a ser investigado en otros seis procesos más, según solicitó la Corte Suprema con base en confesiones hechas por exdirectivos del grupo Odebrecht, y también está salpicado por revelaciones de ejecutivos del grupo cárnico JBS.
En este último caso, por los testimonios dados por los dueños de esa empresa, la Fiscalía también presentí una denuncia formal por corrupción pasiva contra el actual mandatario, Michel Temer, quien puede ser despojado del cargo si el Congreso avala el inicio de un juicio penal.